—¿Como diablos olvidas quitar las llaves del encendido? No logro comprender como alguien puede darle vuelta a la jodida cosa y no sacarla para llevarla consigo. ¿Se trata de un fallo en la memoria? ¿Un desliz de la concentración? ¿Que pasa con tu tonto cerebro?
Caminando alrededor del capó del auto, Nick se inclinó para ver a través de la ventanilla del conductor, dejando escapar una maldición cuando visualizó el llavero con forma de porción de pastel colgando desde la llave, la cual seguía dentro del hueco del encendido. Esto tenía que ser una broma de mal gusto del universo, porque otra explicación, era simplemente inconcebible. La vida tenía una forma de burlarse de su existencia, muy poco cómica.
—Mi cerebro no es tonto. —Kai murmuró. Estaba de pie a un par de pasos, acariciando su pequeña barriga distraidamente mientras observaba el vehiculo con frustración—. Fue un momento de olvido, cuando cerré la puerta me di cuenta de que me había dejado la llave dentro, a todos les pasa alguna vez en la vida. Y no te atrevas a decir que a ti no, porque yo estuve allí cuando fuiste a la cafetería, compraste y pagaste un café y lo olvidaste sobre la barra.
—Lo recordé cuando salí del local y volví por él.
El mayor rodó los ojos—. Yo hubiese vuelto encantado por mis llaves si no fuese porque se activó el maldito seguro de las puertas.
Rodeó el auto, haciendo el vano intento de abrir las mismas antes de detenerse frente a su cuñado—. ¿Donde tienes la llave de repuesto?
—¿Llave de repuesto?
—Todos los autos tienen dos llaves por si extravías una o algo así sucede —dijo—. Mis padres las guardan en casa por seguridad, ¿donde tienes la tuya?
—¿Uh? —su pálida piel se coloreó con sonrojo—. En el llavero.
—¿Que llavero?
Hizo un pequeño gesto al auto, a la ventana del conductor—. Ese llavero.
—¡KAI!
—No me grites a mi, yo no fui quién la puso allí —se defendió—. Nee dijo que era una buena idea, que él siempre tiene las dos llaves encima por si las necesita.
—¿Que pasa si pierdes el llavero con todo?
—¿Acaso no conoces a tu hermano? Yo no discuto con su lógica, al menos ya no lo hago —se acercó a la ventana trasera y golpeó sus dedos suavemente en el cristal—. Hey, bebé, papi esta aquí.
—¡Papi! —Haru gritó desde su sillita, apretando el peluche en sus manos hasta que encendió luces y cantó una pegajosa melodía.
—¿Que hacemos ahora?
Nick miró al interior, donde su sobrino se encontraba y suspiró—. Tenemos que encontrar la manera de sacar a Haru lo antes posible —dijo—. Creo que deberíamos llamar a alguien.
Kai se mordisqueó el labio—. Haru tiene mi telefono, estaba mirando dibujos animados, pero creo que lo dejó caer y ahora esta bajo los asientos.
—Bien, usaremos el mío. Llamaré a papá Liam, creo que es quién esta más cerca —palpó los bolsillos de sus pantalones deportivos, frunciendo el ceño un poco cuando hizo lo mismo con el bolsillo de su sudadera y los encontró vacios. Acercandose a la ventanilla de los asientos delanteros, maldijo—. Olvidé mi telefono dentro, lo dejé en la consola central cuando me abroché el cinturón y olvidé tomarlo.
—¿Quién tiene una mala memoria ahora?
—No es el momento, Kai. —le gruñó.
—Lo siento, la convivencia con tu familia me enseñó que debo tomar cada oportunidad de tomar ventaja que se me presente. Nee dijo que debo convertirme en un ave de carroña si quiero ganar una pelea verbal con alguno de ustedes.
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Entra en mi vida |Nick/Wolf|
FanfictionLibro #3 de la saga "Tu mirada" Pareja: Yannick Payne/Wolf Reed.