Experimentos que buscaban crear alguna mejora en un grupo marginado de infantes, destinados a crecer dentro de jaulas y sufrir mientras aun respiren, terminó por crear desalmados con un único latir en sus corazones y venas: sed de venganza.
Lee Feli...
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Cuando el sol ya estaba saliendo mínimamente de su escondite, dejando caer con gracia unos pocos y finos rayos de luminosidad sobre gran parte de la ciudad de Busan, fue cuando Chan se vio tocando la puerta de Hyunjin, esperando a que este le abriera. No mucho pasó hasta que eso sucedió, por lo que el mayor ingresó rápido al cuarto del pelirrojo.
—¿Querías verme?— pregunta Bang a un Hyunjin de espaldas a él, pues este se encontraba mirando el cielo por medio de su ventanal, así como cada mañana.
—Deja de ponerte tan serio, me asustas— dijo con una media sonrisa—. ¿De qué se trata?
—Esta noche es importante, iremos por Yeonjun...
—Si, lo sé— respondió con obviedad—. ¿Qué hay con eso?
—Sabes que ese tipo no está bien de la cabeza, puede que todo se salga de control...
—Lo sé.
—Puede que haya, ya sabes...
—¿Qué es lo que estás tratando de decir, Hyunjin?— inquirió con firmeza el mayor, preguntándose internamente el porqué de tanto misterio.
El pelirrojo llenó sus pulmones con aire, casi como si estuviera preparándose para lo que iba a decir. Luego, se giró para ver al pelinegro a la cara.
—Quiero que te quedes aquí esta noche; no participarás en la misión de hoy.
—Ahora tú eres el que no está bien de la cabeza— soltó entremedio de una sonrisa amarga—. Todos ustedes van a estar allá afuera arriesgándose el pellejo, ¿y planeas que me quede aquí sin hacer nada? No tiene sentido.
—Sabes bien por qué lo hago— su mirada se volvió aún más fría de repente, haciendo que Chan no lograse sostenérsela por mucho más tiempo—. Incluso si tenemos cada mínima parte de la noche planeada a lujo de detalles, mientras se trate de Yeonjun, algo va a salir mal— dio varios pasos en dirección al mayor, ablandando su expresión a medida que se acercaba—. No quiero que veas nada de eso, mucho ya te estoy atormentando con el simple hecho de mencionarte el casino. No quiero empeorarlo haciendo que vayas, y mucho menos cuando existe la probabilidad de ver gente muer-
—Está bien, ya entendí— le detuvo antes de que llegase a terminar, pues la mención de esa palabra era suficiente para hacer que su cuerpo temblase—. No voy a acceder de todas formas, no es justo.
—Chris...
—Ya dije que no— volvió a verlo, casi copiando la frialdad que tenía Hyunjin en sus ojos hace un momento y, justo como a él también le había pasado, aquella se disipó y se volvió más cálida rápidamente—. Escucha, sé que te preocupas y solo intentas ayudar, aunque sea en tu forma extraña de hacerlo. El caso es que ustedes también me preocupan, y no pienso no estar ahí si algo llega a pasar. Nunca me lo perdonaría.
