Instinto animal

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Cuando Katsuki tenía siete años adoptó a un gato callejero, sin contar que en realidad fuese un cambiaformas, ya que ese especiemen eran la novedad que se compraban en ese tiempo.
No había mucha diferencia, era una bola de pelos, muy sucio, pensó que era negro, hasta que lo limpio e identifico un verde fuerte, muy lindo en su pelaje, con una que otra herida vieja.
Tres años después un infante con orejas y cola verde apareció sacándole el susto de su vida, pues su gatito se humanizo, menos mal que no utilizaba collar, solo un listón con su placa, que se rompió y no llego a estrangularlo.
Aún así, continuaron siendo unidos, Katsuki ya lo consideraba su confidente, así que ser un cambiaformas fue 100% mejor.

Ahora Katsuki tiene 17 años, vive de manera independiente para ahorrar los pasajes, está becado, sus padres le ayudan a pagar la renta del departamento, él trabaja para sus alimentos y placeres.
Pero Izuku lo fue a alcanzar al poco tiempo, estaba entrando en una depresión sin Katsuki.
Desde que están viviendo solos, Bakugo nota a su gato raro pero ultimamente está actuando mucho más extraño de lo usual, lo observa demasiado y se le restriega más seguido exigiendo atención, se la quiere pasar encima de él, lo cual no fuera problema nada de eso, si estuviera en su forma de gato, pero como humano son situaciones bastante incómodas.

El rubio después de comer se dirije a su cuarto, cómo siempre, se acuesta en su cama, prende la televisión para mirar su programa favorito y a los minutos, el chico cambiaformas aparece, se acuesta a sus pies e inicia a subir poco a poco, hasta llegar a su pelvis, dónde sujeta y observa la tela de su entrepierna.
Bakugo acaricia sus orejas de vez en cuando, sin dejar de mirar de reojo, pues la cola del felino está muy inquieta moviéndose de a un lado a otro, ronronea, siente el aire que suelta de su nariz que olfatea discretamente su entrepierna. Lo empuja con suavidad para que se aleje del área, pero al rato Izuku regresa al mismo lugar.

Cansado de la situación, el rubio decide enfrentarlo. Apaga la televisión
—De acuerdo, es suficiente ¿Qué tienes? ¿Por qué estás tan...extraño?

El pecoso se sienta con un hermoso sonrojo, se aproxima está quedar frente a frente.
—Mi vientre ya está lo suficientemente maduro Kaachan. — Menciona sin mirarlo a los ojos, juega con los pectorales del rubio, paseando su dedo índice.

Katsuki ladea su cabeza .
—¿Y eso me importa por?

—Tu cuerpo también está listo, hueles a mucha fertilidad.

—¿Ah? Explícate Deku.

Con el último valor, se recarga en su pecho.
—Quiero cachorros ¿Me los darías, Kaachan?

Un sonrojo se apodera en Katsuki.
—¡Por supuesto que no! ¿Qué te pasa? Solo tenemos 17 años.

—¿Lo que te detiene es la edad? Tu tienes 17 años, yo ya casi llego a los 30.

—¿Qué?

—La edad de los cambiaformas no es el mismo que los humanos, así que soy mayor ¿Me darías tu semen?

—Tienes problemas mentales, tener un bebé sin los recursos necesarios es algo muy irresponsable.

—Oye, los humanos disfrutan mucho tener sexo con cambiaformas, se que ya tienes encuentros sexuales tanto con Ochako cómo con Kirishima. Sobre mantenerlo, no debes preocuparte por eso, tengo como solucionado.

—¿Cómo sabes de mi vida sexual activa?

—Vamos, me pongo a tu disposición —a decir eso, abre sus piernas para ponerlo a los lados, frota un poco ambas intimades —prometo ser bueno y no me quejaré.

Un joven con las hormonas alborotadas y un cambiaformas felino en celo, definitivamente, no es buena combinación y de eso se dieron cuenta después de ese encuentro, pues tuvieron muchos más, Katsuki ya no se acostó con nadie más, Izuku lo dejaba seco. Ambos inexpertos no sabían como detenerse.

Drabbles BakuDeku/DekuBaku Donde viven las historias. Descúbrelo ahora