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Navidad estaba por llegar y, al igual que la nieve que cubría la ciudad, mis pensamientos acerca de Magenta se desvanecían de a pocos. Comenzaba a dejar ir esa ilusión tan tonta de relacionarme con una persona tan joven como ella, quién recién comenzaba a descubrir el mundo. A diferencia de Nana, que tenía las cosas claras y sabía bien que era lo que quería para el futuro. Decidí entonces era el momento indicado para por fin comprometerme con ella y comenzar a planear nuestro matrimonio.

Estaba seguro querría algo grande y ostentoso como para mi gusto, pero así era ella y la quería tal como era. Desde el inicio supe nuestro estilo de vida era muy diferente, mientras ella tenía una gran mansión, yo me aferraba al primer departamento que adquirí en la ciudad pues no necesitaba nada más. No importaba, haríamos la boda como ella quisiera, la haría feliz, tal como ella lo hacía conmigo.

Así, planeé una cena con la excusa de víspera de navidad, por lo que accedió sin sospechar de nada, aquella noche debía ser perfecta.

Tardé buen rato planificando los platillos pues, al ser ambos vegetarianos, las opciones no eran tan simples como preparar un pavo al horno al igual que la mayoría de familias. Busqué algunas recetas para darme ideas, pero terminé optando por bocaditos de papa y calabacín al horno pues eran sus favoritos y como plato fuerte lasaña de verduras que para ser honesto me salía muy bien.

Mientras realizaba las compras necesarias y hacía los preparativos, pasaron los días sin poder hacer nada al respecto y llegó el 24 de diciembre. Me levanté temprano por la mañana para cocinar con calma y asegurarme todo saliera según lo pensado, seguidamente preparé la mesa con un mantel de color blanco con bordados color dorado a los bordes, platos de cerámica y por supuesto algunas velas para decorar y amenizar el ambiente.

El día pasó con tal rapidez que en menos de lo que me di cuenta debía vestirme acorde a la ocasión pues conociendo a mi novia, llegaría despampanante, calzando un vestido de diseñador y debía estar a su altura. Además, después de la propuesta, sabía tomaría muchas fotos que posiblemente terminarían en los noticieros, no sin antes pasar por sus redes sociales.

Magenta: Parte IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora