( ⁜ )
—Quédate aquí, te lo ruego. Diré que estás enfermo o algo, pero por favor no vengas— su voz sonaba desesperada, al igual que su agitada respiración.
—Felix... ¿qué sucede?
—Mete los dedos en tu boca hasta tu garganta, vomita en algún lado. Si... Así lo creerán— miró hacia todas partes, procurando que nadie más que ellos estuviese cerca—. Escuché lo que decían anoche, no van a hacernos nada bueno. No quiero que salgas de aquí, no quiero que salgas herido.
—Me estás asustando, ¿qué van a hacer?
—No lo sé, solo-
La atención de ambos se dirigió a la puerta de metal, la cual comenzó a ser bruscamente tocada.
—¿Qué tanto hacen ahí? ¡Salgan ya, maldita sea!— gritó una molesta voz desde el otro lado, una voz que ambos reconocieron al instante. Al hacerlo, temblaron.
—Es Yeo, debo irme— avisó con apuro Felix, en aquel tiempo pelinegro, tratando de caminar hacia la puerta. Lamentablemente fue detenido por la mano del contrario—. No me hagas esto... déjame protegerte.
—No quiero que lo hagas, quiero ir contigo.
—Por fa-
—¡Lee Felix y Hwang Hyunjin, salgan ya! ¡Todos los esperan!— volvió y gritó, pero ahora con cierta gracia tintando su tono de hablar.
¿Hwang Hyunjin?
Hwang Hyunjin.
Hwang Hyunjin...
( ⁙ )
Abrí mis ojos de repente, sintiendo como mi pecho subía y bajaba con una peligrosa agitación. Mi cabeza dolía, tal y como si fueran puñales clavándose una y otra vez en el mismo sitio.
¿Había sido otro sueño sin sentido?
O... ¿era un recuerdo?
Reconocí mis alrededores y noté que aún seguía en el mismo lugar, en el piso, cerca de las escaleras, con Minho; parece que me había quedado dormido sin darme cuenta. Sin embargo, el pelimorado no estaba durmiendo, solo miraba hacia el frente con una expresión vacía incrustada en su rostro; miraba al pasillo, así que supuse que aún esperaba Jisung.
ESTÁS LEYENDO
Do you wanna be ODDINARY? - Hyunlix
FanfictionExperimentos que buscaban crear alguna mejora en un grupo marginado de infantes, destinados a crecer dentro de jaulas y sufrir mientras aun respiren, terminó por crear desalmados con un único latir en sus corazones y venas: sed de venganza. Lee Feli...