MEMORIAS DE MI HERMANA Y YO

CAPITULO 17 MI NUEVA FAMILIA.

Jordan McCarthy

Estaba desesperado por llegar al condado y deseaba darle una sorpresa a Ivanna, la extrañaba demasiado y  cuando llegué a la casa de sus padres; allí estaba  ella con una sonrisa sorprendida recibiéndome entre sus brazos, solo deseaba  besarla, abrazarla y hundirme en ella.

─ Te he extrañado mucho, cielo ─ musité apoderándome de sus labios, le informé que le había comprado algunos conjuntos de ropa interior de ese famoso desfile; por supuesto, que ropa interior que estaba dispuesto a vérsela sobre su cuerpo en ese fin de semana.

Le informé a mi novia que había dispuesto del  apartamento olvidando solicitar su opinión, sólo yo soy un bocón y juro que no estaba preparado para la noticia que recibí en ese viaje, el mundo se me vino encima. Después de ser hijo único, con una madre fallecida y adoptado por un buen hombre al cual consideraba más mi padre que a mi propio progenitor, recibo la noticia que mi madre no ha fallecido, que me hicieron pasar por muerto y hasta una posible  lápida en un cementerio de los Ángeles, existe con mi nombre y tengo dos medio hermanos.

¡Rayos¡ un mundo de locos y yo, solo me estaba hundiendo en una braza ardiente de furia contra mi padre biológico, al cual deseaba exigirle todas las explicaciones del  mundo.

─ ¿Jordan por qué no te dedicas este fin de semana a conocer a Hailey? creo que los dos lo necesitan, cielo. La próxima semana resuelves el asunto con los Evensson. Sabes que tú padre no está bien cielo y nunca se sabe que esperar de él. Lo de la lápida no me gustó oso y solo de pensar que si el señor McCarthy, no hubiese aparecido en tú vida; quizás eso se hubiese cumplido cielo. ─  Propuso Ivanna y yo solo la observé detenidamente abrazándola y tomando nuevamente sus labios.
─ Que haría sin ti cielo ─  mencioné afligido porque ella tenía razón, mi padre biológico se había convertido en un hombre desechable en mi vida de quién tenía que estar cuidando constantemente a mi abuela y de allí caí en cuenta que mi abuela, también seria cómplice de esta descabellada atrocidad. 
─ Ven, me dijo Ivanna, extendiendo su mano y guiándome hacia el baño. Me despojó de la ropa y luego de la suya y me guió hacia el chorro de agua tibia para comenzar a frotarme con el jabón.
─ Vamos a salir a desayunar, cielo.  Levantó su rostro buscando mi mirada, con tú madre, tus hermanos y la pequeña Ashley ─  mencionó  Ivanna, rodee su cuerpo abrazándola, buscando su refugio, como siempre lo hacíamos  ambos.
─ Te quiero, Ivanna ─  susurré buscando sus labios con desesperación, ella tenía razón, era mejor llegarle a mi padre y abuela, más calmado que como estaba en estos momentos. Bajé a sus pechos para degustarlos, era lo que más deseaba  y necesitaba con desesperación; los lamí y los succioné arrancándole esos gemidos que me vuelven loco de mi mujer, con hambre de ella los saboreaba y mordía sus pezones, para luego chupárselos y volverlos a succionar. De pronto sentí el vacío de mis labios y observé a mi mujer, colocarse de rodillas mientras buscaba mi miembro totalmente eréctil, para ella.

La observé desde mi altura cuando lo fue introduciendo en su cavidad bucal.

─ ¡Ohhss¡ ─ gemí por la sensación de agrado al sentir su lengua rodear mi glande una y otra vez. Observaba maravillado lo hermosa de la imagen que cada vez me iba calentando más, mientras esa lengua devoradora saboreaba todo mi miembro y comenzaba a presionar con sus labios y a realizar succiones sobre él y ¡mierda! todo era delicioso, pero necesitaba hundirme en ella, marcarla con mi semen en su interior; con una decisión casi imposible  por la deliciosa sensación me retiré levantándola del piso y haciéndola rodear mis caderas con sus piernas, mientras la poseía y la recostaba sobre las baldosas del baño.

Me apoderé de sus labios mientras comenzaba a embestirla con fuerza, busqué su lengua para saborearla con la misma intensidad que nos embestíamos, ahogando nuestros propios gemidos y el grito ante el orgasmo de mi mujer, para después dejarme llevar por el mío propio.