CAPITULO 25 NOVIAZGO SUSPENDIDO.

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Maximiliano Freetman.

Mientras conducía hacia el hospital la escuchaba hablando con Jordan, quizás ambos aprovechaban este momento antes que el hospital los absorbiera, con gran alivio los escuchaba hablar de Ethan y de Ashley, pero no de ellos dos como pareja. Es como si ese tema hubiese quedado vetado para ellos, pero no me agradó saber que Jordan, llegaría en unos días después de la quimioembolización. Él era el médico tratante de mi suegro, pero no podía negar que prefería que se quedara lejos.

─ Podemos consultar uno de los oncólogos de aquí ─ le sugerí a Ivanna, tratando de buscar una forma de alejar a Jordan, de su lado.
─ No, prefiero que sea Jordan, el que siga llevando el caso de mi padre, hay demasiada confianza entre nosotros y Jordan, no me ocultaría nada ─ alegó, por lo menos en estas semanas ya hasta había dejado de llamarlo mi oso y eso me agradaba, aunque varias veces la había conseguido llorando, sobre todo cuando hablaba con su amiga Aleina, creo que se llama y el Roger.

Los días transcurrieron, todo se volvió una rutina, llevábamos a Ashley, a su colegio y Valerie, la pasaba buscando. Ivanna y yo, pasábamos al hospital. Yo, no perdía cualquier momento que tuviese para estar encima de Ivanna, quien ya no rechazaba ni mis abrazos, ni mis besos, pero tampoco permitía que avanzáramos más de allí, sólo tenía una incomodidad y era que Ivanna, hablaba todos los días con Jordan y sus amigos Aleina y Roger, los cuales solo dialogaban de su rompimiento con Jordan. Creo que hasta le daban esperanzas y no sé qué tanto le aconsejaban que ella siempre respondía que no podía decirle esas palabras ni a él, ni a nadie y ese diálogo telefónico estaba despertando mi curiosidad.

Valerie, había preparado una salida a bailar el fin de semana y ya estábamos preparando a Ashley, para quedarse esa noche en casa de mis padres bajo el cuidado de Hailey, quien dormiría con ella en mi habitación hasta que llagáramos del club.

Ivanna, esa noche se arregló bastante y no me disgustó, se veía hermosa y era otra faceta de ella nueva para mí, en su adolescencia parecía huirle al maquillaje y a la ropa demasiado ceñida al cuerpo y hasta a lo sexi, que era todo lo contrario a como estaba esta noche y Valerie y Abigail, no se quedaban atrás, pero en ellas si estaba acostumbrado a verlo.

─ No puedo creer que tú bailes, ─ se carcajeó Valerie, mientras llevaba su Vodka a los labios.
─ Y como no voy a saber si con Jordan, aprende a bailar hasta el que nazca con los pies al revés ─ Mencionó Ivanna, sonriendo aunque a mí no me hiso gracia el chiste.
─ Me consta todavía me duelen los pies de cuando me saca a bailar en los Ángeles ─ Mencionó Abigail, carcajeándose y llevando su copa de vino a los labios. Ivanna, la observó frunciendo el ceño y yo, la observé a ella notando su ráfaga de celos y curiosidad con las palabras de Abigail, pero no preguntó nada y yo no me sentí agradado con la reacción de mi ex novia y casi mi novia nuevamente.
─ Vaya, tú amistad con Jordan, va viento en popa ─ se carcajeó Valerie.
─ Mejor bailemos ─ le dije a Ivanna, ya que si seguían hablando de Jordan, se me iban a volar los sesos de mi cráneo.
─ No aguanto más de una hora, ─ me advirtió sonriendo.
─ Eso es suficiente para que nos relajemos un rato ─ le sonreí, de verdad que sí le habían enseñado a bailar y muy bien. Pensar que todo este tiempo la recordaba sin querer mover un pies en la pista.

Rodee su cintura y su espalda y la acerqué a mi cuerpo, ella rodeó mi cuello para ir al son de la música. Busqué sus labios como hacía últimamente y me perdí entre sus besos, observé a Abigail, bailando con un chico; eso me dio alivio ya que no me vería comprometido a sacarla a bailar, solo deseaba hacerlo con Ivanna y notar como la pista me daba libertad para abrazarla y besarla, dudo que solo quisiera una hora en ella, aunque podríamos descansar por ratos y volver.

Valerie, llegó a la pista con Samuel y me guiñó un ojo, sabía que ella se alegraba por Ivanna y por mí, eran años deseando tenerla conmigo.

Eran las cuatro de la mañana cuando llegamos. Ivanna, estaba un poco pasada de tragos, al igual que Valerie y Abigail, nunca había visto a Ivanna, de esa manera y mucho menos tan alegre, hablando sin parar con las chicas; conocí más de ella en esta noche que en todo este tiempo que llevábamos conviviendo juntos, de sus estudios, sus especializaciones, sus trabajos, esa misión de Somos Guerreros que inició una tal Lissie, su amor y dedicación a mi hija, su cumpleaños con Gianna y el hecho de haberse perdonado; confesión que nos sorprendió a todos los que estábamos en esa mesa, ya que nadie tenía conocimiento de esos acontecimientos de Gianna y mi hija, en los Ángeles.

MEMORIAS DE MI HERMANA Y YODonde viven las historias. Descúbrelo ahora