Atentado

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Liam se adapto con rapidez a la barra, es alguien inteligente y aun que es brusco con las copaz, sabe hacer los tragos más populares del lugar.
El uniforme cambio, ahora es camisa blanca y chaleco ajustado de color negro, con un delantal del mismo color.

Así que ahora estaba ahí, mirando a todos bailar tras la barra mientras limpia una copa, no hay mucha gente, es miércoles y eso no ayuda.

– Liam, te dejo la barra, voy a limpiar la mesa seis–

El mencionado asintió, al no ser un día con gente, hay poco personal. Miro aburrido a su alrededor antes de observar en la mesa 2, como una pareja discutía, un hombre alto y robusto con uno más pequeño y delgado, parecía que el último iba a llorar.

Liam suspiro y decidió mirarlos, estaba aburrido y su único entretenimiento es ver a maricones pelear.

– ¡Púdrete Sebastián! –

El más pequeño grito dando media vuelta, para irse, siendo detenido con brusquedad por el hombre mayor. Liam no iba a interferir si no fuera por que el hombre le dio un golpe demasiado fuerte al mas pequeño.

Salto de la barra llendo sin pensar por el agresor.

– ¡ey cara de mierda! –Grito atrayendo la mirada del hombre.

– No te metas mese... –

Liam clavo su puño directo en el rostro, no le dolió, el ya no siete dolor desde que Zain no está con el.

– Quieres pelear mesero...

Liam no dejo hablar a él hombre, solo comenzó a lanzar golpes, el tipo estaba borracho así que fue fácil de someter. Seguridad llego y con rapidez lo sacaron de ese lugar no sin antes gritar.

–¡Puto gordo de mierda!–

Liam suspiro, giro en busca del chico que fue abusado, encontrando a este bajo la mesa cubriendo su ojo en mal estado llorando en silencio.

Esa escena parecía familiar.

– Ey tu.. –

Dijo Liam llamando la atención del chico.

– Vamos atrás, tengo cosas para que te limpies ese golpe–

El chico dudo y Liam lo noto, por eso solo camino a la cocina sin importar si el chico lo siguiese o no.

Al llegar a la cocina, escucho unos pasos tras el, así que entro dejando la puerta abierta.

– Aquí hay esas mierdas para curar, usalas–Dijo señalando un botiquín blanco sobre un mueble polvoriento.

Tomo una toalla de limpiar, la humedeció y como Zain le enseño limpio sus propias heridas en sus nudillos, se recargo en la pared mientras lo hacía y miro a él chico sollozar frente a él, usaba anteojos los cuales ahora estaban rotos, tenía flequillo y era de tez blanca y pálida.

– Gracias.. –

Liam negó moviendo la cabeza., el no hace favores, además, ni siquiera sabe por que interfirio.

– Soy Jessie–

–Liam–

Termino de limpiar sus nudillos, dejo el trapo y salió de la cocina, siguió con su trabajo una media hora, hasta que observó a él chico salir de la cocina y sentarse en una mesa no muy lejos de la barra. No le tomo importancia y siguió atendiendo clientes, el chico también pidió tragos, solo dos pero el no se los  sirvió, fue un compañero suyo quien lo hizo.

– Pobre chico, ¿ya viste lo delgado qué es?– Escucho a sus espaldas a sus compañeros dialogar.

Entonces liam miro con más detalle a él chico, parecía muy delgado casi a ser huesos.

Y de nuevo se sintió tan familiar.

Después de un tiempo el chico se marchó sin decir nada. Liam lo olvido con rapidez después de unas horas, su turno termino y solo se fue a casa, comió un panecillo, fumo cinco cigarrillos pensando es su noviesito y durmió.

Olvidando al chico de hoy.

°°°

Liam llego temprano la mañana siguiente, entro a los vestidores y noto un bulto sobre la colchoneta, creyó que era un borracho gay como otras veces. susedido, pero noto el suéter azul que usaba el chico de ayer, se acercó y miro el rostro dañado, era el.

– No nos delates. El chico no tiene a donde ir, vivía en casa del hombre que lo golpeó y tiene miedo de regresar y que lo mate ese hijo de puta. – Dijo uno de sus compañeros desconfiando de Liam.

–  No me importa de todos modos–

Siguió con su trabajo, sale temprano y va directo a ver a su noviesito, quiere verlo ya, comerles la boca y escuchar sus historias de princesas.

En medio turno dos de sus compañeros, incluyendo a él negro que no recuerda su nombre se acercaron a él.

– ¿Qué quieren putos maricones? – Dice con molestia, los hombres frente a él rieron pensando que era una broma.

– Tu eres el único con casa sola–

Liam no es tonto y sabe a donde va esa conversación.

– Pudranse no llevaré a ese maricon a mi casa– Gruñó siguiendo con su trabajo.

– No puede ser gratis, qué tal si te paga haciendo el aseo de tu casa –

Liam negó con la cabeza una y otra vez.

– No, No quiero un maricon en mi casa– Gruñe siguiendo con el labor de lavar trastes.

– Liam eres la única esperanza de ese chico, esta muy mal– 

– Qué se vaya a un hotel o algo–
Dice con fastidio el no será el niñero de nadie.

– Piesalo Liam –

Liam no quiere que nadie entre a su casa, es un Lugar íntimo, es como si quisieras entrar en la celda de un reo peligroso. Además en prisión si metes a alguien más a tu celda qué no sea tu protegido es de mala suerte y  das a entender que cualquier persona puede tomar lo tuyo.

Por eso en prisión salia de su celda para follar en otro lugar.

El ama mucho a su novio y no quiere que este piense mal de el si mete un marica a su pequeño castillo de princesas.







PROTEGIDO 2 (ZIAM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora