MEMORIAS DE MI HERMANA Y YO

CAPITULO 36 ¿Estás seguro que la ves solo como amiga?

Ivanna Kridmman

─ Toma ─ le dije a Jordan, sirviéndole un vaso de Whisky al igual que a Maximiliano y otro vaso para mí. Seguíamos en la cocina, pero ya todos se había  acostado. Ashley, se había quedado dormida  con la Tablet y Maximiliano, la guardó y abrigó a la niña, en la habitación que ella misma había seleccionado para decorar como suya.

La niña, estaba muy emocionada con lo de las decoraciones y los cuatro  días que llevábamos en la casa de mis padres, ella se la pasó de compras en las tardes con su tía Valerie y su abuela Hailey, para decorar la habitación; pero ahora estaba buscando también cambiar la cama y aunque esto era una buena señal para que se acostumbrase a dormir sola, se estaba volviendo demasiado efusiva con lo de las decoraciones y había que controlarla, porque estaba muy acostumbrada a que la complacieran en todo.

─  Hablemos primero de los resultados de  Ethan. ─    le dije a Jordan.
─  Hay una disminución de glóbulos blancos, plaquetas y también hay una anemia. ─  Expresó, Jordan. 
─ Sí,  Maximiliano y yo, nos dimos cuenta cuando revisamos los resultados de los exámenes  y te lo informé por teléfono. ─   le señalé.
─ La pierna se la veo bien, no hay ningún coágulo sanguíneo, me preocupa es una infección o lesión en el hígado, por eso es el tratamiento que le indiqué. Sabes bien que lo que tenemos que prevenir aquí es una insuficiencia hepática, puedo notar que el tumor ha reducido un poco, pero no lo suficiente; todavía tenemos que dejar actuar el tratamiento de quimioembolización y repetirle los exámenes antes del próximo procedimiento. También hacer seguimiento a los riñones, ya que siempre puede existir un riesgo de daño y la reacción que muestra en este momento Ethan, es una alergia al contraste utilizado. Mañana hablo con el radiólogo, para que ese contraste no sea utilizado en la próxima quimioembolización ─  explicó, Jordan.  
─  Jordan ¿Cuál sería el otro paso a seguir si no logramos erradicar el tumor con la quimioembolización? ─  Preguntó Maximiliano y yo, sentí un vuelco en mi pecho.
─ Una ablación del tumor, quimioterapia, radioterapia ─  le respondió, Jordan.
─  Bueno, esperemos que no sea necesaria ─   susurré nerviosa. 
─ Todo saldrá bien, Ivanna. Somos guerreros, cielo.  ─  Susurró, Jordan. Tomando mis manos, sentí las palabras de Lissie, llenarme y paralizar las lágrimas que estaban a punto de desbordarse. Jordan, enseguida se dio cuenta del aura que cubrió mi cuerpo. Nosotros dos siempre podíamos sentir que el recuerdo de Lissie, nos aliviaba. Pero Maximiliano, por el contrario sólo observó nuestras manos entrelazadas y no fue de su agrado.
─  ¿Dime qué sucede Oso? ¿Qué te aflige? ─ Le pregunté a mi amigo y Jordan, Suspiró. Tomó una bocanada de aire, soltó una de mis manos y la pasó por su cabello.
─ Conseguí mi acta de defunción ─  mencionó con dolor y frustración.
─  ¡Oh por Dios! ─  exclamé asombrada llevando mis manos a mi boca.
─ Pero, me dijiste que no estaba, que solo aparecía el alta,  tú alta cuando bebé ─  mencioné contrariada.
─ Sí,  en la historia médica del hospital solo está el alta, pero cuando hablé con Andrew, él me aseguró que había sido declarada la muerte del  bebé, que él, la había visto en la historia médica que había revisado para darle la noticia a Hailey. ─   Mencionó Jordan, con un profundo dolor reflejado en su rostro.
─ Eso es grave, Jordan. Se pueden levantar cargos contra el hospital y el médico que firmó el perecimiento ─ mencionó  Maximiliano.
─  Ya no aparece en la historia médica, es como si hubiesen existido dos historias médicas o hubiesen hecho el cambio de la hoja de la declaración del perecimiento, por el alta del niño; pero las palabras de Andrew, me hicieron investigar y conseguí el documento declarando mi perecimiento en la oficina de mi padre y está firmado por el médico de guardia de ese día. ─  Explicó Jordan.
─  ¡Dios¡  ¿Cómo tú padre pudo atreverse a tanto? ─  Pregunté y Jordan, pasó nuevamente las manos por su cabello, estaba triste, dolido y furioso al mismo tiempo.
─  No fue él, ─  musitó y yo, caí en cuenta que era lo que tanto lo afligía, volví a tomar sus manos.
─ Fue mi abuela, me observó fijamente, ella fue la que  armó  toda esta locura, amenazó y compró al médico que firmó, mandó hacer lo de la lápida en el cementerio y fue la que me retiró del hospital. Mi padre, estaba ahogado en sus borracheras y vicios  mientras ella tramaba y hacía todo ─  expresó dolido.
─ ¡Por  Dios! ─ susurré entendiendo su dolor.
─  Debiste avisarme, Jordan. Te pedí que no me siguieras ocultando nada ─  mencioné
─  Te dije que tienes demasiado con lo de tú papá, lo de Ashley y la lucha interior que tienes con tú hermana, Gianna. ─  murmuró.
─ Igual no debiste ocultarme nada, siento que me estás haciendo a un lado, seguimos siendo amigos, Jordan. ─  Alegué
─  Por su puesto, que seguimos siendo amigos y no te estoy haciendo a un lado. Solo no quise darte más en que preocuparte, si te lo hubiese dicho te hubieses ido para los Ángeles y te hubiese complicado más la vida, tanto con Ashley, como con Ethan, ─   suspiré porque él tenía razón, pero no podía permitir que esto siguiera sucediendo, somos amigos y él siempre me había apoyado a mí, lo justo es que yo también lo apoye cuando me necesite.
─  Ese no es un motivo, oso. Maximiliano y yo, podemos planificar para viajar a los Ángeles, así que no vuelvas a ocultarme nada, ─  pronuncié  observando a ambos hombres. Maximiliano, solo nos escuchaba en silencio con su rostro serio, pero al integrarlo en un viaje para los Ángeles, una ligera sonrisa surcó su rostro.  
─ ¿Vas a levantar cargos? ─  Preguntó Maximiliano, a su medio hermano; tratando de cambiar el rumbo de la conversación de nuestra amistad y apoyo mutuo.
─  No, eso llevaría también a mí abuela a una prisión ─   respondió el oso, afligido y con muestras de dolor en sus ojos.
─ Jordan, ya has descubierto todo. Tú abuela, es una persona muy mayor y sé que a pesar de esto tú no la abandonarás. Piensa bien lo que te dije, aquí tienes una familia. Hailey, es tú madre biológica y aunque les robaron muchos años de sus vidas ahora tienen una oportunidad. También tienes dos hermanos y una sobrina, creo que es hora de que se acepten como lo que son ─  opiné lo que pienso de la conformidad de esta nueva relación familiar.
─  Pienso hablar con ellos como familia, ¿Ivanna podrías estar conmigo en ese momento? ─  Preguntó con mirada suplicante. Lo abracé, sabía que él lo necesitaba.
─ Claro que sí, Oso. Antes que todo somos amigos y estamos juntos en las buenas y en las malas, ─ musité besando su mejilla. Cuando dirigí mi visión hacia Maximiliano, este estaba totalmente colorado, pero no dijo nada; solté a Jordan y me acomodé nuevamente al lado de Maximiliano, este rodeó mi cintura acercándome más a él y yo volví a llenar los vasos de Whisky.
─  La pequeña, Ashley.  Dormirá hoy con un padre y una tía en estado de alcoholemia, ─  musitó Jordan, observando los vasos.
─ Desde las decoraciones de las habitaciones, ha estado durmiendo sola toda la noche, ─  mencioné sonriente
─ Creo que se siente más tranquila. Ivanna, le ha dado unas buenas lecciones; ya no piensa en que la abandonaré, ─  mencionó Maximiliano, observándome con intensidad y besando ligeramente mis labios.
─ Todavía no entiendo ¿Cómo pudo pensar que la abandonarías?  Entiendo el enlace que siente la niña entre Gianna e Ivanna, y que ella se sintiera abandonada imaginando a su tía, que es el reflejo de su madre, en los Ángeles; pero no logro entender cómo pudo pensar que tú también la abandonarías ─  preguntó Jordan, observando a Maximiliano y me sentía bien al notar que los dos hermanos estaban interactuando.
─ Es una historia muy larga,  pero es culpa de Gianna y mía, ─  Mencionó con pesar Maximiliano.
─ Cuéntame, Oso. ¿Qué ha pasado con Abigail? ─  Pregunté observándolo y Jordan, dirigió la mirada de Maximiliano, a mí y realizó una profunda respiración.
─ Te espero en la habitación, amor.  ─  Mencionó, Maximiliano.  Levantándose de la silla.
─  No tienes porqué retirarte, ─   le sugirió, Jordan. Ivanna, es mi mejor amiga y tú eres mi hermano, creo que deberíamos comenzar a comportarnos como tal.
─ ¿Estás seguro que la ves solo como amiga? ─  Le preguntó abiertamente Maximiliano.
─  No, no la veo como amiga,  la veo como mujer. Llevábamos más de cinco años de amigos y casi tres años juntos como pareja, vivíamos juntos; pensaba en un futuro con ella y con hijos e Ivanna, también pensaba  en un futuro juntos, íbamos a  casarnos este mismo año y para el próximo año Ivanna,  hasta iba dejar de cuidarse para complacerme con ese hijo, pero todo cambió cuando llegó al condado. Ahora solo me estoy acostumbrando a verla nuevamente como una amiga y hacerme a la idea que ya no volverá conmigo. ─   explicó y Maximiliano, me observó enrojeciendo por esa información y sabía que esto sería una conversación pendiente entre ambos.
─ Ya que nos estamos sincerando te informo que nunca he dejado de amarla y que estaba esperando el divorcio para volver empezar a buscarla. Solo se adelantaron un poco las cosas y  ahora que está en el condado no la dejaré partir, no permitiré que se vuelva a desaparecer de mi vida. Así tenga que enfrentarme contigo, sin importarme que seas mi hermano ─  mencionó Maximiliano, mirando fijamente a Jordan.
─  Podrían dejar de hablar como si yo, no estuviese presente. ─   Les solicité a los dos.
─ Únete a la conversación, Ivanna. ─ Mencionó Jordan, observándome.
─ Amor, es la primera vez que Jordan y yo, entablamos una conversación y creo que es necesaria  ─  alegó Maximiliano, y ambos tenían razón, solo debía integrarme.
─ ¿Por qué tardaste ocho años en buscarla? ─  Preguntó, Jordan. Con la visión fija en su hermano.
─ No tardé ocho años, la busqué  durante tres años seguidos, pero tú te encargabas de ocultarla ─  refutó con resentimiento Maximiliano.
─ Yo, era la que se lo pedía y no era solo Jordan, eran Lissie, Aleina y Roger, también.  Todos me ayudaban, no deseaba verte, me sentía dolida y traicionada ─  mascullé y Maximiliano, pasó sus manos por su cabello lleno de frustración y Jordan, solo nos observaba a ambos.
─ Pero nunca te traicioné, esa noche pensé que eras tú. Te lo dije hasta el cansancio y no me creíste, pero fue así, Ivanna. El hecho que Gianna, esté muerta no borrará lo que hizo. Ella nos traicionó a ambos, nos jodió la vida a todos, no solo esa noche; sino todos estos años, porque ella seguía frecuentándote y siguió callada. ─  sus palabras eran mencionadas con rabia y desprecio hacia mi hermana. 
─ Yo, jamás me hubiese dado por vencido con una verdad como esa, hasta me hubiese mudado para los Ángeles y me hubiese instalado al frente de su puerta hasta convencerla, ─  Mencionó Jordan, observando a Maximiliano.
─ Pero no fue así, yo no quise escucharlos en ese momento  y ya pasaron casi nueve años, no podemos regresar el tiempo, lo mejor es olvidar y aceptar lo que está pasando; así me cueste entenderlo y sienta que Gianna, a pesar de todo es una pared entre nosotros, ─ mencioné observándolos.
─ Ella, no puede seguir arruinándonos la vida, Ivanna. Yo, estaba dispuesto a buscarte nuevamente y ella lo sabía, ─  musitó Maximiliano, frustrado.
─  Ivanna, estaba conmigo, así te hubieses aparecido después del divorcio en los Ángeles, ella era mi mujer y en ese momento yo no estaba dispuesto a dejarla y ella tampoco lo haría conmigo. ─  Alegó Jordan, y en ese sentido él tenía razón.
─  Lo sé y yo, estaba dispuesto a conquistarla, iba a obligar a Gianna, a contarle todo. Su familia y la mía eran testigos ya que Gianna, se los había contado ya a ellos ─  mencionó Maximiliano, observando fijamente a Jordan.
─  ¿Por qué nos dejaste el camino libre?  Si tienes sentimientos todavía por Ivanna, no entiendo porque la dejaste, ─ Le preguntó Maximiliano, a su hermano y esta interacción ya no me estaba agradando. No deseaba un enfrentamiento entre hermanos y mucho menos a estas alturas cuando pensé que Jordan, ya no guardaba sentimientos hacia mí, pensé que su mente y corazón estaban colapsados por Abigail y su declaración no me hizo sentir para nada bien.
─ Por qué soy un imbécil, porque pensé que volvería a mí, aunque en el fondo me vi reflejado en ti. Yo también amé a Lissie, desde niño y aún la amo,  así ella no vuelva nunca a mí. Cuando llegué al condado me sorprendió darme cuenta que amabas a Ivanna, a pesar de todos estos años y de estar casado con su hermana y aunque me duela aceptarlo también me di cuenta que Ivanna, te ama. Así a ella le cueste aceptarlo o sienta que su hermana los sigue separando y Lissie, nos siga uniendo a nosotros dos.  Por eso le exigí algo que ella, no puede darme a pesar de que éramos felices y nuestra relación pueda tener un futuro. Mi error, fue exigirle algo que yo, tampoco podía darle; así se lo  dijese a cada rato y todos los días.  Pensé erróneamente que ella podía hacer lo mismo conmigo y tarde me di cuenta del error que había cometido, porque en ese tiempo que duramos separados ella se permitió darle una oportunidad a lo de ustedes. Aunque sigo pensando que Gianna, la sigue separando de ti  y Lissie, la sigue uniendo a mí, creo que Ivanna y yo, somos los únicos que comprendemos esa unión. ─  Pronunció Jordan y Maximiliano, observó con extrañeza a su hermano con esas últimas palabras.
─  ¿Sientes que Lissie te une a mí y te separa de Abigail? ─  Hice la pregunta que sabía que Jordan, le estaba huyendo. Maximiliano, nos observaba incrédulo
─  ¿Qué Lissie los une? ─  Preguntó Maximiliano, observándonos a ambos.
─  Así como siento que Gianna, me separa de ti. Jordan y yo, sentimos que Lissie, nos une; siempre nos ha unido, ─ le comuniqué a Maximiliano, pero era demasiada información incomprensible para él. 
─  ¿Piensas que Ivanna va volver a ti? ¿A eso te refieres con que Lissie los une? ─ Pregunta Maximiliano, todavía observándonos  incrédulo a los dos.
─ Si lo de Ustedes, no resulta estoy seguro que volverá a mí ─  Mencionó Jordan, sorprendiéndome con esas palabras.
─  Sabes que no permitiré que eso suceda. Ivanna, ahora es mi mujer como debió serlo desde hace más  de ocho años y no la perderé, pese a las intrigas que haya dejado sembradas Gianna, nunca volverá a ti como mujer, ─  Sentenció, Maximiliano. Ambos hermanos se observaron fijamente y sabía que debía intervenir.