Ivanna Kridmman
─ "Nos vamos en taxi, porque seguramente ninguno de los dos estaremos aptos para conducir. ─ Musitó, no hice reprensión a su propuesta, porque estaba de acuerdo con él. Caminó rodeando mi cintura y salimos de su apartamento, él con el teléfono en su mano llamando a una línea de taxis y yo un poco más complacida por haber logrado sacarlo de su cama.
El club estaba bastante concurrido, pero Jordan, era muy conocido. A menudo nuestro grupo de amigos visitábamos este lugar. Nos guiaron hacia una de las zonas VIP y enseguida me acomodé en el mueble.
─ Si me hiciste venir a este club, es a bailar, Ivanna. No creas que te quedarás tiesa en el mueble de esa mesa. ─ Protestó mi amigo. Sonreí, ya que yo era la menos bailarina del grupo, pero bueno, ahora estábamos los dos solos. Nuestros amigos, Roger y Aleina, les dio por casarse y mudarse a New York.
─ Si tú lo dices, entonces bailemos un rato. ─ Sonreí, levantándome para dirigirnos a la pista de baile.
─ Pensé que este fin de semana estarías full en la universidad, ese Post grado te había tenido loca últimamente. ─ Pronunció envolviendo mi cintura y yo llevé mis manos alrededor de su cuello.
─ Pues, para tú información, todavía no me he vuelto loca, tú amiga es demasiado inteligente. ─ sonreí, dejándome guiar por mi amigo en la pista de baile notando como los colores de las luces se representaban en nuestros cuerpos.
─ E insistente también, mencionó sonriendo.
─ No te quejes Jordan, tú eres más intenso que yo. Por cierto ¿Cómo va tú Post-Grado? ─ Pregunté
─ Sacándolo, gracias a tú insistencia. No era que ese me hiciera mucha falta, con los que ya tengo era suficiente, Pero como tú de verdad que eres un dolor de cabeza cuando te lo propones. ─ reclamó besando mi frente.
─ Es lo que hubiese deseado Lissie, ella jamás hubiese permitido verte derrotado y con tus sueños destruidos. Ella era una triunfadora Jordan, y tú no arruinarás tus sueños. Así que sigues en tú trabajo y en tú no sé qué número de Post-Grado, pero lo finalizas. ─ Sentencié.
─ Sí, mi general. ─ Bromeó rodeando más mi cintura y acercándome a su cuerpo, para continuar intentando bailar ya que yo no era muy buena en ese arte. Aunque mis amigos, me han enseñado un poco, claro a la fuerza.
─Vamos a descansar un rato. ─ Le pedí con los pies adoloridos.
─ Te cansas muy rápido, Ivanna. Me invitas a bailar y quieres es estar pegada en la mesa. ─ Protestó quejándose. Sonreí halando su brazo, para sacarlo de la pista. Jordan, era de los que podía bailar toda la noche sin cansarse.
─ Ahora continuamos bailando déjame respirar, llevamos más de una hora bailando sin parar así que compadécete de mis pies. ─ Protesté llevando el vaso de vodka a mis labios.
─ ¿Dónde harás tú residencia de esta especialización? Escuché que pediste un cambio y no me enteré precisamente por mi amiga. ─ Preguntó observándome.
─ En el mismo hospital donde tú trabajas y no te dije nada, para que no intercedieras. ─ Informé aclarándole el por qué no lo había hecho de su conocimiento. Su sonrisa se reflejó en su rostro.
─ El Doctor, Mauro Montreal, me ha seleccionado. Me observó enseguida, la sonrisa se le esfumó de su rostro mostrando ahora seriedad.
─No me gusta que el Doctor, Mauro Montreal, ande tan pendiente de ti. ─ Masculló disgustado.
─ No te entiendo, Jordan. Antes me buscabas novio como loco y yo iba desechando a cada uno de ellos. Ahora espantas a todos mis pretendientes. ─ Me quejé
─ Los novios no los buscaba yo eran Roger y Aleina, además pensé que no deseabas un novio. ─ Gruñó molesto.
─ Y no lo deseo. Estoy bien así, las decepciones amorosas son un desastre. Con la que me llevé a los Dieciocho años es suficiente.
─Han pasado unos años de eso, Ivanna. ─ Refirió observándome con profundidad.
─ Lo sé, así como también sé que Lissie, tiene dos años de muerta y tú la sigues amando con locura. ─ Le recordé.
─ ¿Todavía amas a ese novio? ─ Preguntó frunciendo su entrecejo sin dejar de observarme
─ No, llevo años sin verlo. ─ Respondí, volviendo el vaso a mis labios. Jordan, hizo lo mismo con su vaso, sin despegar su mirada de mi rostro.
─ ¿Te ha vuelto a buscar? ─ Insistió con sus preguntas, mi amigo era así, cuando comenzaba costaba que finalizara.
─ Ya dejó de perseguirme, así que no te preocupes no tienes que esconderme más, ni llevarme a un hospital con depresión o hasta el tope de licor. ─ respondí ofreciéndole una pequeña explicación, para calmarlo de la angustia que lo consumía cada vez que eso sucedía. Jordan, me observó acercándose hasta mi cuerpo.
─ No deseo que el Doctor, Mauro Montreal, se te acerque te conseguiré esa residencia, pero con otro colega. Aunque todavía pienso que donde te estás desempeñando eres muy buena y ya no eres residente, en ese lugar tienes la titularidad del cargo. ¿No entiendo porque deseas cambiarte? ─ Preguntó lleno de curiosidad y con los celos que siempre lo abarcaban.
─ Jordan, deja los celos. Además, ya tengo todo cuadrado para iniciar de una vez a ejercer la especialización en pediatría, sabes que ese es mi sueño. ─ Protesté, ya que lo conocía muy bien y sabía que intentaría intervenir.
─ ¿Con ayuda de él? ─ Intervino nuevamente. ─ Suspiré ─ Preguntándome por qué tengo un amigo tan protector.
─ No, con ayuda de mis excelentes calificaciones y esfuerzo. ─ Aclaré, dejándole claro que me gané esa residencia.
─ ¿Cuándo culmina tú Post- Grado? ─ pregunté observándolo para cambiar ya el tema de conversación.
─ En un par de meses y pensaba hacer un cambio laboral, pero ya no lo voy hacer. ─ Musitó pensativo. Sonreí cuando observé su entrecejo fruncido, sabía cuál era el cambio que siempre había deseado y me alegraba que por lo menos ya no estuviese pensando en abandonar todo y dejarse abatir por la depresión.
─ El área de especialización oncológica te espera, Jordan. Tú eres un triunfador y mi orgullo. ─ Pronuncié realmente orgullosa de mi amigo, ambos sonreímos y nos tomamos de las manos.
─Deberías de hacerte mi novia, Ivanna. Los dos, nos conocemos bien, nos entendemos perfectamente, estamos solos, nos queremos demasiado, antes que nada; somos amigos, conocimos de nuestros amores y sabemos que esperar el uno del otro. Tenemos dos años saliendo solamente nosotros, cielo. No hay una amiga ni otro amigo, solamente nosotros dos, Ivanna. Nosotros nos entendemos muy bien, pequeña. Cada uno entiende perfectamente el dolor del otro y no nos exigimos nada. Nunca amaré a nadie como a Lissie, pero tú eres lo que yo más quiero en este mundo. ─ Pronunció todo de una manera tan lenta y con su rostro tan serio, que por poco creo que está hablando en serio.
─Bueno, por lo menos tú carácter bromista volvió. ─ Musité sonriendo. Me observó fijamente a los ojos cuando pronuncié mis palabras.
─ No estoy bromeando, Ivanna. ─ Masculló, lo observé fijamente.
─ No puedo decir que se te pasaron los tragos, porque apenas y los hemos probado. ─ Susurré. Se acercó acomodándose a mi lado, acarició mi mejilla.
─ Estoy hablando en serio, pequeña. ─ Musitó sin desviar su intensa mirada de la mía.
─ Jordán, hoy hubiese sido tú aniversario con Lissie, estás afligido cariño y por esa razón me estás proponiendo ser tú novia. ─ Susurré, aun perpleja.
─ Quizás es ella, la que nos desea ver unidos. Piénsalo, Ivanna ─ pronunció y yo solamente suspiré con sus palabras. Ambos nos observamos fijamente.
─ ¿Si algún día se te aparece alguien que te vuelva loco de amor? ─ Susurré preguntándole
─ Si algún día, se te aparece alguien a ti o a mí, lo dialogamos, pequeña. Somos adultos Ivanna y también amigos. Aseguró
─ ¡Dios! no puedo creer que tengamos esta conversación. ─ Susurré
─ Quizás, esto es lo que necesitamos, cielo. ─ Pronunció besando mis labios.
─ No te he dicho que sí, Jordan. ─ Protesté
─ Pero lo vas hacer, porque te conozco y no quiero a ese doctor a tú lado siguiéndote cada paso. Mañana nos vamos a New York y les damos esta noticia a los chicos. Avísale a Samantha. ─ Sentenció, sin siquiera esperar que yo hubiese accedido a su petición.
─ Me encanta tú preocupación por mi madre. ─ Mencioné con sarcasmo.
─ Encantada va a quedar ella cuando le demos la noticia, cielo. ─ Alegó sonriendo.
─ Asombrada más bien, después de tantos años otro novio. ─ Pronuncié
─ Entonces soy privilegiado, Ivanna. ─ Arguyó volviendo a sonreír y eso era algo que tenía tiempo no hacía
─ Quizás ambos lo somos, Jordan. Pero también debes saber que nunca podré amarte como lo amé a él. También estoy consciente que te quiero demasiado, Jordan. Y quizás esto es lo máximo que podré brindar de aquí en adelante. ─ Formulé lo que él ya tenía conocimiento.
─ Y yo lo acepto, Ivanna. Porque sé también que en cuestiones de amor esto es lo máximo que yo puedo dar. Te repito, nunca amaré a nadie como a Lissie, pero tú eres lo que yo más quiero en éste mundo, Ivanna". ─ narré parte de lo que sucedió esa noche. Jordan y yo, sonreímos dando a entender que ambos habíamos recordado ese momento.
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MEMORIAS DE MI HERMANA Y YO
RomanceIvanna Kridmman, es una especialista en pediatría, que siente que su vida se encuentra realmente realizada al lado del hombre que le ayudó a superar una traición amorosa. Cuando piensa que es la mujer más feliz del mundo al lado de Jordan McCarth...