CAPITULO 56 RETROCESO.

33 3 0
                                    

Maximiliano Freetman 

Teníamos casi dos semanas que habíamos llegado de los Ángeles, estaba en mi consultorio cuando Valerie, llegó con Samuel, ambos estaban verdaderamente asustados.  

─ ¿Qué sucede? ─ Pregunté asustándome al ver  sus  caras.
─ Valerie, a sangrado, ─ mencionó Samuel.
─ Pásala de una vez a mi consultorio, ─  le pedí a mi cuñado.

─ ¿Qué sucede? ─ Preguntó Valerie, preocupada al notar que movía de un lado a otro el transductor sobre el área del vientre y la pelvis.
─ Estoy buscando ya que solo veo un solo saco  gestacional ─ musité.
─ ¿Y mi otro bebé? ─ Preguntó asustada.
─ Posiblemente estas presentando el  Síndrome del gemelo evanescente, o desaparecido, esto a veces suele suceder en los embarazos múltiples. Es cuando uno de los embriones no se desarrolla. El útero se ve bien, como si nunca hubiese estado el otro saco, pero has presentado un sangrado y es preferible prevenir un desprendimiento de la placenta y hay que hacer un seguimiento más continuo a tú embarazo.
─ ¿Pero el otro embrión está bien? ─ Preguntó mi cuñado preocupado.
─ No le digas así, es nuestro bebé ─  le reclamó mi hermana a su esposo, sonreí.
─ Valerie todavía es un embrión, luego será un feto y después se convertirá en un hermoso bebé, ─ le mencioné.
─ Es mi bebé y así le van a llamar desde este momento, ─ recriminó disgustada.
─ Pero ¿Está bien? No entiendo lo de ese síndrome, ─ mencionó con ojos llorosos mi hermana.
─ Está bien, Valerie. Puedo observar su cordón umbilical entre el embrión y la placenta y en el otro extremo el saco vitelino con el tallo de unión al embrión, sus movimientos son normales y aparentemente tú embarazo es de siete semanas con cinco días y mide trece milímetros, tú recomendación es reposo, valoración continua y los suplementos vitamínicos ─ expresé.
─ ¿Cómo ha seguido Ashley? ─ Preguntó Samuel, después de finalizar el examen físico de mi hermana, que también estaba normal. Suspiré un poco frustrado, sus pesadillas han vuelto, esta vez no ha presentado convulsiones, pero si se ha levantado gritando varias veces en las noches, ha vuelto a dormir con Ivanna y conmigo.
─ Es una recaída y hay que prestarle atención a eso, ─ mencionó mi cuñado.
─ Sí, ya la psicóloga ha estado tratando su retroceso desde que llegamos de los Ángeles. ─ Mencioné en el momento que unos pequeños golpecitos a la puerta llamaron nuestra atención. Samuel, se levantó abrir e Ivanna, ingresó a mi consultorio.
─ ¿Cómo van esos bebes? ─ Preguntó sonriendo Ivanna, mientras saludaba a mi hermana y mi cuñado con un abrazo y un beso en sus mejillas y a mí con un beso en los labios.
─ Hasta donde entiendo solo tengo un bebé, el otro no se qué sucedió, ─ expresó mi hermana contrariada. Ivanna, me observó con el entrecejo fruncido.
─ Síndrome del gemelo evanescente, ─ le informé, ella abrió los ojos entendiendo enseguida y a pesar que en ese momento no quise alarmar a mi hermana. Samuel, Ivanna y yo, sabíamos que podíamos estar ante un embarazo de alto riesgo si se presentaban complicaciones.
─ Esto es más común de lo que crees hermana, se dice que de cada ocho embarazos uno presenta el  Síndrome del gemelo evanescente, es decir, tú, Samuel o yo, quizás tuvimos un hermano gemelo y nuestra madre no se dio cuenta. Hoy día se ha descubierto el síndrome y solo tenemos que estar pendiente que no se presenten riesgos con el embarazo en el saco gestacional que continua desarrollándose, hasta se dice que las personas zurdas son embarazos producto de este síndrome en el que el otro gemelo no se ha desarrollado y hasta se les ha llamado gemelo espejo. ─ Le expliqué a mi hermana.  

Los días estaban pasando rápidamente ya solo faltaba un mes para la boda.  Ethan, se había recuperado más y la nutricionista le había cambiado su dieta nutricional, el trabajo en el hospital en estos días había sido bastante agotador. Ashley, seguía con sus terapias, había mejorado mucho  y estaba muy emocionada con los preparativos de la  boda. Todos en la casa  saltaban de la felicidad por el embarazo de Valerie, el cual ya estaba en la semana veintiuno.

MEMORIAS DE MI HERMANA Y YODonde viven las historias. Descúbrelo ahora