Experimentos que buscaban crear alguna mejora en un grupo marginado de infantes, destinados a crecer dentro de jaulas y sufrir mientras aun respiren, terminó por crear desalmados con un único latir en sus corazones y venas: sed de venganza.
Lee Feli...
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ACTUALIDAD
Yeonjun se montó a zancadas sobre el rubio, colocando sus rodillas a cada lado de su pequeña cintura. Lo observó atentamente, detallando cada mínimo movimiento: el fruncir de sus labios, el retorcer de su cuerpo, el como sus ojos se cerraban con fuerza en respuesta al dolor; lo detalló todo.
Y, luego de mirarlo por más de lo que debería estar permitido, le sostuvo con dos dedos firmemente la barbilla, obligándolo verlo y a escuchar.
—Te explicaré un poco de farmacología, ¿te importa?— hablaba Choi con total normalidad a Felix, quien seguía retorciéndose en el suelo—. Estoy siendo amable, solo porque me caíste bien.
El menor respondió con una mirada de odio, pues las palabras no salían de su boca. El pelirosa rió ante ello, más no de manera agradable, no con una sonrisa cálida: era una expresión con tan poco sentimiento, que generaba algo más incómodo que la misma incomodidad.
Ahora, Yeonjun repasaba con sumo cuidado cada pequeña facción del rubio y, con tortuosa lentitud, acercó su mano hasta la mejilla del mismo, posándola ahí con suma delicadeza.
El repentino tacto hizo que la piel de Felix se erizara, por lo que apartó la cara con un movimiento rápido. El pelirosa volvió a reír, para después retirar dicha mano y llevarla hasta su bolsillo, sacando de ahí una pequeña cámara azul.
—Sonríe para mi— le indicó, jalando con brusquedad de aquellas sedosas y largas hebras amarillas para inmovilizar su cabeza. Luego, le sacó una foto, carraspeando para hablar en lo que la misma se revelaba—. El diablo en polvo tiene como componente principal diferentes anticoagulantes, mezclados con otros tipos drogas que provocan sangrando en los órganos. Cada componente es inofensivo por sí mismo, pero, combinados en grandes cantidades, como es el caso, puede ser mortal— trasladó nuevamente su mano, solo que esta vez la detuvo en aquella herida falsa sobre la piel de Lee. Entonces, su mirada se tornó seria—. Podría ser mortal, hasta para gente como ustedes. Con habilidades como las de ustedes, si sabes a lo que me refiero.
Felix frunció el ceño como pudo. ¿Eso también lo sabía? ¿Cómo lo sabía?
—¿Sorprendido?— cuestionó el pelirosa— Debo de admitir que Hyunjin hizo un buen trabajo; si no hubiese sabido de ti desde antes, definitivamente me habría tragado lo de la herida falsa; fue inteligente.
Su fanfarroneante discurso tuvo que ser abruptamente interrumpido, más otra voz se unió a él.
—Te jode admitirlo... ¿no es cierto?— dijo entre murmuros el mismo Hwang, quien se ponía en pie poco a poco.
