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Desde la fiesta de año nuevo mi pensar acerca de Magenta había cambiado por completo, a pesar de ello sabía no podía dejarme llevar nuevamente. Debía ser consciente que lo de aquella noche fue para terminar las cosas definitivamente y que ahora, una vez que me casara con Nana, tal vez podríamos ser amigos.

Pero no contaba con que días después me ganase el coraje en televisión nacional y dijese cosas que pudieran ofenderla a tal punto, que viniese a reclamarme. Ni mucho menos que aquello condujera a que terminara consolándola y viendo una película juntos. O, la peor parte de todo, que me inspirara a escribir un álbum entero en una sola noche.

Y si, las letras eran muy sugerentes, pues todas estaban dedicadas a ella, aunque no quisiera admitirlo. Por lo que traté de convencerme que Magenta fue solo la representante de mi verdadera inspiración, todos mis fans amantes de mi arte y que aquel álbum era como una carta de agradecimiento para todos ellos.

Empero, la emoción fue más fuerte que yo y quise compartir todo aquello con ella. No estaba seguro realmente de cómo reaccionaría, pero quería sacármelo del pecho. La llamé un par de veces sin éxito, hasta que pasada una hora recibí la respuesta que esperaba.

Llegó a mi departamento y traté de animarla un poco pues me contó no tuvo un buen desempeño en una audición. Lo entendí perfectamente, el mundo artístico es mucho más duro y competitivo de lo que uno piensa y recordé todas las veces que "Freakz" fue rechazado, por lo que no dudé en intentar reconfortarla.

Seguidamente le entregué la libreta y en menos de lo esperado preparé el almuerzo, no estaba en mis planes hacerlo, pero debido a la hora y a lo nervioso que me sentía respecto a su opinión, decidí cocinar para relajarme un poco.

Pasado un rato se acercó a la cocina para darme su opinión, dejándome perplejo cuando asumió aquel álbum estaba dedicado a Nana. Pero caí en cuenta que tenía sentido, después de todo, estaba planificando mi boda.

Por esa razón no pude restringir más mis pensamientos, no quería que pensara algo tan diferente a la realidad, y tuve que decirle la verdad a Magenta, que cada letra había sido inspirada en ella. Cuando lo hice, pude ver como sus mejillas se coloreaban de rosa rápidamente, por lo que agregué que en realidad el álbum no estaba dedicado a una persona en específico.

Sonreí a mis adentros, podía sentir aquella complicidad que hacía mucho no sentía con Nana. Sabía que Magenta estaba ilusionada de poder pasar tiempo conmigo y que probablemente haría cualquier cosa que le pidiese, pero a la vez reconozco que no era tan inocente como aparentaba. Quizás por las experiencias previas que nos trajeron a este momento, por los malos ratos que la hice pasar o porque aún estaba dolida por Jade.

A esa edad, o en realidad a cualquiera, terminar una relación en la que en verdad diste todo para que funcionara duele y tarda en sanar. Eso me hizo pensar en Nana ¿cómo me sentiría si lo nuestro no terminara bien? ¿cuánto tiempo tardaría en sentirme mejor? ¿cuánto podría afectarme que los papeles se invirtieran y fuera ella quien sintiera algo por alguien más?

—Gracias por el almuerzo, no sabía que cocinaras—escuché decir después de un momento de silencio

—Sí, digamos que cuando eres vegetariano debes hacerlo casi obligatoriamente—sonrió—vamos, tenemos que arreglar esas canciones, no quiero que nadie más piense que son para mi boda

Magenta: Parte IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora