Capítulo 52

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Todo el mundo se ha ido a dormir hace más de tres horas. No sé ni la hora que es y aquí sigo, sentada en una butaca en el jardín, acurrucada en una manta mirando a la nada. Esto me está matando. Joder, no creía que esto fuera a afectarme tanto. Pero no me engaño, tampoco creía que fuera a pasar y fue por eso que me cogió tan débil. Debería haberlo intuido por tantas llamadas que recibía a la semana de ese número y de esa escusa tan barata, pero estaba tan perdida en él que no pensaba en todo lo demás, como ahora mismo.
Me niego a cerrar los ojos. Cada vez que lo hago se me viene a la mente las dolorosas imágenes de mi pesadilla.
Necesito más, necesito desconectar más. Necesito tener a alguien que esté conmigo en esto y me de la fuerza que yo ya no tengo.
Antes de que me de cuenta estoy llamando a mi mejor amigo.
- ¿Leah? ¿Pasa algo? Son las cinco de la mañana. - Me susurra.
- ¿Puedes... Puedes venir a la casa de la piscina, por favor? - Le digo en un sollozo. Sé que sueno muy desesperada, pero es que lo estoy.
- Ahora mismo voy para allá. - Me dice y cuelga.
A la media hora lo veo entrar por la puerta. Su cara de dormido me dice por él que no es la hora más apropiada, pero aquí está.
- Hola. - Le digo y me echo a llorar. Hemos pasado tantos momentos juntos, que ya hasta Kilian me recuerda a él.
- Eh... - Me dice recorriendo su mano por mi mejilla atrapando una lágrima.
- Estoy muy mal Kilian, esto está pudiendo conmigo. - Le digo. - Te necesito.

You, forever you.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora