A la mañana siguiente, un dolor de cabeza le dió los buenos días a Daka. Sin embargo, no podía quedarse tumbada en cama por más que quería. Era su primer día de clases y la chica no pensaba faltar por nada del mundo. Llorar gran parte de la noche había servido para que la castaña se desahogara un poco, así que trataría de estar con el mejor humor posible de ahora en adelante.
—Todo es mental, Daka...Todo es mental —repitió en voz baja mientras bajaba las escaleras.
Se había levantado a las seis para alistarse y luego de colocarse unos pantalones acampanados a la cadera y una linda blusa con los hombros descubiertos, había decidido que esta vez si sería un buen día.
Se había maquillado un poco y había cepillado su cabello. Deseaba sentirse bonita para subirse los ánimos, así que una vez consiguió aquello, bajó a desayunar para después dirigirse a la escuela.
¿Daka estaba nerviosa?
Claro que lo estaba.
No conocía a nadie y la escuela era mucho más grande que a la que iba anteriormente. Pero tenía la idea de que si actuaba con nerviosismo, las cosas iban a salir peor, así que simplemente se encargó de respirar profundamente durante todo el trayecto.
Una vez llegó, nadie pareció fijarse en su existencia, así que se sintió mucho más tranquila. Luego, fue a preguntar en secretaría donde quedaba su clase y terminó en su salón, el cual ya estaba casi lleno. No había ningún profesor, así que buscó un sitio libre al lado de la ventana y después de sentarse, pudo relajarse un poco más.
Minutos más tarde, cuando sonó la campana, ingresó el profesor y tras dar una pequeña charla de bienvenida, empezó con su clase, la cual resultó ser de historia, por lo que Daka no pudo estar más entretenida. Sin embargo, a mitad de la charla a cerca de la revolución rusa, unos toques en la puerta interrumpieron la historia que solo la castaña parecía escuchar.
—Los hermanos Kaulitz... Que novedad que lleguen tarde —dijo el profesor con un tono sarcástico—. Tienen suerte de que les toque mi clase a primera hora. Pasen y siéntense por favor.
De inmediato, la chica se dió cuenta de que se trataba de sus vecinos. Dakota se alegró al saber que compartía la clase con Bill, pero se entristeció al darse cuenta que si venía uno de los gemelos, también venía el otro.
—Es usted muy amable —dijo Tom, palmeando con confianza el hombro del profesor y caminando con su hermano detrás de él.
Ambos pasaron junto a Daka, pero solo Bill se dio cuenta de que la muchacha estaba ahí y la saludó con una sonrisa para luego sentarse junto con su hermano, detrás de la ojiazul.
—No sabía que íbamos a la misma escuela —escuchó en un susurro a sus espaldas y se giró un poco para sonreírle a Bill, ignorando por completo la presencia del de rastas.
—Es bueno saber que al menos conozco a alguien —susurró mientras la clase volvía a tomar su curso.
—¿Te sientes mejor? —preguntó amablemente.
—¿Que anoche? Definitivamente si —sentía que Tom la estaba obvservando, pero no quiso parar en él, así que regresó su vista al frente.
—Eso es bueno. Me asusté cuando te vi tirada en el jardín. Pensé que habían asesinado a alguien —Bill siguió hablando a sus espaldas en un tono bajo, pero no lo suficiente como para que el profesor lo pasara desapercibido.
—¿Señor Bill, intercambió papeles con su gemelo? —preguntó el anciano y algunas miradas se dirigieron hacia el puesto que compartían ambos chicos—. Puede coquetear fuera del horario de clases. Por favor no siga los pasos de su hermano.
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CAOS INMARCESIBLE [TOM KAULITZ] PAUSADA
FanfictionEl día en el que Dakota se mudó de Flechtingen a Magdeburgo, estuvo feliz de haber escapado de las manos de su sobreprotector padre para vivir con su adorada y vieja abuela...Desde que Dakota cruza la puerta de esa vieja casona, su mundo se va a ver...