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El paso del tiempo era tan agonizantemente lento que sentía que iba a enloquecer en cuestión de minutos; siempre fue un reto para mi poder concentrarme en algo, por lo que nunca fui muy bueno en la escuela realmente. Y ahora, en una clase totalmente monótona y aburrida, simplemente se me hacía imposible quedarme tranquilo.

La hora pasaba un poco más del medio día, por lo que el sol ya irradiaba con fuerza su luz sobre los campos de la universidad. Según lo que el mismo profesor nos había explicado, el tiempo de esta materia ya se estaba por acabar y tendríamos que irnos a otra aula; yo ya estaba desesperado por ese momento.

Seguía sin poder asimilar bien mi situación, pues mi cerebro no parecía esar funcionando correctamente; estos últimos días habían sido exactamente iguales: dolores de cabeza repentinos y fuertes, cansancio la mayor parte del tiempo, me costaba recordar varias cosas y ni hablemos de los momentos en los que parecía quedar inconsiente y caminar por mi cuenta, por lo que no me dejaba mucho tiempo para pensar totalmente.

Todo era una verdadera locura, y el hecho de que fui secuestrado no ayudaba tampoco. Pero, ¿realmente estaba "secuestrado"?

Mi mente se llenó de confusión repentinamente y varias preguntas llegaron a mi cabeza: ¿por qué estoy haciendo esto en verdad?, nada era mi problema. ¿Por qué no corría hacia la primera estación de policía que encontrara cerca y denunciaba a todos aquellos locos?, podría ser muy fácil. ¿Por qué mierda seguía sentado en aquel salón de clases vigilando a una persona inocente solo porque unos extraños me lo pidieron?, realmente, ni si quiera yo lo sabía.

Hwanwoong llegó rápidamente a mi mente. Yo me encontraba sentado casi al fondo del todo, mientras que él se encontraba casi al frente, únicamente siendo sobrepasado por una fila. Me sentía como un idiota por estarlo mirando durante toda la hora que estuve ahí, ya empezaba a considar llamarme a mi mismo un acosador.

No entendía la razón por la que estaba espiando a ese chico, él era una persona normal y simple, como me había contado el tal Jisung, sus mismos expedientes lo decían: no fuma, no bebe y no tiene ningún cargo.

Sin embargo, si había algunas cosas raras en él, como la forma en la que se alarmaba cada vez que el maestro—tratando de no perder nuestra atención por medio de caminar a lo largo del salón—pasaba cerca de él. Y también como parecía no poder mirarlo a los ojos, o su total inquitud siempre que el mismo le dirigía la palabra. Era extraño, pero no le presté atención en realidad.

Mierda, ¿debería dejarlo tranquilo? No creo que se merezca estar involucrado con gente peligrosa.

Pero, ¿qué consecuencias me traería eso a mí?

—Oye, Felix— escuché a la voz del pelinegro llamarme desde la puerta del salón, haciendo que frenara a mis pensamientos y lo mirara de inmediato—. ¿No vas a salir?

Do you wanna be ODDINARY? - HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora