CAPITULO 26 SOMOS AMIGOS.

36 5 0
                                    

Ivanna Kridmman

Jordan, llegó de sorpresa lo esperaba en horas de la noche y no al mediodía. Apenas ingresó a la habitación de mi padre me abrazó y besó en los labios, me quedé observándolo ya que no entendí su proceder; él mismo había suspendido nuestro noviazgo y hasta donde yo había entendido era una ruptura, es decir, a partir de ese momento no seríamos novios y mucho menos después de que él me había informado que estaba saliendo muy seguido con Abigail. Ese día no entendí si me lo informó o me solicitó el permiso.

Solamente me quedé callada, porque no podía negar que me había dolido y en ese momento también comprendí que mi noviazgo con Jordan, era la pared física que me separaban completamente de Maximiliano, hasta donde había comprendido la situación; esa pared ahora era inexistente y con pesar he ido descubriendo otra imagen de mi hermana, la otra pared que me separa de Maximiliano.

Con esas dos paredes derrumbadas me sentía sin protección y pretextos para seguir rechazándolo, pero este comportamiento de Jordan, no me lo esperaba. Todos nos observaron un poco curiosos, quizás tan confundidos cómo yo por la forma en que me trataba Maximiliano, últimamente pensaban que algo estaba surgiendo entre nosotros y hasta yo estaba pensando eso.

Debía aclarar las cosas con Jordan, lo que menos deseaba era un enfrentamiento entre hermanos y esa era también la preocupación de Hailey, ella me lo había hecho saber solicitándome que debía ser firme en la decisión que tomase.

Jordan, examinó a mi padre, revisó todos los exámenes realizados, también los resultados de la quimioembolización y solicitó nuevos exámenes e imagenología.

─ ¿Cuántos días te quedarás? ─ Le pregunté observándolo
─ Solo dos días, cielo. ─ respondió y allí estaba otra vez su dedicación melosa de cielo. No entendía, ni siquiera por teléfono ya nos comunicábamos de esa manera. Observé a Maximiliano, estaba enrojecido de la furia, mi padre solo nos observaba silencioso; no sabía si por no entrometerse o por su malestar.

Valerie, llegó con Abigail y Ashley, la niña corrió a los brazos de Jordan, cuando llegó; luego fueron las dos recién llegadas que lo saludaron.

─ Cielo, iré a visitar a mi madre ─ me comunicó con una sonrisa
─ Jordan, cuando regreses hablamos; creo que tenemos una conversación pendiente ─ le susurré, él sólo se acercó y besó nuevamente mis labios antes de salir de la habitación. Maximiliano, resopló observándolo; para Valerie y Abigail, el gesto no pasó desapercibido tampoco. Definitivamente había que aclarar esto, porque ni yo lo entendía.
─ ¿Podemos hablar un momento? ─ me solicitó Maximiliano, acercándose a mí, yo solamente asentí moviendo mi cabeza, saliendo de la habitación de mis padres e ingresando a la mía mientras Maximiliano, me seguía
─ Ivanna, no entiendo. Pensé que ya no eran novios ─ mencionó pasando su mano por su rostro y observándome, debía tener cuidado con lo que le diría no deseaba un altercado entre ellos.
─ No hemos culminado nuestra relación, recuerda que te mencioné que solo está suspendida. ─ Alegué tratando de entender yo misma la situación y Maximiliano, me observó escudriñándome con su mirada profunda.
─ Jordan, me dio un tiempo para analizar mis sentimientos, él espera algo de mí, y yo debo aclarar ahora esta situación, más tarde hablaré con él ─ musité.
─ Ivanna, pensé que tú y yo, estábamos recuperando nuestra relación y ahora me enfrento a esto, no sé qué pensar, te trata como si fueses todavía su mujer ─ formuló Maximiliano, con un rostro demasiado serio, se notaba su rabia y sus celos.
─ Aclararé con él todo, Maximiliano ─ le aseguré.
─ ¿Eso significa que lo dejarás o volverás con él? ─ Preguntó frunciendo su entrecejo y mirándome fijamente. Hubo silencio, que le decía, ni yo misma estaba entendiendo lo que estaba sucediendo con Jordan.

Maximiliano, me observó y en su rostro se observaba la decepción.

─ Tarde o temprano terminarás partiendo del condado, Ivanna. Hasta tú estadía laboral es temporal y ni siquiera lo has solucionado ─ mencionó frustrado y en son de reproche.
─ No me iré con él, Maximiliano. Tampoco volveré con él, lo que Jordan, me exige no se lo puedo dar en este momento y creo que nunca se lo podré dar, ni a él, ni a otro hombre, ni siquiera a ti ─ mencioné y Maximiliano, me observó ahora con curiosidad.
─ ¿Qué te está exigiendo? ─ Preguntó observándome fijamente, pero sólo consiguió silencio de mi parte.
─ Está bien no me digas nada, solamente deseo que culmines esa relación completamente, nada de suspendido; no entiendo eso, Ivanna. ─ exigió.
─ Solo deseo que vuelvas a mi, amor ─ mencionó rodeando mi cintura y besándome.
─ Esta tarde tengo dos citas para ver unas casas, deseaba que fuésemos juntos ─ informó
─ ¿A qué hora son las cita? ─ Le pregunté.
─ A las dos de la tarde con una inmobiliaria que contraté ─ respondió.
─ Está bien, déjame arreglar entonces ─ le pedí
─ ¿Te quedarás esta noche aquí? ─ Preguntó besándome nuevamente
─ Sí, hasta que Ethan, mejore ─ respondí.
─ ¿Me puedo quedar? ─ Preguntó mirándome fijamente.
─ Sabes bien que sí, Maximiliano. ─ Respondí.
─ Pero en tú habitación contigo, ─ mencionó sonriendo con picardía.
─ Y con Ashley ─ sisee y Maximiliano, resopló con mi respuesta.
─ Está bien, aunque debes considerar que te deseo en mi cama, los dos solos, Ivanna. Debemos enseñarle a Ashley, que existe la privacidad. ─ mencionó.
─ Un paso a la vez, Maximiliano. ─ Le pedí.
─ Que tus pasos no tarden tanto, Ivanna. Llevo ocho años esperándote y no deseo que Gianna, nos siga separando; hay que remediar eso, amor. ─ murmuró, cerré los ojos y los abrí, porque sé que esa es la pared más fuerte que me separa de él, a pesar de tener serias sospechas de que si fue engañado esa noche o por el contrario ya no son sospechas, estoy segura.
─ Voy un rato al hospital y te busco a las dos ─ mencionó y lo observé frunciendo el entrecejo, ya eran casi las dos. Estaba tan preocupado por Jordan, que ni siquiera se había dado cuenta del tiempo.
─ Pensé que hoy no tenías guardia ─ mascullé
─ Amor, si me quedo por aquí te aseguro que le voy a brincar a Jordan ─ alegó.
─ Maximiliano, ya casi son las dos de la tarde; mejor espera que me duche y vamos a ver esas casas ─ le aclaré
─ Lo siento, no me había dado cuenta que era tan tarde, espero entonces que te arregles, pero también necesito pasar un momento por el hospital ─ informó
─ Está bien ─ mencioné soltándome de sus brazos para buscar ropa y dirigirme a la ducha.
─ ¿Podemos ingresar juntos? ─ Preguntó levantando una de sus cejas.
─ No ─ le respondí ingresando y pasando el seguro como lo hacía después de la noche del club para que no volviese a colarse en mis duchas, aunque le agradecía que él no ingresara en la habitación de Gianna.

MEMORIAS DE MI HERMANA Y YODonde viven las historias. Descúbrelo ahora