Capítulo 53: Amenazas y relaciones

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Zabdiel de Jesús

Me siento agotado, siento que necesito descansar un poco gracias a Dios el jefe me dio unas horas libres, decidí aprovechar la oportunidad de ir a visitar a Payne, mientras planea la operación de arresto a nuestro asesino serial, de hoy no pasa que este tras las rejas.

-Hola Zab—me saca de mis pensamientos esa voz tan dulce.

-Hola Shirly—elevo la mirada para saludarla, me encuentro con sus lindos ojos verde, es muy preciosa esta chica.

-¿Vas a visitar a mi hermana?—me pregunta tímidamente.

-Si preciosa—coqueteo con ella—quieres ir conmigo, estás invitada acompañarme—ella se sonroja, sus ojos se torna más brillantes y resalta más su color verde.

-Si no es mucha molestia para usted llevarme, es que quiero llevarle algo a mis hermanas, cómo María está de descanso y ella es la que me trae al trabajo, aún no me han asignado un auto.

-Tranquila mi niña no me tienes que dar explicaciones—la interrumpo—vamos de una vez antes de que el jefe se arrepienta de dejarme ir—digo, emprendemos la marcha, ella va muy risueña en todo el camino, cuando estamos por llegar al estacionamiento veo a lo lejos a Jimm, esto se va poner feo lo presiento.

-Vaya, vaya, veo que ya iniciaste la cacería—nótese el sarcasmo a mil en su expresión.

-Al contrario querida amiga soy yo la que estoy de casería—responde Shirly, se deja ver a una Jimmary
sorprendida y no sé  diga mi persona.

-Vaya te gusta meterte en relaciones ajenas—replica pero con todo el veneno que pueda tener en su ser.

-Enserio según yo el detective De Jesús no tiene novia, por tanto y de más no le he quitado novio a nadie, ni mucho menos me estoy entrometiendo en relaciones ajenas o ¿si mi Zab?—se gira Shirly me guiña un ojo.

-No preciosa yo estoy soltero y sin compromiso, en busca de una mujer dulce, amable, empática y hermosa tanto por dentro como por fuera—es mi turno de sacar el veneno y vaya que lo estoy disfrutando.

-Creo que ya le quedó claro las cosas Señorita Jimmary—dice Shirly, y los ojos de Jimm estan rojos casi cristalino.

Se que tiene ganas de llorar, me entristece verla así pero ella comenzó está batalla no yo.

«Si nos disculpa tenemos prisa y no estamos para perder tiempo en niñadas, nos vamos mi Zab—me hace seña Shirly, ella le pasa por un lado Jimm, yo imitó su acto, y nos subimos en la camioneta.

-Eres malvada Shirly, esos dotes no los conocía de ti—bromeo.

-Es que esa chica me cae gordo, ya me tiene cansada—rueda sus ojos—la verdad no entiendo de dónde saca que tú y yo tenemos un romance si apenas nos conocemos—se nota que en verdad le molesta.

-Yo tampoco logro entender de dónde saco esa idea, eso fue después que te defendí de ella misma—le contesto, ella.

-Aunque me siento muy halagada de que tengan celos de mi en pensar que yo soy su nueva conquista, porque tú eres un chico guapo, cualquier mujer estaría encantada de estar a tu lado—me elogia, y yo estoy sonrojado—pero debe usar su lógica solo llevamos poco menos de un mes para que eso suceda.

-Shirly querida, para que dos personas se gusten deben solo convivir un poco de tiempo y nace la atracción, claro si es la persona correcta—la interrumpo para corregirla.

-Si pero solo porque me defendiste de ella no quiere decir que ya estamos a punto de casarnos ¡por Favor!—me replica.

-En eso tienes mucha razón, pero igual está abierta la posibilidad—me callo de golpe, acaso estás loco Zab, aún estás con el lío de Jimm y quieres coquetear con Shirly.

The Hudson CityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora