Experimentos que buscaban crear alguna mejora en un grupo marginado de infantes, destinados a crecer dentro de jaulas y sufrir mientras aun respiren, terminó por crear desalmados con un único latir en sus corazones y venas: sed de venganza.
Lee Feli...
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—Pueden pasar— les avisó un hombre con esmoquin negro inclinándose levemente, haciéndose a un lado para que pudieran ir tras la oscura cortina que los separaba de la sala siguiente—. Será mejor que midas tus palabras hoy, Hwang. El jefe no está de buen humor.
—Como si me importara. ¿Desde cuándo los otros me impiden hacer lo que quiero?— comenzó a caminar junto con Han, soltando la cortina tras de él. Pero antes de hacerlo por completo sacó su cabeza y miró a aquel hombre—. Oye, dejé a un amigo solo por ahí afuera; se llama Felix, es rubio, delgado, con pecas, una voz de diablo, lo reconocerás fácilmente. ¿Podrías echármele un ojo mientras estoy aquí?
—¿Por qué? ¿es alguien importante?
—Sí, así que mantenme informado— le giño el ojo y se propuso a irse nuevamente, pero otra vez se detuvo—. Ten una buena noche, Lei— el pelirrojo se ergio y finalmente siguió hacia al frente, encontrándose cara a cara con muchos guardias y Elijah, alguien que, para ser sincero, nunca le había caído bien.
Aquel hombre era ignorante, inestable, molesto e inmaduro. Siempre hacia lo que quería sin importarle la situación, justo como en ese momento: se encontraba rodeado de mujeres que lo toqueteaban y besaban ignorando la presencia de los demás. Solo Dios sabía cómo había acabado siendo líder de toda una mafia, tal vez haya sido por su familia o por tener dinero, quien sabe.
Hyunjin lo detestaba con todo su ser y le daba asco, pero, para su suerte, la actuación era uno de sus mejores dotes.
—Ya empezaba a extrañarte, Elijah. ¿Cómo has estado?— dijo con una falsa sonrisa mientras se sentaba a un lado de Jisung.
—¿Puedo serte sincero?— el pelirrojo le asintió— Como la mierda, Hwang. Como la mismísima mierda.
—Aigo... ¿y eso por qué?
—¡Un hijo de puta se atrevió a traicionarme, ¿puedes creerlo?! God, no tienes idea de lo complicado que ha sido— se deslizó por el espaldar del costoso mueble en el que estaba cómodamente sentado, tirando su cabeza hacia atrás y pasando sus manos por su grasoso cabello—. A partir de ese "pequeño incidente" me puse a indagar un poco, ¿sabes lo que encontré? ¡Siete espías más! Son todos unos desgraciados, fue un gusto acabar con la vida de cada uno de ellos— los miró fijo con una expresión tan seria que parecía inquebrantable, algo muy raro en él.
—¿A dónde quieres llegar con esto? No sueles contarnos nada de lo que pasa fuera de este cuarto— cuestionó Han. El hombre lo miró de mala forma, entrecerrando sus ojos azules.
—No se te escapa ni una, niño. Bien, vayamos directo al punto— alzó su brazo e hizo una pequeña señal. Tan solo unos segundos después, Hyunjin y Jisung se veían siendo apuntados por más de diez armas.
—¡Elijah, ¿qué mierda?!— vociferó el pelirrojo poniéndose de pie. Antes de que pudiera dar otro paso, alguien ya había colocado la boquilla de su pistola justo en la parte trasera de su cabeza.
