•×|CAPITULO 20 - PROMESA|ו

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Tanto mamá como yo nos quedamos cayados al escuchar a Emma, ni siquiera habíamos notado su presencia, ni que estaba cerca de donde estábamos, ¿Habrá escuchado algo? ¿Que pasara si si? ¿Mamá la enviara? O tal vez...

—¿A qué juego se refieren?

Mamá solo suspira y después sonrie acariciando las mejillas de Emma.

—Tranquila cariño, no es nada— después con dulzura acaricia su oreja y da un beso en su frente —Es tarde y nos levantamos temprano, tal vez sea mejor que vayan a dormir, ¿Verdad?

—Ah... Claro— Emma sonrie como si nada, no parece asustada ni confundida, más bien parece feliz totalmente tranquila y estable, aunque su mano al estar frente a mi tiembla un poco —Vamos Ray, es hora de dormir y se que no te gusta dormir solo desde que regresaste.

—Oh... Si, vamos a dormir— paso por el frente de mamá tomando la mano de Emma para empezar a caminar por el pasillo, miro hacia atrás y mamá ve como ambos avanzamos —Buenas noches.

Mama solo suspira y nos responde de la misma manera para después darse vuelta y salir de nuestra vista mientras caminamos un poco ma rápido.

—Emma, sobre hace un momento— trato de entablar una conversación con ella pero solo me jala de forma brusca hasta que ambos terminamos dentro del baño principal de la parte de arriba, puedo ver cómo jadea como si estuviera asustada y dejara salir toda su preocupación de un momento a otro —Em...

—Por favor Ray, dime qué es lo que está pasando.

Me quedo cayado al escucharla, es obvio que escucho, es obvio que sabe algo y es muy obvio que lo sabe ya que yo no dejo de dar señales sobre algo malo que ocurrió en mi ausencia en esos dos meses.

—Se que algo te paso, algo que no quieres decir pero que aún no sé por qué ¿Es miedo?¿Es preocupacion? ¿Que es, Ray?— se ve alterada y a mi también me altera, si yo llego a decir algo sobre lo ocurrido en ese lugar no solo me muero yo —¿Acaso es de vida o muerte?— si no que ella también moriría y eso jamás me lo perdonaría.

—¿Que? No digas tonterías, nada pasa— me hago a un lado y camino hasta la puerta para poder salir —Todo está en orden, no hay nada que deba contar— pero ella me acorrala y pone sus brazos a los lados de mi cabeza y me mira fijamente.

—¿Entonces que te pasa? Todas las noches tienes pesadillas, te alteras con el más mínimo ruido incluso pareciera que tú mismo te haces daño no creas que no he visto las marcas en tus brazos y abdomen— me quedo congelado en mi lugar bajando la cabeza, sinceramente no me siento preparado para esa conversación —Dime que ocurre, podemos buscar una solución ambos, no estás solo estoy contigo y se que Norman...

—No hay ninguna solución Emma, todo se fue al carajo— mi voz se escucha rasposa y agitada, quiero llorar y dejar salir absolutamente todo el miedo que tengo y dejarlo ir con un fuerte grito —Asi que mejor así déjalo— pero se que si lo hago solo levantaré sospechas y lo que menos quiero es que mamá se entere de que ambos tuvimos esta charla, aún no confío en ella y es obvio que no dudaría en matar a cualquiera que sepa el secreto con tal de seguir viva —Vamos a dormir.

Quitó su mano pero una fuerte bofetada cae en mi mejilla que hace que mire hacia el lado contrario sintiendo un fuerte ardor y un enrojecimiento en mi cara, Emma me acaba de golpear y para ser sincero no fue un golpe tan fuerte, sin embargo no era algo que esperara de ella y eso solo traía malas noticias ya que ella nunca en la vida había golpeado a alguien de esta manera.

—¡Idiota! ¡¿No entiendes que estoy preocupada por ti?! No duermes y cuando lo haces solo tienes pesadillas, te saltas las comidas, no sales de la enfermería más que para dormir conmigo por qué es obvio que algo te impide dormir solo, ni siquiera ves a nuestros hermanos cuando te lo piden y es obvio que le tienes miedo a mamá desde que volviste ¡Dime qué ocurre!— me quedo viendo a sus ojos que lloran y me suplican por la verdad, pero por más miedo que tenga y por más ganas que tenga de desahogarme más miedo tengo sobre lo que le pueda pasar a ella o a cualquiera que llegue a escuchar esa conversación —¡Somos hermanos! ¿O no? Dijimos que íbamos a estar juntos por siempre, que aunque nos mandaran a la adopción regresariamos y los tres ayudaremos en el orfanato con mamá, ¿Que acaso lo olvidaste?

—¡Claro que no lo hice!— mi voz se hace más fuerte tratando de sacar todo, pero no puedo hacerlo, no estoy listo y no es el momento para eso —Es solo que... Emma... Yo de verdad... De verdad...

No puedo más y me tiró al suelo llorando, quiero decirle todo pero el miedo me consume tanto que mis piernas y manos tiemblan, mi cabeza duele y no puedo pronunciar palabra alguna, siendo mucho miedo y dolor, incluso creo que vomitare en ese momento.

—Ya basta— Emma se tira al suelo me abraza por el cuello mientras siento como llora y cada vez me abraza más fuerte —No... Lamento mucho esto, lamento presionarte de esta forma, lo siento mucho Ray, no queria hacerte daño.

Me quedo viendola y puedo oler el olor de su cabello, me trae tanta nostalgia y recuerdos felices de cuando éramos niños, pero a la vez me recuerda mucho el hecho de que Norman se fue y de que posiblemente hay una pequeña posibilidad de que el nunca vuelva.

—Emma, te prometo que te contaré todo, te prometo que te diré absolutamente todo lo que ocurrió en esos dos meses, pero por favor prométeme algo— Emma trata de separarse pero yo la tomo nuevamente abrazándola a mi para que no vea mi cara con el mayor miedo de mi vida —Prometeme que volverás después de la adopción, prometeme que lo harás sin importar que, que harás lo posible por volver a mi.

Emma se separa un momento y ve mi cara, estoy cubierto de lágrimas y de mocos, ella sonrie y ríe un poco mientras con la manga de la camisa de su pijama limpia mi cara y después junta su meñique con el mío besando ambos.

—Sin importar que, volveré a tu lado Ray. Te amo.

EL JUEGO DE LA SUERTE | TPN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora