Capitulo Cuatro.

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Hundiendose dentro de su innecesariamente grande abrigo, Nick descansó la libreta de bocetos sobre sus piernas y movió el lápiz distraídamente sobre el papel, creando garabatos sin demasiada forma sobre el mismo. No se sentía particularmente inspirado, en realidad, su mente era un embrollo tan intrincado como los dibujos distraídos que estaba plasmando. Había despertado sintiendose decaído, pero se había convencido de salir al patio trasero, sentarse en una de las reposeras situadas cerca de la puerta y tratar de crear al menos un boceto para un cuadro.

Su mente estaba tan lejos, que ni siquiera había logrado dibujar un muñeco de palitos correctamente.

Habían pasado dos días desde que había caído en la estupidez de seguir a Blue a ese bar. Decir que la mierda había golpeado el ventilador cuando sus padres se enteraron de lo sucedido, bien podía ser un eufemismo. Ellos habían arrasado con todo y todos, se convertían en una fuerza a tener en cuenta cuando estaban enojados y eso parecía potenciarse cuando ese enojo era producido por alguien lastimando a uno de sus hijos. Nadie había estado a salvo, Nick mismo había estado tentado a huir y esconderse lejos de su ira, pero se mantuvo firme en defender al bar y a su dueño. Les contó a sus padres lo que había sucedido y les rogó que no hicieran al tipo uno de los blancos de su ira.

Esperaba que ellos realmente hubiesen estado escuchando.

La verdad sea dicha, él no tenía la energía necesaria para enfrentar a sus padres en este momento. Esperaba que ellos hubiesen tomado en cuenta su petición, pero jamás se podía estar completamente seguro cuando ellos tenían centrado en su mente que alguien era un peligro para su familia. Nick se sentía indefenso, sin fuerzas para nada, permitiendo que otros tomaran decisiones por él para mantenerlo a salvo. Estaba ocultandose en su pequeño mundo donde todo era seguro y no quería admitirlo.

Toda la situación había removido demasiadas cosas en su mente que hubiese preferido que se quedasen escondidas en el oscuro y lejano rincón al que las había empujado años atrás. Esos pensamientos, esos recuerdos, jamás traían nada bueno. Deseaba poder borrar su memoria, desaparecer su pasado y tener una vida normal en que este tipo de situaciones no tuviesen lugar.

Pero esta era su vida y nada podía hacer para cambiarla.

La risa infantil lo sacudió fuera de sus pensamientos, una sonrisa se deslizó en sus labios cuando vió a sus hermanos salir como tromba a través de la puerta trasera, siendo seguidos de cerca por un emocionado Haru que con pasos aun vacilantes intentaba seguir a sus tíos para jugar con ellos. Silas venía detrás del más pequeño y atrapó su mano antes de que este pudiese lanzarse a los tres escalones que separaban el portico del patio, ayudandolo a descender y apresurarse hacia donde los otros ya estaban creando un escandalo. Sus hermanos se comportaban como gatos salvajes en cautiverio a los que les abrian la jaula, tan malditamente escandalosos y fuera de control.

Su mirada se mantuvo sobre ellos, solo mirarlos lograba aligerar su humor agrio y darle un poco de alegría. Ellos eran niños felices y despreocupados, su infancia había sido tan diferente a la suya propia y, en realidad, se alegraba por ello. Sus hermanos jamás tendrían que pasar por nada de lo que él había pasado, ni sentir ese dolor sordo que esos recuerdos le causaban siendo ahora un adulto.

-¿Por qué la cara larga, hermanito? -el peso de Nee hizo crujir la reposera a su lado cuando se dejó caer sobre la misma como si no tuviese ningún tipo de consciencia de su propio peso. El tipo aun parecía pensar que era aquel adolescente flacucho que hacia tiempo había dejado atrás.

Nick lo miró, Nee podía verse mucho más maduro ahora, pero seguía teniendo el mismo brillo testarudo en sus ojos que había tenido desde niño. Eso era algo que siempre había envidiado de su hermano, su terquedad siempre había sido su motor para seguir adelante. Jamás permitió que su pasado lo arrastrara, él mantuvo su cabeza en alto y llevó su vida en la dirección que deseaba. Encontró el amor y se aferró a él, construyó una vida, encontró su felicidad.

Entra en mi vida |Nick/Wolf|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora