Capitulo 26: en el santuario

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-Era una mañana luminosa con unos rayos de sol abrazantes, el alba se pintaba de colores naranjos-amarillentos mostrando una grandeza gigante, digna de la realeza verdadera, los pájaros cantaban al son del viento en una tonada armónica que contrastaba con cualquiera de los que pasaban alrededor de ellos entre vuelos y revoloteos, aquel santuario de piedra y demás materiales tangibles se adornaba de amarillo de los rayos solares que se acercaban tenues a la deriva del lago a la lejanía. Las casas de piedra se despertaban una tras otra, iniciando desde la más baja hasta la más alta y posteriormente la última, los jardines despertaban en las luces al ser abrazados por éstas, las flores se estiraban lentamente pétalo por pétalo, raíz a raíz, hasta los tallos que buscaban alcanzar el sol en lo que el viento las dejaba danzar de un lado a otro listas para brillar otro día más.-

-En un par de minutos de que aquella calma hundiese todo el terreno un par de pasos serenos se escuchaban por el sendero acompañados de una sombra que iba acompañada de una silueta de cabellos celestes que danzaban al compás del vals en el viento hebra contra hebra, ojos claros como el agua, tez clara casi pareciendo porcelana brillaba ante el tierno canto de la mañana, unos rosados labios adornaban los faciales del aquel joven aparte de un pequeño lunar situado en su mejilla izquierda, casi cerca de su párpado. Aquel joven de esbelta figura paseaba lentamente por el sendero de roca liza que dividía esos rosales con la conexión de su casa, su garganta emitía un suave tono armónico que ni los pájaros podían igualar sino más bien acompañar en el coro.-

Dithe: aaah, que maravillosa mañana.

-Canturreo cuando las aves seguían lo suyo, con cuidado se dirigió a una edificación de tamaño menor el cual después de abrir las puertas varias cosas opacadas se encontraban esperando ver la luz, una de ellas fue una pala, la otra era un rastrillo al mismo tiempo que una regadera, y así mismo dirigirse hacia una parcela ubicada a unos kilómetros de vista de la siguiente casa, el joven con cuidado se colocó sobre sus rodillas sin tocar la tierra, luego de eso proseguir con lo demás en la tierra que abre y acomoda por un par de minutos hasta que siente como un cosmos familiar estaba recientemente aparenciendo.-

Dithe: ya creía que estabas muerto.

-Soltó una suave risita en lo que aquel joven ajeno estaba a tan solo 1 casa de la vecina.-

Aioros: ¡buenos días Dithe!

Dithe: te has levantado temprano hoy ¿o te habrás caído de la cama?

-El castaño solo reía mientras estiraba su tórax y brazos.-

Aioros: muy gracioso, no es eso, es solo que hoy iré a verle y preguntarle lo de ayer.

Dithe: ooh con que eso, jeje bueno, te deseo suerte.

Aioros: gracias, oye ¿hoy irás al pueblo?

Dithe: por supuesto que si, en una hora debemos de estar ahí o después les quedamos mal.

Aioros: si cierto... Bueno, te veré allá entonces!

Dithe: ve volando potro!

-El castaño elevó su brazo derecho para comenzar a darse la media vuelta a la izquierda bajando los peldaños que conectaban la casa del castaño con otra que iba más abajo casi de manera similar por la forma en que las casas estaban interconectadas entre si, la que le venía antes de la del castaño no estaba muy lejos, por lo que durante la bajada sus pulmones retenían y expulsaban oxígeno una y otra vez pero no era por algo grave, sino por algo quizás peor.-

-Fuera del contexto el castaño continuaba bajando hasta que más adelante suyo pudo divisar a una silueta un tanto más bajo que el, de un físico más delgado, cabello alocadamente elevado y de un color azabache, de ojos oscuros y con una expresión facial sumamente inexpresiva, entrecejo ligeramente fruncido, labios caídos, y una mirada filosa de la cual todo que puede tenerla puesta recibirá una ligera espada a su nuca, si es primera vez claro.-

Aioros: ¡buenos días Shura!

-El mencionado que estaba de espaldas hacia el, giró suavemente su torso hacia la dirección en donde se encaminaba el castaño.-

Shura: buenos días.

-Respondio suave, algo bajo en lo que el castaño estaba terminando de acercársele con una sonrisa.-

Aioros: hoy te has levantado temprano ¿entrenarás?

Shura: algo así, quizás.

Aioros: ¿aaah? ¿Y eso porque?

-Los dos siguieron el paso del cual el azabache estaba andando desde temprano, uno alado del otro por peldaño cuesta abajo.-

Shura: le prometí a alde que le acompañaría al mercado, no me dio a que pero insistió en que le acompañase.

Aioros: aah, debe ser por las semillas.

-Dijo el castaño llevando las manos detrás de su cabeza, miraba hacia arriba, aun cuando el azabache giro suavemente su mirada hacia el.-

Shura: ¿semillas?

Aioros: si, el dijo que quería ayuda para elegir unas cuantas semillas para su huerto y como seguir no sabrá decidir requiere de ayuda para que le ayuden a elegir.

Shura: ..... Eso explica su insistencia.

Aioros: jajajaj, no te preocupes por eso, nadie mejor que tu es bueno para tomar buenas semillas.

Shura: quizás.

-Los dos siguieron bajando con un pequeño silencio proveniente de los dos hasta que a mitad del camino el castaño giro sus orbes hacia el azabache respirando hondo muy suave.-

Aioros: oye... Antes de que te vayas....

Shura: ¿que?

Aioros: me gustaría... Tener... Que preguntarte algo.

-El azabache dirigió su mirada a el.-

Shura: si, dime.

Aioros: no se si te interese, pero, hoy tendré que ir al pueblo lejos de aquí, donde los caballeros de bronce están formándose civilizada mente.

Shura: ah, eso es bueno.

Aioros: si, y bueno... Ya que en la tarde estaré libre... No se si estarás libre, me gustaría que vinieras conmigo a ver el resto de la ciudad, en lo que he visto es bastante interesante de ver por cuenta propia.

-El azabache desvío un poco la mirada llevando sus dedos inicial y pulgar a su mentón.-

Shura: no suena mal... Escuche... Que hay cosas raras ahí.

Aioros: las hay, incluso en diferentes secciones, muy diferente al rodorio.

-El azabache todavía estaba pensativo, pero luego de ello comenzó a volver a verle sin cambiar su expresión.-

Shura: intentare hacer tiempo a ver.

Aioros: ¿enserio?

-El azabache asintió con la cabeza.-

Aioros: gracias! No te vas a arrepentir.

Shura: espero que no.

-Y una vez abajo, a una sola casa de salir del santuario detuvieron el paso.-

Aioros: bueno, debo irme, las cosas empiezan temprano así que ¡nos vemos!

Shura: adiós.

-El castaño y el azabache se despidieron con la mano antes de tomar caminos distintos aunque por parte del castaño tenia más una sonrisa de victoria que de felicidad ya que era el primer paso, y de alguna manera u otra debía de seguir haciéndolo de ese modo durante el proceso de ver a los muchachos de bronce en la institución.-

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