Dakota descubrió, al poco tiempo de mudarse, que su vida no iba a ser tan tranquila como esperaba.
La casona era muy antigua: tenía un sótano al que se accedía desde una puerta al lado de la escalera, un desván debajo del tejado y un gran jardín cubierto de vegetación muerta y árboles secos.
Dakota y su abuela, no ocupaban toda la casa, que era realmente grande.
En la vieja mansión vivían otras personas.
La señorita Darcy y Rita vivían debajo de Dakota, en el primer piso. Rita era la abuela de Dakota y al igual que la señorita Darcy, habían sido un par de maestras en el pasado. Eran dos ancianas regordetas que miraban la televisión la mayor parte del día y compartían la primera planta con un montón de viejos gatos que tenían nombres como Caramelo, Bombón, Corazón, Hada o Linda. Ambas habían sido amigas desde que eran jóvenes, como le contó su abuela.
—Cuando murió tu abuelo —dijo Rita, mirando la televisión—, la señorita Darcy ya vivía en este lugar, en la segunda planta. Esta casa era muy grande así que decidimos quedarnos aquí y alquilar los demás espacios. Oh, no dejes que Linda coma de tu helado o tendrá diarrea en la noche —advirtió de repente y Dakota, al darse cuenta que un gato peludo y blanco estaba husmeando en su tazón, lo espantó—. Bueno, como te decía... Espera, ¿qué estaba diciendo?
—Sobre alquilar los pisos, Rita —le recordó la señorita Darcy casi gritando para que lograra escucharla.
—Ah, claro... Si, bueno, tienes suerte de que el anterior inquilino se haya marchado hace poco— le comentó la anciana a Dakota mientras golpeaba el control de la TV contra el sofá— Creo que estaba loco, algo mal de la cabeza. Dijo que no soportaba el ruido, nunca entendí de que ruido hablaba.
Más tarde, Dakota si que supo de que ruido hablaba el anterior inquilino.
Encima del piso de Dakota, en el tercero, bajo el tejado, vivía un muchacho intratable que tocaba la guitarra durante las noches. Dakota había intentado callarlo pero el chico de rastas parecía ser lo suficientemente necio como para no importarle que la nieta de la casera lo odiara.
—¿Puedes bajarle el volumen? Intento dormir —el primer reclamo de Dakota había sido el más tranquilo de todos.
Y había terminado con alguien cerrandole la puerta en las narices apenas terminó de hablar.
Dakota no creyó haber conocido una persona tan grosera en su vida. Y para su suerte, cuando creyó haber visto doble y se preocupó por dos dolores de cabeza, resultó que solo tenía que preocuparse por uno.
En el sótano vivía Bill, que según se había enterado Dakota, era el hermano gemelo del inquilino del desván. Ambos vivían en la casona desde hace un par de años y tenían la misma edad que Dakota. Bill le había contado a la muchacha que sus padres pagaban el alquiler ya que se habían mudado a otra ciudad por trabajo, y aquello hubiese parecido algo triste para la castaña si no fuera porque el más sensato de los gemelos había narrado aquello con un sentimiento de libertad bastante notorio.
—Siempre es ruidoso, lamento que tengas que soportar a Tom —dijo Bill con un tono apenado mientras se recargaba en la escalera.
—Yo lamentaré si un día encuentras a tu hermano ensartado en la veleta del tejado —respondió la chica con clara ironía.
—El se lo habrá buscado.
Y ambos rieron.
Al segundo día de haberse mudado y luego de haber tenido su primer encuentro con Bill durante la mañana, Dakota decidió salir a echar un vistazo a los alrededores. No quería andar perdida, así que planeaba seguir el recorrido hasta la escuela que le había indicado su abuela. Con suerte encontraría alguna tienda en el camino y tal vez podría comprarse algo con un poco del dinero que le había dado su padre para el mes.
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CAOS INMARCESIBLE [TOM KAULITZ] PAUSADA
FanficEl día en el que Dakota se mudó de Flechtingen a Magdeburgo, estuvo feliz de haber escapado de las manos de su sobreprotector padre para vivir con su adorada y vieja abuela...Desde que Dakota cruza la puerta de esa vieja casona, su mundo se va a ver...