CAPITULO 54 LOS MAREOS.

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Maximiliano Freetman  &  Ivanna Kridmman

─ ¿Es tú padre otra vez? ─  Le pregunté a Jordan, casi segura de ese hecho.
─ Sí,  él muy desgraciado ha golpeado a mi abuela nuevamente y está hospitalizada, ─ mencionó lleno de furia, preocupación y desesperación por no estar en los Ángeles.
─ ¡Oh por Dios¡ ─ se escucharon varias voces en la sala.
─ Jordan, ni siquiera hizo las maletas sino que salió disparado para el aeropuerto.  Abigail, se fue junto con él y Hailey, Valerie, Maximiliano y yo,  lo acompañamos al aeropuerto.
─ Hailey y yo, nos observábamos. Ambas sabíamos de lo que era capaz el padre de Jordan y a pesar de los conflictos entre ella y la abuela del oso, el dolor de su hijo era un dolor para ella.

Una vez llegamos a la casa de los padres de mi novio me sentía muy inquieta. Maximiliano, me observaba caminar de un lado a otro, debía esperar que Jordan, llegara a los Ángeles, pero preferí comunicarme directamente al hospital para que me diesen información.

Mis nervios se hicieron más latentes al recibir información sobre el ingreso de la señora, Evensson. Ella,  tenía varias fracturas y contusiones por varias partes de su cuerpo, estaba inconsciente, debían realizarle una cirugía de fémur, pero le acababa de dar un paro cardiaco y estaban tratando de estabilizarla, estaba en el dilema sí me devolvía a los Ángeles  o esperar más noticias de Jordan.  
─ Me iré a los Ángeles, para estar con Jordan. ─  Mencionó preocupada Hailey.
─ Te ayudaré hacer la maleta y así te llevas las de Jordan y Abigail, ─ mencionó Valerie, preocupada.
─ Te acompañaré, no te dejaré ir sola, ─ expresó Andrew, acercándose a su esposa para abrazarla.
─ ¿La abuelita de tío Jordan morirá? ─ Preguntó la pequeña Ashley, con sus ojitos anegados de temor.
─ La abuelita de tú tío es muy resistente, cariño.  Debemos pedirle a Dios que le dé aún más fuerza, ─ mencionó Samuel, confortando a la pequeña que de pronto la notamos bastante inquieta.
─ Maximiliano y Samuel,  tomaron las maletas. Valerie, se sentó en el mueble algo pálida.
─  ¿Qué tienes Valerie? ─ Le pregunté observando su rostro.
─ De pronto me sentí algo mareada, pero ya está pasando debe ser la impresión de este suceso, ─ expresó Valerie. 
─ Ya todo el equipaje está en los vehículos, ─ mencionó Samuel, observando a su esposa.
─ ¿Volviste a tener otro mareo? ─ Le preguntó Samuel, a Valerie.
─ ¿Te han dado anteriormente esos mareos? ─ Pregunté dirigiendo mi mirada hacia  ambos.
─ En el crucero en dos oportunidades y se lo achaqué al mar, leí que eso podía suceder y convertirse en un vértigo temporal. ─ informó Valerie.
─ Puede ser, quizás presentaste un cuadro por cinetosis, ese mareo por movimiento es muy común y puede producir vértigo, náuseas y vómito, aunque te aconsejo un chequeo médico y unos exámenes de laboratorio ─ pronuncié.

Había hablado por teléfono dos veces  con Jordan, me  informó que su abuela estaba muy grave y la tenían en terapia intensiva y que su padre biológico estaba  detenido, uno de los vecinos había llamado a la policía cuando escuchó los gritos.

Una semana había pasado y la abuela de Jordan, seguía igual. Ashley, había retrocedido un poco, estaba ansiosa, no quería dormir sola, sus sueños eran inquietos y nuevamente temimos una recaída.

Maximiliano, retomó nuevamente las terapias de la pequeña con la misma psicóloga. Jordan y yo, hablábamos varias veces al día informándome la muy lenta recuperación de su abuela, aunque todavía su estado de salud era delicado.

Me sentía cansada, el día había estado un poco complicado en el hospital. Jordan, me había informado que su abuela había despertado y eso ya era un buen avance. Maximiliano, ingresó a mi consultorio, también tenía grandes ojeras alrededor de su rostro.

Espero que esta noche si podamos descansar algo mas, la pequeña nos ha tenido con insomnio, no ha convulsionado, ni ha tenido un ataque de pánico, pero si ha despertado muchas veces en el transcurso de las noches y ha estado inquieta para volver a conciliar el sueño. Los recuerdos del momento en que falleció Gianna, los ha tenido presente en ellos.

MEMORIAS DE MI HERMANA Y YODonde viven las historias. Descúbrelo ahora