Depredador

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No había nada novedoso. Todo estaba empapado y él tragaba su rabia en su interior. No sabía cómo describir su sentimiento; decía que estaba harto, pero había mucho más en su interior. Su amigo de infancia ahora le hacía la vida imposible. ¿Qué había hecho él para que lo trataran de esa manera? No había hecho nada malo, pero ahora tenía que vivir día tras día soportando las rabietas de este rubio sin saber que el destino le tenía preparado algo muy contradictorio.

En el mundo existen cinco clasificaciones que no se dan a conocer tan fácilmente. Deben parecer ciertos sucesos para saber que son reales, pero parece que a nadie le importa, prefieren vivir como personas normales. Sin embargo, no se puede ignorar a la naturaleza normalmente se descubren al tener una vida amorosa, querer tener hijos y resulta que no pueden porque pertenecen a otra clasificación, no compatible con la suya.

Pero lo que nadie sabía es que Izuku iba a despertar esa parte, su lado "spider". Estos son los depredadores de otras clasificaciones; físicamente eran humanos, pero sus instintos los llevaban a reaccionar de esa manera arácnido. Un "butterfly" era precioso, tenía un olor exquisito y era inevitable para un "spider" no comerlo.

Esto se ajustaba perfectamente a las características de Bakugo Katsuki. Él era una persona realmente atractiva, tanto para hombres como mujeres, así que ellos casi nunca se daban cuenta de que podrían ser "butterflies". Sin embargo, los "spider" podían identificarlos sin lugar a dudas.

Una noche, en su cumpleaños, Izuku empezó a salivar de manera incontrolable. No sabe cuántas veces esa madrugada tuvo que escupir algo amargo que tenía en su boca. Escupía y escupía, pero no dejaba de salir. Finalmente, revisó su encía y asomaron sus dos pequeños colmillos, soltando una sustancia pegajosa. Eso confirmaba que Izuku era un "spider".

Al día siguiente, como era rutina, recibió maltrato físico y psicológico del rubio. Pero por alguna extraña razón, el pecoso ya no se sentía mal; lo miraba con un poco de lástima, como si supiera cómo iba a terminar Katsuki. Además, ese aroma tenía un olor extrañamente bueno, aunque no en el sentido de agradable, era un aroma delicioso pero vacío. Era un "butterfly". Esto lo confirmó Midoriya cuando se cortó simplemente con una hoja al girar su cuaderno y pudo olerlo. ¿Por qué podía llegar su olor hasta él? Su instinto solo decía: "Atrápalo, atrápalo, atrápalo", una y otra vez en su cabeza. Y en el fondo, sus tripitas rugían con esa necesidad de querer comer, como si tuviera su platillo favorito pegado en sus fosas nasales y no pudiera comerlo.

Durante meses, mantuvo su distancia y trató de eliminar ese aroma. Usaba cubrebocas muy seguido y se aplicaba pomadas en las fosas nasales para distraerse del olor, pero al final, el destino se puso en bandeja de plata. Si él no se hubiera acercado esa noche, si él tan solo lo hubiera dejado en paz, no estarían en esta situación. Ahora, donde Izuku tenía al rubio pegado contra esa fría pared y mordía su cuello con fuerza, ya le había inyectado su veneno. Ahora era momento de ponerse en acción; sin duda, masticaria lentamente cada parte de él. Porque esa sustancia y sus colmillos no eran para matarlo, eran solo para dejarlo inmóvil. El rubio iba a sentir cada mordisco y desgarro de su piel. Disfrutaría cada bocado.

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Experimentando con el butterflyverse 🤭 espero que les gustará el concepto, en comentarios les dejo una imagen resumen de ese mundo 🫰🏼
Y no, no hay continuación 🙃

~Naty Bemon 🫀

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