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Una semana paso y Liam se encuentra tan mal.
Había visitado día a día a Zain, estaba al pendiente de el, aún con el estorbo de los padres, Liam no dejo ni un solo día a Zain sin su beso. Miro poco a poco como su moreno perdía la cabeza para después estar como si nada, habían situaciones donde el chico parecía estar perdido en sus pensamientos, Liam pregunto sobre el comportamiento, al parecer solo es el medicamento, el tratamiento que consume Zain es fuerte y lo hace caer en un estado estable donde es demasiado pacifico.
Por supuesto que Liam finge estar emocionado y le sigue el juego a Zain cuando esté se comporta como niño pequeño, no lo preocupa y tampoco lo agobia hablando mucho. El moreno estaba mejorando de manera rápida, pronto lo darían de alta, claro que sin dejar el tratamiento.
Por otro lado está Liam, el cual la a pasado de la peor manera, siempre que termina la visita de Zain, regresa a casa, dónde no hay ni una pizca de amor, claro que hay dos pares de fotos enmarcadas cerca de una ventana, las cuales Liam voltea para no recordar a su pequeño, la casa se nota tan triste, con flores secas que alguna vez fueron ramos románticos, platos sucios y empolvados, la cama desatendida que jamás es hecha, una televisión vieja y vidrios rotos.
Liam trata de no pasar mucho tiempo en casa, solo llega a dormir, toma demasiado café y fuma mínimo cinco cigarrillos al día. ¿Recuerdan que era lo que hacía Liam cuando se sentía solo en prisión?
Ir al gimnasio.
Liam se a inscrito a un gimnasio donde pasa la mayoría de su tiempo cuando no está trabajando y cuando no está con Zain, hace tanto hasta que su cuerpo pide un descanso, el hacer ejercicio lo ayuda a sacar todos sus demonios, esos pensamientos de no seguir con Zain debido a tanto esfuerzo y responsabilidad, matar y matar tiene demasiada rabia, quiere asesinar a alguien, pero se mantiene sereno, no quiere ir a prisión de nuevo y solo está ahí afuera por Zain, aún cuando no estén juntos.
Toda esta situación está terminando de pudrir la cabeza de Liam, no solo por que necesita sexo 24/7, necesita esa atención encantadora, necesita comer esa deliciosa comida hecha por manitas divinas, necesita de Zain. El estrés y paranoia que está provocando en Liam, es peligrosa, la responsabilidad de cuidar de Zain lejos de el, de saber llevar una relación a distancia es aún más peligroso. Todo esto puede llegar a un punto donde Liam diga "Basta" y deje todo atrás.
Como ahora.
Miraba seriamente a su compañero, ese hombre lo había invitado a tomar unos tragos como siempre, con la diferencia de que Liam no pensaba rechazarlo esta vez.
— Vale pues — Se colocó de pie ignorando el rostro emocionado y feliz de su compañero.
— Los chicos estarán tan felices—
Cuando se reunieron todos fuera del bar, Liam se sintió un poco incómodo por el tono de voz tan agudo que ocupan, es horrendo.
— Si voy a tomar con ustedes no quiero nada de maricones—
Todos lo miraron perplejos, era extraño ver a un Gay quejándose de gays.
— Liam eres gay ¿No?— Pregunta uno de ellos y Liam sabía a dónde iba esa pregunta.
— Tu y yo no somos iguales. Yo soy gay. Tu marica— Gruño dejando sin palabras a el chico rubio, ese chico era bailarín y claro que Liam lo miro durante un show, era bueno moviendo caderas, pero apuesta a qué no sabe cocinar un huevo frito.
El taxi llegó, abordo a todos y cuando llegaron al lugar, Liam se sorprendió al saber que era una discoteca, pero está no esa solo gay, una discoteca donde cualquier persona va y la pasa bien.
— Esto me sorprende. No es tan marica como ustedes —
— No somos arcoiris y brillantina Liam—
— Si lo son—
Cuando entraron y pudieron una mesa Liam decidió pedir un pequeño trago, mientras miraba a su alrededor, odia a la gente.
— Ay mujer, no digas eso preciosa —
Liam escucho a un hombre cerca de el hablar con alguien más fue tan horroroso que solo dio un trago a su cerveza y Murmuro.
— Joder —
El tiempo paso y con ello los tragos, Liam paso de ser un gruñón, a ser aún más gruñón, mirando con ojos de borrego a su alrededor. Noto una cabellera rubia, ese chico bailarín estaba sobre la pista de baile, moviéndose tan bien, hacía ese típico movimiento de caderas pero no parecía exagerado, solo seductor. Cuando sintió a el pequeño Liam brincar, noto lo que estaba haciendo, así que desvío la mirada a su cerveza mientras los recuerdos de Zain moviéndose sobre el torturan su cabeza.
Claro que extraña tener sexo con Zain, oler su piel, dejar marcas, escuchar esa risita satisfecha que suelta antes de terminar. Liam no solo extraña a Zain, extraña su cuerpo.
— Creo que tienes un problema —
Liam miro a el chico frente a el.
— Aléjate — Gruño en forma de advertencia.
— Te vi mirarme. ¿Ya no te parezco marica?— Pregunta llegando a el asiento de Liam.
— Te mueves como puta por qué es lo que eres. Pero no te acerques a mi— Gruño de nuevo sin retroceder ese chico debe entender la distancia.
— Podría ayudar, tal vez solo mi mano. Yo fui quien lo provocó —
Liam se encuentra demasiado ebrio así que solo repite las mismas palabras que reproduce su cabeza.
— No, tengo novio idiota—
— Ah si? Pues no lo veo—
Entonces Liam miro a su alrededor con ceño Fruncio, en busca de su novio, Zain no se encuentra ahí, pero tampoco estará en casa y ahora no está en su mente.
— El está... ¿Dónde está Zain?— Mira confundido. Esa pregunta va más allá de lo físico, Zain su verdadero protegido no está, a sido reemplazado por una enfermedad.
— Estás en forma. Te miro más fuerte—
Liam salió de sus pensamientos al sentir un apretón en su brazo la parte que a estado ejercitando.
— Te voy a partir el culo si me sigues tocando — Gruño, odia ser tocado por otras manos que no son de Zain.
— Suena bien—
Liam suspiro miro algo mareado una botella de vodka— Dame esa botella se la romperé en la cabeza — Dijo mirando a otro hombre. Quién solo soltó una leve risa.
