ו|CAPITULO 21 - FUERA|•×

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Entre todas las cosas que han pasado en mi vida, pienso que lo más doloroso de toda ella es el haber perdido a mis amigos de la cede, dejando del lado todo el trauma que me ocasionó el estar en ese lugar claro está, pero ahora, ahora de verdad siento que no puedo ni quiero seguir.

—Vamos Ray, ánimo por favor, aún hay tiempo para que el vuelva.

En esos pocos días me he sentido tan agotado, tan fuera de mi, incluso he pensado en acabar con mi vida en varias ocasiones, era una total verdad el hecho de que una vez que los chicos vuelven caen en algún vicio, bueno, no sé cómo lo logré pero encontré varias botellas de bebida en casa y desde ahí no he podido dejar de tomarlas, con tan solo diez años me he vuelto un adicto.

—Ray, sal por favor.

Las súplicas de mis hermanos me hacen enojar y enloquecer, ¿Es tan fácil entender que quiero estar solo? Es obvio que no saldré, no hay nada ni nadie que me haga cambiar de opinión.

—¿Aún sigue ahí?

Menos ella.

—Solo pierden su tiempo, déjenlo ahí encerrado, que siga de necio y terco.

Tiene más de una semana que me enoje con Emma, me descubrió bebiendo y marcando mis brazos con el bisturí de la enfermería y aunque le dijo a mamá ella solo "retiro" todos los objetos de alto riesgo de mi alcance sin decir nada, sin embargo, no se llevó ni mi arma, ni el paquete de balas que aún tengo conmigo.

«Si ella hubiera descubierto el arma se preocuparía mas»

—No puedo decirle la verdad.

No quiero salir, no quiero comer, no quiero saber de nadie, mucho menos de el, ya que han pasado dos días desde la fecha límite y ese bastardo rompió su promesa.

—¡Pues ojalá seas feliz allá, bastardo!

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•|18 de Mayo|•
- 23:28 PM

Ya van varios días y Norman no regreso, no quiero ver la cara de mamá ni preguntarle, estaba tan confiado de que volvería aquí y que ambos superariamos esto, pero tal parece que está todavía en la cede... Espero que vivo, no sé si haya muerto aunque es obvio que no, es lo suficiente inteligente como para arreglarselas incluso si solo tiene un balde a su lado, aunque su condición física me preocupa un poco...

—El estará bien, de seguro fue adoptado... O algo más.

Sin darme cuenta la puerta de la enfermería ya estaba abierta y quién menos esperaba estaba parado justo frente a mi, viéndome en ese estado tan deplorable.

—¿Sabes que todos están preocupados? Incluso yo y se que algo malo está pasando, puede que a Emma no le quieras decir pero yo soy tu hermano y aunque sea menor eso no significa que no te pueda ayudar, así que vas a levantarte, tomarás un baño, comerás un poco y trataré tus heridas.

El escucharlo ordenarme de esa forma solo me da gracia, nunca en la cede me trataron así, allá era lo que yo quería ya que era el menor, ellos sentían que debían cuidarme y la decisión que tomara la apoyaban, así como yo los apoyaba de la misma forma.

—¿Quien te crees?— tal vez sea por el efecto de la bebida, pero es obvio que mi voz y acciones son diferentes a lo que soy realmente y si soy sincero... Me causo miedo escucharme así —¿Por qué vienes aquí y me das órdenes? Ni si quiera se como entraste aquí.

—Robe la llave de mamá— la llave está frente a mi, aquella que abre y cierra todas las cerraduras de la casa, si la tuviera podría escapar, podría salir, pero, ¿A donde iría una vez que salga? —Y no te estoy dando órdenes, te estoy tratando de ayudar así que deja la terquedad a un lado y andando que no es bueno que ninguno de los niños te vea así.

Toma mi mano pero con delicadeza, supongo que ve todas las cortadas y sangre seca que hay en mi brazo y no quiere causarme más daño, pero eso solo significa que me tiene lastima y eso me dan náuseas y repulsión.

—¡Suéltame!

Doy un manotazo en su mano y doy un paso atrás, no quiero hacer nada de lo que el me ordene, lo odio a el y a todos los de la casa, no se por qué quería volver en primer lugar.

—¡Deja de ser tan terco!

Su voz se alza y me siento amenazado, pero el no cuenta con el poder que yo, no sabe que puedo acabar con su vida en cualquier momento y justo cuando tengo el arma apuntando hacia el puedo ver cómo sus ojos se sorprenden al ver mis acciones.

—Es arma... ¿De dónde...?

Al ver que no tiene miedo no se que hacer, y después de eso vuelvo a mis sentidos, vuelvo en si y me arrepiento profundamente de lo que acababa de hacer.

—Yo... ¡Lo siento! ¡Lo siento mucho!

Bajo el arma, y el solo se acerca a mi para arrojar el arma lejos y tomarme en sus brazos, esos cálidos brazos que alguna vez me abrazaron fuertemente antes de irme de casa hace casi medio año, los mismos que ahora me consuelan y me hacen querer regresar el tiempo a dónde era feliz.

—¡Perdóname Don! ¡Yo no quería!

—Ya, ya— puedo sentir como acaricia mi cabeza mientras sigo llorando y aferrandome a el, es el momento de dejar salir todos mis miedos y preocupaciones.

—¡No es que no quiera estar con ustedes! Es que tenía tanto miedo de que pudiera hacer esto... Pero de todas formas termine apuntandote con mi arma— me separo de el y caigo al suelo mientras trato de respirar correctamente ya que mi nariz se tapa por mis lágrimas que no dejan de brotar —¡Lo siento! Tengo tanto miedo desde que volví, fue horrible todo lo que pasó allá, no quiero que se vuelva a repetir...

Don me ve y empieza a limpiar mis lágrimas mientras ve mis ojos directamente y me detengo un poco de mi llanto, pero no dura mucho ya que vuelvo a llorar dejando salir mi mayor dolor.

—Norman... Norman no volvió...

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•|Cuarto de enfermería de la casa Grace Fiel|•

•|19 de mayo, 00:16 AM - Ray se dispone a contarle la verdad a su hermano menor|•

•|Norman queda fuera del juego|•

EL JUEGO DE LA SUERTE | TPN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora