Experimentos que buscaban crear alguna mejora en un grupo marginado de infantes, destinados a crecer dentro de jaulas y sufrir mientras aun respiren, terminó por crear desalmados con un único latir en sus corazones y venas: sed de venganza.
Lee Feli...
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—Toma esto— dijo Jisung arrojándome una pesada mochila cuando llegamos a nuestro destino, la cual pude apenas atrapar—. Están todos los libros que vas a usar, además de algunos bolígrafos y cátedras. Estarás bien si no te haces notar. Solo habla con Yeo Hwanwoong, es lo único que debes hacer ¿entendido?— me pidió, metiendo la mano por su chaqueta y arreglando un bulto que ahí se encontraba, haciendo que esté prácticamente desapareciese.
Miré en aquella dirección con bastante curiosidad y él pareció notarlo, por lo que volvió a rebuscar en su bolsillo interno, sacando algo que parecía ser una navaja.
Abrí excesivamente mis ojos y ligeramente mi boca, mirando fija la cuchilla mientras esta era escondida dentro de la chaqueta nuevamente.
—¿Por qué mierda...?
—Por protección, nunca sabes lo que va a pasar— dijo sin mucha importancia. Luego, señaló con la cabeza las escaleras detrás de mi, las cuales llevaban a la entrada de la universidad—. Ya vete, tienes clase de edición a primera hora. Trata de al menos parecer un poco interesado en ella— cruzó por mi lado, yéndose en su propia dirección.
Antes de ingresar, observé con detalle el exterior del enorme edificio: tenía unas paredes blancas perfectamente pintadas, unos arbustos excesivamente verdes, césped y árboles bien cortados, además de unas limpias ventanas relucientes; todo lucía como digno de una buena universidad.
Cientos de personas subían por las altas escaleras, llegando incluso a chocarse entre sí. Posicioné la mochila tras mi espalda y empecé a caminar mientras me adentraba entre ellas.
Pero, una vez adentro, un problema surgió: no tenía ni idea a donde debía de ir.
Aunque viera hacia todas las direcciones, no podía encontrar un aula que tuviese el nombre de "edición" en ella, y las personas a mi alrededor tampoco ayudaban. Comencé a adentrarme hasta las áreas donde se veía que había menos gente, llegando así a una parte casi desolada, cerca de unos casilleros.
El eco era realmente mucho, por lo que cualquier mínimo sonido podía oírse desde lejos. Gracias a este, desde la distancia, logré escuchar hablar a una persona de la cual no podía ver el rostro, ya que se encontraba en un lote de casilleros paralelo al mío.
—¿No podías encontrar otra puta universidad a la cual ir?— dijo aquella masculina voz groseramente.
—¿Justo cuando las clases estaban por iniciar? ¿en serio Youngjo? No seas ridículo— justificó una voz diferente.
Luego, un fuerte estruendo se escuchó, por lo que deducí que uno de los muchos casilleros de metal había sido golpeado, haciendo que mi paso se acelerase mientras procuraba no ser oído. Me detuve justo en el limite, donde estaba seguro de que si me asomaba levemente no me verían, y escuché atentamente mientras los veía a ambos chicos de manera pobre.
