Capítulo 143: El barco dorado

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-A medida que pasaban las horas en las que los cielos demostraban que las cosas estaban en marcha, la mujer de cabellos lilas estaba marchando con su báculo en manos hacia arriba dónde las nubes se abrían paso hacia el olimpo, alumbrado por los rayos de sol que brillaba con fuerza en recibimiento de brazos abiertos para que la mirada de la mujer viese con calma aquel maravilloso paraíso donde todo puede ocurrir, los Angeles del olimpo recibieron con cariño a la diosa al rodearla uno al otro.-


Saori: Buenos días, disculpen, ¿saben dónde se encuentra Artemisa? Necesito hablar con ella.


-Mumuraron entre ellos mismos unos segundos antes de indicar el camino.-


Saori: gracias.


-Reverenció con la cabeza un par de segundos antes de mover sus pies hacia el camino señalado por los susodichos de camino a dónde se encontraba artemisa, la misma diosa que estaba afilando una de sus flechas acompañada de sus perros de cacería que le rodeaban y curioseaban por sus alrededores, una de ellos ladro para dar aviso de una presencia que fue dada por la mirada de la rubia.-


Artemisa: ¿Athenea?


-Preguntó extrañada al ver la forma humana de ka reencarnación de una de su grupo de amigas acariciando uno de sus perros.-


Artemisa: ¿Qué haces aquí?


Saori: disculpa que haya venido sin avisar, pero quisiera hablar contigo sobre un tema importante ¿puedes darme unos minutos?


Artemisa: oh, esta bien.


-Curiosa se fue elevando de su sitio para llamar en silbido a sus perros en señal de que las siguieran en rumbo.-


Artemisa: dime ¿de qué quieres hablar?


Saori: primero que nada, quisiera comentar algo que ha sucedido con respecto a Poseidon.


Artemis: ¿algo sucedió con el?


Saori: ha estado muy reservado desde la última vez que peleamos se le ha visto forzado a reservar su estado explosivo en su nuevo cuerpo.


Artemisa: ouh, me he enterado, estuve viendo que a veces hablaba consigo mismo en las noches últimamente.


Saori: así es, la noche anterior durante tu eclipse ha salido con su barco a masacrar el puerto cercano dónde mis caballeros se estaban hospedando.


-El silencio de la rubia dejaba un ligero suspiro al aire.-


Artemisa: no me digas que todavía no deja el bandera negra.


Saori: pensé que ya lo sabias.


Artemisa: lo sé, pero a veces molesta que use mi ausencia para aparecer en conjunto a sus tripulantes fantasmales solo para recuperar el oro sagrado que fue guardado para regalar a algo que, si no mal Helios contó, le iba a pedir a Efesto que le forjara algo, hasta que no recupere todo lo que han perdido no se va a detener.

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