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- ¡Zain! ¡ZAIN!-
Corrió tan rápido como sus piernas se lo permitieron dentro de la habitación, sus ojos miraron todo a su alrededor, antes de observar el agua salir de el baño.
Su estómago dio un revoltijo y con rapidez entro aquel lugar.
Zain se encontraba dentro de una bañera, abraza con fuerza sus rodillas mientras sus ojos se mantienen cerrados con fuerza. Liam no dudo en acercarse, pero se detuvo unos segundos al mirar que un poco de el agua se encontraba rojiza, sigue el líquido rojo y noto que aquella sustancia, se trataba de sangre y que Zain había hecho cortes profundos en sus muñecas.
— Jodida mierda—
Tomo el rostro de su novio, este no lo miraba, no se movía, solo se quedó en esa posición llorando con fuerza.
Liam no perdió el tiempo, regreso a la habitación, tomo la primera manta que encontró y envolvió a Zain para después tomarlo en brazos, al sacarlo del agua, rompió una camiseta que se encontró, atando los pedazos de tela en aquellas lastimadas muñecas.
— ¿Que te pasa idiota? ¡¿Quieres que pierda la cabeza?!—
Grito dando leves palmadas en el rostro de Zain, este había caído inconciente.
— ¡Hijo de mil putas!—
Con Zain sobre sus brazos, salió en busca de un transporte, por suerte un taxista quiso ayudarlo. Pudo haber pedido una ambulancia pero esas mierdas tardan mucho tiempo en llegar y Liam es una persona con poca paciencia.
Mientras el auto andaba lo más rápido que era permitido. Liam miro el rostro relajado de su novio, no se encontraba de su color morenito cachetón, era pálido a el punto de ser casi transparente según Liam y este. Tenía tanto miedo, jamás sintió tanto más que la ocasión donde mato por primera vez a una mujer pero este miedo era intenso, es ese miedo de perderlo todo, de quedar solo sin nadie a quien amar.
Con su cuerpo temblando y rostro horrorizado, corrió a el hospital, luego le pagaría a el hombre que lo trajo, fue atendido después de gritar como loco "Mi novio necesita ayuda".
Cuando miro irse a Zain sobre la camilla acompañado de hombres con bata blanca, se permitió derrumbarse, retrocediendo lo más rápido posible, buscando un lugar donde pueda desahogarse sin dejar que alguien lo mire.
Un baño fue lo que encontró, escondido tras un cubículo, Liam cayó de rodillas, respirando tan rápido que su corazón parecía salir de su pecho, llevo ambas manos a sus labios, impidiendo que algún sonido lo delatara con estar llorando. El dolor es inexplicable todo arde es como si estuviera quemándose vivo, sus órganos no dan para más y hasta sus ojos lloran como si el humo entrara en ellos.
Fue entonces que recordó la vez que sintió el amor darle bofetadas.
Cuando Liam entro y miro aquella tarta decorada, sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, alguien le había preparado una tarta y no era su cumpleaños. Ni siquiera en su cumpleaños come tarta. Cuando desvío la mirada de el alimento y observo a ese niño nalgas miradas, todo tuvo sentido. Zain estaba enamorado de él, lo pensó un par de veces, ese niño es adicto abrazarlo y robarle besos, aún que al final descarto esa posibilidad, seguro el moreno solo quería sexo.
