Capítulo 13

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Daka golpeó la puerta de su mejor amigo un par de veces antes de escuchar un forcejeo y un sin mil de maldiciones que venían desde el interior del sótano.

La pelinegra frunció el ceño, pero volvió a suavizar su expresión cuando Bill se asomó con una emocionada sonrisa.

—¡Oh Dios! —gritó el pelinegro y tiró del brazo de su amiga para que esta entrara y bajara por las escaleras— ¡Te ves increíble!

Daka soltó una risa y codeó al pelinegro. Planeaba contarle a Bill lo difícil que había sido alistarse en tan poco tiempo, pero se quedó a medio hablar cuando notó la intensa mirada de los otros tres chicos que se encontraban tumbados en la cama de Bill.

—Carajo —soltó Georg, boquiabierto mientras miraba a Daka de arriba a abajo.

—Cierra la boca, imbécil —fastidió Gustav.

Tom se mantuvo en silencio, desviando la mirada en cuanto se dio cuenta de que estaba mirando fijamente a su vecina. Daka supuso que el de rastas estaba pensando en que estupidez decir para fastidiarla o hacerla enojar, así que lo ignoró olímpicamente.

—Hola de nuevo —saludó la pelinegra mientras era arrastrada por Bill.

Georg agitó su mano algo perdido y Gustav soltó un pequeño y amistoso "Hola" antes de que Dakota y Bill entraran al baño.

—Lamento que tengas que verlos de nuevo, no pude deshacerme de ellos —se disculpó Bill en voz alta para que todos lo escucharan.

Se escucharon algunos insultos mientras Bill llevaba a su amiga al baño y luego Daka vio como el pelinegro le sonreía y le extendía el delineador negro.

—Ayúdame con esto. No lo he intentado antes... —pidió apenado y Daka tomó el delineador mientras compartía una sonrisa cómplice con su mejor amigo.

—Acércate —indicó la ojiazul y Bill se inclinó hacia adelante.

Daka tomó el rostro de su amigo con una de sus manos y empezó a pintar el contorno de los ojos de este con cuidado.

—Realmente luces bien —elogió Bill mientras hacía un esfuerzo por no lagrimear.

—Tú igual —Daka soltó una risa, viendo con orgullo los lindos ojos de su vecino—. Tuve razón cuando dije que esa chaqueta te quedaría de maravilla.

Bill soltó una pequeña risa cargada de timidez y dejó que Daka cubriera sus ojos mientras lo guiaba hasta el espejo.

—¡Taran! —exclamó la chica, descubriendo los ojos de su amigo para que este mirara su reflejo.

Bill no supo como reaccionar. Sin embargo, la extraña expresión que tenía demostraba que le gustaba lo que veía y que se encontraba emocionado.

—Tienes unos ojos preciosos —aseguró la chica mientras abrazaba a su amigo por los hombros con algo de dificultad a causa de la diferencia de altura.

—Creo que debo aprender a como colocarme esa cosa —meditó Bill, refiriéndose al delineador mientras cubría su sonrisa con ambas manos.

—Si que debes. Luces genial.

—Gracias, Ko —agradeció el pelinegro, abrazando a su amiga para alzarla y salir del baño con esta en brazos.

—¡Hey! Bájame. Bájame, Bill.

Daka pataleó entre quejas hasta que fue dejada en el piso.

—¿Eso es delineador? —preguntó Tom, agudizando la mirada cuando vio a su hermano y a su vecina de regreso.

Bill asintió mientras tomaba un frasco de perfume que se encontraba en uno de sus estantes. El pelinegro se echó un poco de loción y luego tomó a su amiga por los hombros para guiarla a la salida.

CAOS INMARCESIBLE [TOM KAULITZ] PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora