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Sabía que Magenta no se llevaba del todo bien con sus padres, por lo que me pareció un poco contradictorio que quisiera verlos en el estreno de su obra. De todas maneras, moví mis influencias y los invité a la premier, asegurándome que llegasen a tiempo para apreciar todo el talento de su hija. Si era importante para ella, haría lo que hiciera falta para hacerla feliz.

El problema fue que no contaba con el carácter tan necio y prepotente de su madre y el desinterés tan notorio de su padre. Me sentí triste por un momento y comprendí muchas cosas de ella, especialmente por qué se había fijado en alguien como yo.

Lo entendí todo.

De no hallarnos asesorados por un psicólogo en este momento continuaríamos con una dinámica de poder completamente destructiva para ambos. Magenta solo quería alguien que le prestase atención, por eso le resultó tan fácil caer una y otra vez en mis coqueteos indecisos y agradecía el hecho de haber terminado con ello. Se merecía ser querida en serio, tener una familia real, que la llenasen del cariño que tanto le negaban.

Pasado el incidente, continuamos saliendo casi a diario, pasando cada vez más tiempo juntos y acompañándola cada noche a la presentación de su obra. Que me sorprendía una y otra vez lo magnífica que resultaba su interpretación, era como si se transformara en otra persona, en el personaje mismo.

Ya casi se cumplía un año desde la primera vez que la vi en el escenario, al finalizar la presentación de su escuela, pero no podía evitar sentirme nostálgico. Habíamos pasado tantas cosas juntos y por fin mi mente estaba en paz al saber la tendría a mi lado tanto como nos fuera posible.

Impulsado por esa idea y las revistas que no paraban de insinuar nos habíamos comprometido, quise hablar con ella acerca de la posibilidad de formar una familia pero sabía que probablemente dijera que no, por lo que propuse ese fuera el siguiente tema para tratar en terapia.

Sin embargo, ni ella ni el psicólogo estuvieron de acuerdo, era demasiado pronto para decidir compartir nuestras vidas para siempre. Ella aún no estaba lista para un compromiso tan grande. Además, llevábamos poco tiempo juntos, eso sin contar todo lo sucedido con anterioridad.

Suspiré y recordé a Nana por un momento, con ella eso no sería un problema, pero debía tener en cuenta que esta relación era completamente diferente y si quería que funcionara debía ser paciente.

Eso me hizo recordar que un año atrás, en su cumpleaños, por medio de una videollamada, prometí "Freakz" tocaría para ella, por lo que me puse a planificar el evento.

Magenta: Parte IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora