CAPITULO 27 QUIMIOEMBOLIZACIÓN.

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Ivanna Kridmman & Maximiliano Freetman.

─ ¿Te has acercado más a Maximiliano? ─ Preguntó  Jordan, observándome.
─ Sí, tú eras mi muro, mi pared contra él, cuando me dejaste pensé que iba poder convencerte que lo nuestro tenía futuro, pensaba en hacerte entender que tú no me amabas como amabas a Lissie y si yo te aceptaba así, tú podías aceptarme a mí con lo que te ofrecía. Pensaba que todo era cuestión de una o dos semanas y lo solucionaríamos.  Antes de que todo sucediera y me viniera al condado estaba pensando darte una sorpresa, iba aceptar tú propuesta para casarnos en este año y para el próximo estaba pensando en dejar de cuidarme para darte ese hijo, que tanto deseas y hasta yo estaba pensando demasiado en eso, pero sucedió lo de Gianna, después lo de  Ashley y mi padre, también la cercanía de Maximiliano y luego  tú me abandonas  y yo estaba muy mal,  llorando demasiado y pensando como solucionarlo. Hasta pensé en darte la sorpresa para que volviéramos,  pero, luego me llamas y me cuentas lo de Abigail, pasé días mal; no pude evitarlo y pensé que ella  era en realidad el motivo,  porque nosotros dos éramos felices sin necesidad de tú exigencia y con un nuevo sentimiento yo, no podía luchar Oso. Habíamos prometido que si alguien aparecía sólo nos haríamos a un lado. Maximiliano, fue mi paño de lágrimas, así como tú un día fuiste el suyo. Que ironías tiene la vida. ─ Expliqué
─ ¿Es decir estás con él como su pareja? ─ Preguntó
─ No, un día te dije que Lissie, me une a ti con una intensidad que desconozco y Gianna, me separa de él, con esa misma intensidad. Desde que he ido descubriendo la verdad he cedido más aceptar que puede existir una relación, pero Gianna, está presente y me sigue separando; me persigue y me atormenta, porque siento que la estoy traicionando ─ le expreso con sinceridad.

Jordan, suspiró y me abrazó limpiando mis lágrimas como lo hacía cuando éramos amigos y me refugiaba en sus brazos y en los de Lissie.

─ Tengo que hablar con Hailey, pero primero debo tener todas las pruebas en mis manos ─  musitó y sabía que él, también se estaba despojando de su dolor con su amiga. 
─ Ya no sigas con eso,  te hace daño Oso,  ya sabes la verdad, déjalo así ─ mencioné abrazándolo con más fuerza.
─ Necesito tener ese haz bajo la manga, con mi padre biológico nunca se sabe  ─ masculló
─ ¿Te gusta Abigail? ─ Pregunté para cambiar el tema de conversación.
─ Creo que sí, solo que no daba oportunidad a un avance, pensaba que tú y yo, volveríamos y ella está medio obsesionada con un novio que tuvo ─ expresó
─ Lo sabía, Jordan.  Te conozco y ni siquiera al recuerdo de Lissie, tú faltaste,  en Miami me dijiste que tenías dos años que no intimabas y sin embargo, a ella la besaste siendo mi novio. Yo sé que yo fallé cuando Maximiliano, me besó; pero ese beso con Abigail, lo iniciaste tú y a ella la veo también emocionada contigo. No ha sido fácil para mí escucharte a ti por teléfono y verla a ella brillar cuando te mencionan  ─ expresé
─ Lo siento, no quise hacerte sentir mal ─ susurró  levantando mi rostro y besando mis labios.
─ Me quedé con ganas de repetir lo de Miami ─ susurró  besándome nuevamente.
─ ¡Dios¡ tengo que parar esto ─ pensé ya con preocupación. 
─ Ya no podrá ser, no es correcto intimar con los amigos y tampoco estarse besando, estoy intentando tener una relación con tú medio hermano, no puedes estarme besuqueando, mucho menos después que cortaste nuestro noviazgo ─  alegué y Jordan, tomó una respiración fuerte y la expulsó.
─ Te quiero mucho, Ivanna. Te amo, aunque tú no lo creas, no como Lissie, es verdad; pero si te amo. ─ aseguró mirándome fijamente.
─ Yo, te quiero demasiado, Jordan. Sigues siendo mi vida y mi mundo, eso no lo puedo evitar, pero no te amo ─ me sinceré con él.
─ Te dije que si esto sucedería hablaríamos como dos personas adultas, como amigos ─  siseó
─ Lo sé,  lo recuerdo y después me desapareciste los pies en la pista ─ le recordé y ambos sonreímos.
─ Allí estaré para ti, Ivanna. Sino resultan bien las cosas sabes que puedes contar siempre conmigo.  ─ mencionó protectoramente cómo siempre lo ha hecho.
─ Lo sé y sabes que yo también estaré para ti, sino resultan las cosas con Abigail ─ le aseguré.
─ Va ser difícil no tocarte, ni besarte. Me había acostumbrado demasiado a ti ─ murmuró
─ Yo también, pero debemos hacerlo. ─ Le aseguré

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