Experimentos que buscaban crear alguna mejora en un grupo marginado de infantes, destinados a crecer dentro de jaulas y sufrir mientras aun respiren, terminó por crear desalmados con un único latir en sus corazones y venas: sed de venganza.
Lee Feli...
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Habían pasado dos horas más, por lo que la noche en Busan ya estaba reinando.
Hyunjin, a diferencia de cuando era temprano en la mañana, tenía las cortinas cubriendo las ventanas completamente. Era cierto que encontraba cierta tranquilidad en la tibia luminosidad del sol, pero la luna solo le traía malos recuerdos y algo de frío.
Interrumpiendo sus pardos pensamientos, que solo se volvían más vividos gracias al whisky que estaba tomando, la puerta de su habitación comienza a abrirse sin previo aviso, dejando ver al de cabellos morados, que traía una caja llena de materiales consigo.
—Conseguí todo lo que me pediste— mencionó Minho, viendo el interior de lo que cargaba—. ¿Para qué necesitas todo esto de todas formas?
—No es nada importante, te diré luego— respondió con poco interés, por lo que el mayor le dedicó una mirada de pocos amigos—. Vamos, no vayas a enojarte conmigo. Déjalo encima del escritorio.
Minho pareció querer decir algo, pero inmediatamente se calló a sí mismo. Luego, hizo lo que Hyunjin le había pedido.
—¿Llamaste a los demás?— preguntó el menor, a lo que el pelimorado asintió.
Se quedaron en silencio por unos segundos, en los cuales Lee parecía estar algo pensativo. Entonces, cuando Hyunjin estaba revisando lo que le habían traído, el mayor habló.
—Hyunjin— diciendo su nombre, Minho captó la atención del menor— ¿Seguro de que tienes todo listo para esta noche?
—¿Qué mierda dices?— bufó, tintándolo con un poco de gracia— Claro que si, no ejecutaría el plan si no fuera el caso.
—Es solo... que hay una cosa que no entiendo— se le acercó, cruzado de brazos—. ¿Elijah es suficiente razón para que hagamos algo como esto?
El pelirrojo llevó su mirada hacia otro sitio, suspirando una vez haberlo hecho.
—No es por Elijah; es por Felix— confesó—. Mientras Yeonjun siga con vida, será una amenaza para él, incluso sin saber lo que realmente pasó el siete de marzo. Así que, incluso si Elijah no me lo hubiese pedido, habría hecho un plan para matarlo.
—Y... ¿qué pasa si no lo logramos?— alegó, preocupado— Nadie más que tú debería saber de sobra que no será fácil.
—Él no es superman; sigue siendo un ser humano— burló.
—Jin...— puso una de sus manos sobre el hombro contrario—. No quiero decirlo de esta manera, pero no todos son tus muñecos; no te puedes deshacer de ellos en cuanto quieras.
—Ya lo sé, ya lo sé— pasó una mano por su cabello, comenzando a sentir algo de atosigamiento— Pero lo siento, no puedo echarme para atrás a este punto. Por eso tengo un plan de respaldo, uno que al menos protegerá a Felix.
