ו|CAPITULO 42 - A MI TAMBIÉN|•×

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—Es... Espera por favor... No puedo... No puedo..

Cuando termine de contarle todo a Oliver el simplemente no dejaba de abrazarme.

—Oli... Oliver ¡Ah! ¡Espera!

Mis ojos no dejaban de sacar lágrimas y mi cuerpo temblaba como nunca, tenía tanto miedo de morir, de ya no ver a mis compañeros nunca más.

—¡Por favor! Es... ¡Ah!

De ya no verlo a el.

—Tu cuerpo tiembla mucho, significa que te gusta.

Sus manos calidas tomaron mi cara limpiando todas y cada una de las lágrimas que salían, era como si quisiera curarme y decirme que todo estaría bien, que no había nada de que preocuparse, pero era claro que había mucho por que hacerlo.

—Mis piernas... Por favor...

No recuerdo muy bien como llego a esta situación, desde antes ya nos tocabamos de cierta manera, pero no habíamos llegado a tanto.

—Oliver... No puedo más... Creo que voy a terminar.

El miedo que ambos sentimos hizo que todo esto empezará, se que no moriré en ese juego, tengo un plan, un loco y detallado plan que le he contado totalmente a él, y se que el sabe que es imposible que muera en ese juego.

—¿De nuevo? ¿Cuántas veces van? ¿Tres?

Sabe todos mis movimientos, todo lo que tramo, es al único al que no le puedo ocultar nada.

—¡Espera! ¡Olí..!

Solo puedo sentir como mi cuerpo tiembla encima de sus piernas, por alguna razón ahora hay ropa tirada por toda la habitación, su respiración se escucha agitada pero no tanto como la mia.

—¿Te gustó? ¿Puedo seguir?

Puedo escuchar el latido de su corazón que esta a mil por hora, su piel desnuda, sudada y caliente que se conecta con la mia que no para de temblar y de aferrarse a el como si lo necesitará para vivir.

—Yo... Estoy cansado.

—¿Cansado?

Sus manos son suaves y su voz me hace sentir seguro, estoy con alguien maravilloso, alguien atento, lindo, comprensivo y atractivo, alguien muy inteligente y podría seguir describiendo todas y cada una de las cualidades que lo hacen maravilloso, pero las nuevas sensaciones que recorrer mi espalda baja hasta mis hombros no me dejan pensar en nada mas que en una cosa.

—¿Puedes repetir lo de hace un rato?

El solo me mira y me recuesta delicadamente en la cama, llevaba más de tres veces masturbándome para hacerme sentir bien que no me di cuenta que el estaba a punto de estallar de la misma forma.

—¿A qué te refieres?

Solo escucho su voz que susurra en el silencio de la habitación, inundando todo y llenado de escalofríos mi espalda y conmocionado mis sentidos por completo.

Sus manos que se deslizan lentamente por mis piernas causando espasmos que hacen que mi cuerpo brinque y el ría al ver mis reacciones.

—Tu... Tu sabes.

Sus finos dedos que juguetean dentro mío mientras mi espalda se arquea y mis manos se aferran a la sábana para tratar de soportar el placer.

—Ha, ya recordé, ¿Te refieres a eso?

Sus ojos rojos que apesar de la oscuridad puedo verlos con claridad penetrando en los míos, su mirada llena de lujuria mientras lame la palma de su mano sin despegar sus ojos de los míos, el como nuevamente acaricia mis piernas y se acerca a mi lentamente besando mi cara para que me sienta tranquilo.

—¡Duele!

—Shh, shh.

La manera en que me besa delicada y la vez desesperadamente demostrándome lo que quiero escuchar. El como me abraza fuertemente y no me suelta apesar de que araño su espalda para soportar el dolor que me está generando el tener mi primera vez con el.

—¿Quieres que lo repita?— solo puedo mover la cabeza de arriba abajo mientras un fuerte golpe pega en dónde nuestras intimidades se juntan y todos mis sentidos se agudizan haciendo que vea el techo y no pueda parar de apretar las sábanas —Tranquilo, te lo diré una y mil veces hasta que se te grave en la cabeza.

El fuerte y constante golpeteo de nuestros cuerpos chocando de forma romántica y con ese sonido lascivo que llena el cuarto dejando del lado los gemidos y jadeos que resuenan y salen de ambos me hacen perder la cabeza, sin poder hacer nada mas que llorar, babear y gemir debajo de el.

Se detiene un momento, toma mi cara delicadamente y besa mi frente para después susurrar cerca de mis labios.

—Me gustas, Ray.

Sus labios se unen a los míos y sus movimientos continúan mientras todo mi cuerpo rebota encima de la cama, sus ojos no dejan de ver los míos, es como si estuviera hipnotizado, su mirada es encantadora.

—Pa... Para, ¡Para, para, para, para, para!

Trato de empujar su cuerpo lejos de mi pero su fuerza es mayor a la mia, después de todo yo tengo catorce y el diecisiete.

—¡Oliver! ¡Por favor!

No importa cuánto suplique el no deja de mirarme mientras mis piernas se aferran a sus caderas y mis brazos a su espalda.

—¡Por favor! ¡No puedo!

Me despega de el para mirarme nuevamente y me besa, me hace sentir tranquilo, a salvó, totalmente seguro y es solo hasta que da un último golpe que puedo sentir lo que es estar en el verdadero cielo. Todo mi cuerpo tiembla, mis uñas se entierran en su espalda y el gruñe por el dolor de sentir como lo araño y sale sangre de las heridas, mis ojos se ponen blancos y sus labios se cierran, mis dientes lo muerden fuertemente en el labio mientras siento como me quedo sin aliento.

Después de unos segundos mi respiración vuelve y otro espasmo se siente cuando lo veo salir de mi, estoy totalmente mojado y un líquido blanco sale de mi. Oliver jadea, limpia el sudor de su frente, peina su cabello hacia atrás y limpia un poco la sangre de sus labios mientras me sonrie.

—¿Estás bien?

El me pregunta a mi sí estoy bien, aún después de que el agresivo fuera yo, dejándolo con heridas e incluso sangre que chorrea y mancha la sábana que antes era totalmente blanca.

—Oliver...— todos mis sentidos se sienten agudos, mis manos y piernas aún tiemblan y mientras miro y siento como aún sale todo el líquido que dejó dentro de mi puedo sentir que mi corazón late a mil por hora. También siento lo mismo que el —A mi tambien me gustas.

EL JUEGO DE LA SUERTE | TPN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora