•×|CAPITULO 49 - DESCORTÉS|ו

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Al escuchar la voz de aquel chico me doy cuenta de que no solo es el, si no varios mas de los niños del lugar se acercan. Todos nos empiezan a rodear mientras el chico que llego primero pasa al frente.

—Es un honor tenerte aquí, pero dejemos la familiaridad para otro día y vayamos directo al asunto principal— a su lado se postran tres chicos de la misma altura que el, se ven de unos dieciséis años aproximadamente. Aún odio el hecho de ser menor que todos los de aqui —¿Cómo es que puedes ganar en un juego de azar tan difícil? Las probabilidades son del cincuenta porciento, ¿Como lo haces?

—Jaja— reí un momento, escucho los murmullos de los chicos alrededor. Gillian da un paso al frente poniéndose a mi lado y entre la multitud puedo ver cómo Nigel camina sigiloso y se esconde detrás de unos arbustos —Digamos que soy un tipo de...— levanto las manos e inmediatamente muestro la moneda frente a el mientras la empezó a mover entre mis dedos de forma "mágica"—...Mago.

Todos empiezan a murmurar, es obvio que la gran mayoria de los de aquí me toma por un charlatán, ¿Pero que puedo hacer? Es obvio que si yo gano el juego yo me quedo con sus cartas.

Los rumores sobre la forma en la que ganamos los juegos se extendieron de forma incontrolable, tanto que varios niños non han estado retando incontables veces en busca de las cartas que tenemos.

—No me hagas reír, ¿Un mago? No eres más que un charlatán.

—¿No me crees? Pruebame— Se ve su cara dudosa, es obvio que sabe que tramo algo y no lo duda —Ya veo, si tienes miedo de perder tus cartas lo entiendo no serías el primer cobarde que se retira al estar frente a mi, sabes.

Y justo ahí, es lo único que puede encender el enojo en una persona: Que le pegues duro en el orgullo.

—Muy bien, si tan mago eres— su sonrisa molesta hace que me ría pero debo mantenerme serio —Quiero que lances la moneda lo más alto que puedas y que salga sol.

Todos empiezan a murmurar y es cuando veo a todos que logro visualizar a los demás chicos entre la multitud. Oliver, Zack, Violet, Sandy, Sonya, Pepe y Don están entre ellos escondidos.

«Al menos no estoy solo»

Aishe se pone de mi lado y pone su mano justo encima de mi hombro

—¿Lo mas alto?— mi voz se escucha temblorosa y me veo dudoso —Pero así...

—¿Que? ¿Ya no confías en ti mismo?— mis ojos reflejan preocupación pero es obvio que por dentro me estoy riendo de este tonto.

—Bien, lo haré— mostré la moneda frente a todos lanzandola un poco —Empecemos el juego, ¿De acuerdo? Y solo si apostamos diez cartas cada quien.

—¿Diez?— todos parecen sorprendidos, pero entre varios comienzan a hablar

—Si ustedes ganan serán mis diez cartas, y es más, les daré diez cartas más de alguna de mis subordinadas.

—¿Subordinadas?— menciono Gillian viéndome de mala forma, aún así es actuación, no hay forma en la que perdamos este juego —¡Estás loco!

—¡Muy bien! Tus cartas y las de la rubia a cambio de veinte de nuestras cartas.

—Me parece bien— sonrió hacia Gillian, ella cruza los brazos y desvía la mirada. Parece molesta, es obvio que no quiere que haga una apuesta estúpida y pierda las cartas que tanto nos costó conseguir —Bien, aqui va.

Me agachó y brinco lanzando la moneda lo más alto que pude, es obvio que al estar en un lugar abierto el viento le pagaría, aún así se que esto está ganado y todo está a nuestro favor.

EL JUEGO DE LA SUERTE | TPN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora