Mi amor, eres tú

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Izuku Midoriya es un chico hidrido lleno de inseguridades, tal raza es una cantidad mínima de la población y según su concepto todos son geniales, menos él, al ser simplemente un conejo.
No podía volar, ni tenía grandiosos colmillos, solo unas enormes orejas, una vergonzosa colita y ese feo sonido que producen los conejos cuando tienen miedo, porque es igual de asustadizo como uno, nervioso como uno y simplemente se disgustaba mucho de lo que era.
Sin embargo, Bakugo Katsuki no lo miraba como tal, si había algo aberrante era él mismo, sus padres siendo híbridos resultó ser genéticamente cien porciento humano, por eso conoció a Izuku al estar viviendo en la misma villa de hidridos y termino perdidamente enamorado de ese esponjoso conejito. Estudiaron juntos, incluso la misma carrera y siempre uno al lado del otro, pero a pesar de tener casi los veinte aún no pueden manejar bien su relación.
Izuku observo como Katsuki reía a carcajadas con una castaña humana que conocieron en su universidad. El rubio la tiene caracterizada como su mejor amiga, aguanta su manera de ser, su mal humor y malas palabras sin tomarlo personal, no importaba que ella ya estuviera casada con otro humano, Izuku pensaba que lo dejaría, en fin de cuentas existe el divorcio.

Ahora Katsuki lo tiene entre sus brazos para darle mimos, acaricia su espalda y da besitos en sus hombros, esperando que su acelerada respiración se calme, pues por milésima vez, el conejo trata de terminar con él para que fuera feliz con una humana.
¡En serio que lo saca de quicio! Se conocen desde niños, tienen cuatro años de noviazgo y sigue con sus cosas ¡Debería darse cuenta que solo tiene ojos para él! ¡Maldita sea!
—¿Qué debo hacer para demostrarte que te amo? Ya no se que hacer.

—Lo siento. — Responde un poco decaído.

—Tu eres lo único que quiero en mi vida, no me importan las humanas, por favor, tienes que entenderlo. — Lo aleja para mirarlo, pero el pecoso esquiva su mirada por vergüenza — Si no es contigo no quiero tener nada con nadie, no me atrae nadie como tú, así que tengo dos teorías o me hiciste un amarre o soy Dekusexual. — Concluye entre risas.

Casi de inmediato Izuku le hace segunda y sube a darle un par de piquitos.
—Te puedo pasar el contacto quien me hizo el trabajo.

—¡Ah! ¡Con que lo confirmas, descarado!

Ahí Bakugo va encima para caer en la cama y entre risas, el rubio y el peliverde juguetean entre ellos como los adolescentes enamorados que son. Al terminar, Katsuki no se quita de encima se recarga más para sentir el olor y la calidez de su amado, porque tal vez físicamente no era un híbrido pero tenía los sentidos originarios de sus padres.

—Debes retomar tu citas con el psicólogo Deku, no está bien el daño que te haces, aún eres prisionero de tu mente, te amo y te quiero bien.

El conejito lo mira con un puchero.
—No estoy seguro, no me sentía bien cuando iba.

—Porque no te sentías cómodo con esa persona, pero fue tu primera experiencia y no puedes crucificar a todos los psicólogos por uno negativo, buscaremos al adecuado ¿De acuerdo?

Izuku aún inseguro, acepto para terminar con esa plática y su novio se calmara, sin esperar que eso causará un beneficio en su vida, se llenó de seguridad y entender que si igual que él es libre, Katsuki también lo es, que disfrutarán la vida y trabajarán siempre con comunicación y no suposición.
Se hicieron una pareja fuerte y felizmente esa familia creció con un par de trillizos, un conejo, un lobo y una humana mayor preciosa.

Drabbles BakuDeku/DekuBaku Donde viven las historias. Descúbrelo ahora