MEMORIAS DE MI HERMANA Y YO

CAPITULO 14 MEMORIAS DE MI HERMANA Y YO.

Ivanna Kridmman.

Los días transcurrieron igual. Yo, comencé mi trabajo en el hospital y la niña seguía presentándome el desfile de caballeros para la búsqueda de mi nuevo novio. Maximiliano, se estaba estresando con la situación de la búsqueda de un novio, hasta que uno de ellos dijo que encantado se casaría conmigo y me llevaría a vivir en su casa de New York. Eso fue un shock impactante para Ashley,  quien lo miró mal y lo descartó a una velocidad bárbara. Se giró hacia Maximiliano y hacia mí y nos dijo que no me iba a buscar más novios ya que todos me querían llevar del  Condado de Norfolk.  Ese hecho y la decisión de la niña de su abandono en la búsqueda de un novio para mí  fue un gran alivio.

Mi padre estaba siguiendo el tratamiento preoperatorio ya que la fecha de la cirugía se acercaba. Ashley, seguía con su sicoterapia y en los exámenes solicitados por el neurólogo  lo más denotable era que no presentaba secuelas de sus convulsiones; así que todavía nos preguntábamos que era lo que había sucedido.

Esta noche nos quedaríamos en la casa de Maximiliano, ya que Nathalie, hizo la sugerencia.  Por primera vez  pisaría la casa donde vivió Maximiliano, con Gianna y estaba un poco nerviosa. Por otra parte Jordan, estaba muy inquieto y deseaba otro encuentro entre nosotros;  pero su demanda en el hospital no lo dejaba salir y a mi viajar hasta los Ángeles, ya que yo apenas estaba iniciando y necesitaba los permisos necesarios  para mi padre. Así que ambos debíamos esperar nuestro próximo encuentro para podernos volver a ver. 

La semana  siguiente prepararíamos la cena para Ashley, ya que su tía Valerie y Abigail, que esta última ya había llegado nuevamente de los Ángeles y Hailey, nos ayudarían a prepararle algo más elaborado. A mí lo de las decoraciones no se me daba mucho, pero Valerie y Hailey, eran unas expertas, mi madre también; pero sus ánimos no estaban para la decoración y Abigail, gracias a su carrera tenía demasiada imaginación para el arte de la decoración.

Los días pasaron y era el momento de iniciar con la sugerencia de la Psicóloga para Ashley. Esa tarde cuando llegamos a la casa de Maximiliano, mis nervios estaban a flor de piel.

─ Tranquila, amor. ─ me dijo Maximiliano.  Esa frase de amor se había convertido en su palabra favorita y por más que le he insistido no deja de pronunciarla.

La casa era hermosa y muy amplia. La decoración era un sueño y la habitación de la niña era totalmente decorada con las princesas Disney.  La habitación de Maximiliano, era amplia y muy similar  a la decoración de su habitación en la casa Freetman;  pero para mi sorpresa mi hermana Gianna, tenía una habitación aparte la cual estaba decorada elegantemente. La casa tenía tres habitaciones más y  otras para huéspedes,  pero no estaban amobladas.

A partir de este momento la recomendación de Nathalie,  era tratar de que la niña durmiera sola y recuperara la confianza en que siempre estaríamos allí para ella, pero los primeros días por supuesto; que sería que la niña durmiera con uno de nosotros hasta mitigar completamente su temor.

Esa noche hablamos con la niña explicándole que a partir de unos días dormiría sola y nosotros estaríamos en las habitaciones contiguas. Ashley, no quedó muy contenta, pero aceptó el hecho un poco nerviosa.

─ ¿Dónde vas a dormir tú tía? ─ Preguntó un poco contrariada.
─ En la habitación de Gianna, mi amor. ─ Respondí y esa respuesta a Maximiliano, no le agradó mucho; pero tampoco dijo nada.

Pensé que no quería que utilizaran la habitación de Gianna, así que me decidí por utilizar una de las habitaciones de huéspedes,  así sólo tuviese una cama para no incomodar a nadie. 

Esa noche después de largas cuatro horas que logramos dormir a Ashley, en la habitación de Maximiliano, me dirigí a la habitación de huéspedes; pero Maximiliano, me detuvo.