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AÑOS ANTES

No sabe ni recuerda cuánto tiempo pasó ahí, pero su abdomen escocía, una herida se encontraba en él, sangraba y dolía bastante.

Se maldijo internamente repetidas veces, reprochándose el por qué había aceptado hacer algo como esto, sabiendo que no iba a salir bien.

Había ingresado como policía federal en Busan hace poco y, para ser sinceros, no hacía mucho más que tomar notas, imprimir informes, buscar café, y esas otras cosas que solo hacen los pasantes. Sin embargo, en aquella misma semana, se le había ofrecido salir de la comisaría y hacer algo de trabajo de campo.

Su papel en aquella "misión" era remotamente sencillo: solo sería uno de los oficiales que se quedarían fuera en caso de tener que pedir más refuerzos. Estaba contento de que fuese así, ya que, leyendo la información sobre el caso días atrás, estaba casi que cien por ciento seguro de que no iban a lograrlo.

Pero, de todas formas, sentía la emoción. Por fin pasaría aquello por lo que quiso ser policía, más específicamente, policía federal, que eran los que se encargaban de los tráficos de drogas, órganos y armas, violencia de género, entre otras cosas que, con altas expectativas, esperaba que generarán algo de adrenalina y tensión, algo que le hiciese sentir vivo.

Divertido, porque ¿en dónde estaba ahora?

Si, tumbado en el suelo, con una bala en el abdomen, muriendo.

Quería gritar de la impotencia, golpear de la rabia, pero, no podía hacer más que solo estar ahí. Igual que hace solo unos minutos, pues cuando los disparos comenzaron a escucharse, ni siquiera pudo desempeñar bien su papel: cuando ya varios hombres habían caído y estuvo a punto de pedir refuerzos, alguien apareció y le disparó por la espalda.

Ahora estaba ahí, ya no quedaba nadie más con vida, solo él y su entrecortada respiración que, al pasar de los segundos, comenzaba a escasear.

Sentía como cada nervio de su cuerpo iba poco a poco apagándose, dejaba de sentir cada extremidad; sus párpados luchaban por cerrarse hasta que, con extremada confusión y una vista borrosa, nota una silueta que se le posa encima.

—¿Ha quedado uno?— escucha que dice con voz distorsionada. Aquella persona se le acerca más, para así leer con gracia la placa puesta en su uniforme— Oficial Choi Yeonjun...

Su propio nombre fue lo último que llegó a escuchar, ya que después de eso, perdió totalmente la conciencia.

Su propio nombre fue lo último que llegó a escuchar, ya que después de eso, perdió totalmente la conciencia

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Do you wanna be ODDINARY? - HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora