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Poco a poco desempacamos y nos fuimos acomodando en nuestras habitaciones. Al ser un lugar pequeño, no nos fue tan difícil mantener el lugar relativamente ordenado. Pero sí que era extraño despertar y ver a Nicholas en ropa interior caminando a la cocina.

A diferencia de Marchad y David, él se tomaba muchas libertades debido a nuestra estrecha amistad, yo, sin embargo, mantenía mi privacidad. Confiaba en él y sabía nada extraño sucedería, pero sentía como si estuviera conociendo a una nueva persona.

Estando en casa de David, cuando comencé los ensayos, recibí muchísimo apoyo de su parte ya que solo debía preocuparme de la academia y de aprenderme los diálogos de la obra, no de limpiar, cocinar o siquiera de transportarme pues él me llevaba a donde necesitase estar. Por esta razón, desde la llegada de Nich sentía que mi tiempo era cada vez más escaso y tendría que aprender a organizarme mejor.

Fue así como terminé de convencerme que necesitaba un descanso y por tanto divertirme. Por otro lado, Nicholas no paraba de insistir e insistir con el tema de la fiesta, por lo que el sábado en la tarde me encerré en mi habitación para tomar una siesta, no sin antes darle la noticia de que estuviese listo a las 8:00 pm

Cerré los ojos y me dejé llevar por el sueño. Pero desperté en lo que sentí fueron tan solo unos segundos.

—¡Magenta! —gritaba Nich mientras golpeaba mi puerta—despierta

Me levanté aun con sueño y lo dejé pasar.

—¿Qué? —pregunté sobándome los ojos

—Cámbiate—sonrió al verme así

—No me puedo cambiar contigo aquí—respondí—¿qué hora es? —pregunté incorporándome

—Algo tarde, pero sé que no tomarás mucho en arreglarte así que te dejé dormir

Sonreí mientras abría mi pequeño armario, nunca me había tomado mucho tiempo elegir que ponerme, a excepción de ciertas veces y él lo sabía. Pero se trataba de reencontrarme con Marchad, aunque quisiera restarle importancia pensando en que ya me había visto hasta en pijama recién levantada. Seguramente abría gente importante y más que probable se encontraría Nana allí, además de Kazuki, que realmente no sabía si fue él quien filtró la información del hotel o si es que Adela continuaba detrás de esto.

Suspiré tratando de no tomarme mucho tiempo en decidir que ponerme y saqué un vestido negro con estampado de rosas y los mismos zapatos con los que fui al teatro aquella vez con Jade. No estaba segura de sí era lo adecuado, pero no quería hacer esperar más a Nicholas que, aunque no lo dijera, estaba impaciente.

—Te espero fuera—comentó cerrando la puerta de mi habitación

Me cambié en tan solo unos minutos y salí rumbo al baño para peinarme y tratar de hacer algo con el maquillaje.

Me cepillé el cabello y lo dejé suelto después de un par de intentos de estilizarlo, me hice un delineado simple en los ojos y busqué mi bolso en la sala, donde ya me había acostumbrado a dejarlo.

—Vamos—respondí asegurándome de tener mis llaves mientras Nicholas me observaba casi maravillado

—¡Vaya! —exclamó—eres otra persona

Rodé los ojos y lo tomé del brazo para levantarlo del sillón.

—Solo me puse un vestido—respondí cerrando el lugar con llave

Magenta: Parte IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora