Dejando tintinear el llavero entre sus dedos, Nick volvió a mirar el reloj en su muñeca y soltó un suspiro de rendición. Si no comenzaba a moverse de una vez, corría el riesgo de toparse con su padre al regreso de ir a buscar a los pequeños al colegio y la sola idea de tener que enfrentarlo en ese instante lo tenía aterrado. Sabía que evitar a su familia no era una buena idea, pero había habitos que eran dificiles de romper. Desde muy joven, si tenía un problema que no podía tratar con su mellizo, entonces simplemente lo guardaba para si mismo hasta poder encontrar la solución al mismo. Siendo un familia tan numerosa ahora, era dificil, pero no imposible, hacer lo mismo.
Entrar a esa casa, toparse con alguno de sus familiares, significaba que el tiempo de esconderse había terminado. Y sinceramente, Nick no estaba seguro de poder enfrentar una nueva discusión ahora.
Diciendose a si mismo que si quería recuperar su viejos cuadernos de dibujo era ahora o nunca, tomó un aliento para darse animos y se dirigió a los escalones de entrada, subiendolos con pequeños saltos. La puerta cedió silenciosamente luego de girar la llave en la cerradura, el pacifico silencio que llenaba la casa llegó hasta sus oídos. Sabía que esa repentina paz no iba a durar mucho, con el regreso de los pequeños, el lugar se llenaria con el bullicio de voces y risas. Muchas personas verían esto como algo molesto, pero Nick no, el sonido de las voces de sus hermanitos lo hacia sentir en casa de alguna manera, iba a extrañar eso demasiado.
Pero no había mucho que pudiese hacer para cambiarlo.
Sacudiendose a si mismo fuera de sus deprimentes pensamientos, cerró la puerta y caminó por el recibidor hasta las escaleras al segundo piso. Solo tenía que ir en busca de sus viejos cuadernos y salir de allí antes de que alguien llegara, eso no era tan dificil se hacer.
—¿Entrando a hurtadillas, Yannick? —la voz al final de la escalera lo hizo detenerse en el tercer peldaño—. Pensé que habías abandonado ese habito cuando tenías quince.
Giró sobre sus talones, devolviendole la mirada a su padre. Zayn estaba de pie al final de las escaleras, con una taza de café en la mano y su oscuro cabello desordenado, dando la imagen despreocupada que las revistas de moda amaban explotar. Era increible como él podía verse tan profesional, aun vistiendo jeans rasgados y una camiseta gris con la frase "Mis personas favoritas me llaman 'Papá'", estampada al frente.
—No estoy entrando a hurtadillas. —Nick se defendió—. Solo vine a buscar algunos de mis cuadernos que dejé olvidados, me iré en un momento.
Tomando un sorbo de su taza, Zayn lo examinó con la mirada de pies a cabeza—. Nee ha estado buscandote, deberías llamarlo para asegurarle que te encuentras bien, la última vez que hablé con él estaba bastante preocupado por ti.
—Ni siquiera han pasado veinticuatro horas desde que salí de esta casa —dijo—. ¿Como es que él ya ha estado buscandome? ¿quién le fue con el chisme?
Zayn se encogió suavemente de hombros—. ¿Quién sabe? Quizá lo averiguó a través de su conexión de mellizos.
Estrechó los ojos en su dirección—. ¿Estas burlandote de mi?
No respondió, pero Nick pudo ver la curva de una sonrisa torciendo el borde de sus labios antes de que la escondiera detrás de su taza—. Ya que estas en ello, llama también a Liam —se giró, dando por terminada la charla con la simple acción de alejarse. Se detuvo en la puerta que daba a la cocina, como si hubiese recordado algo a último momento—. Ah, si no contesta su celular, llamalo directamente a mi antiguo apartamento, el número sigue siendo el mismo.
—¿Eh...? Espera, ¿que? ¿por qué lo llamaría allí? —hizo una pequeña pausa—. ¿Papá se fue?
Zayn tardó un momento en darse la vuelta, todas sus emociones parecían estar siendo empujadas al fondo para evitar mostrar algo en su rostro—. Se esta quedando en mi antiguo apartamento.
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Entra en mi vida |Nick/Wolf|
FanfictionLibro #3 de la saga "Tu mirada" Pareja: Yannick Payne/Wolf Reed.