xxxv. see how quickly we become predator

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VE LO RÁPIDO QUE NOSCONVERTIMOS EN DEPREDADOR

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VE LO RÁPIDO QUE NOS
CONVERTIMOS EN DEPREDADOR

En el instante en que despertó, sintió como si el mundo le cayera encima, había esperado poder sentir su estrés, provocado por los sueños, sin embargo, se vio más abrumada al encontrarse en la realidad. Era una tragedia que, al dormir cayera en mundos tan despiadados como la realidad que la azotaba.

Y de pronto, el silencio que reinaba en la habitación adoptó el caos que se vivía fuera. Cientos corrían de extremo a extremo en los corredores, llevando consigo fremochilas y armas, preparándose para un combate del que ella aún no estaba enterada.

Paul no se encontraba allí, al parecer había preferido dejarla descansar para la batalla antes que forzarla a volver a la angustiante realidad.

A pesar de todo, sentía una etérea calma, era tan vaporosa y volátil que la mínima cosa la desestabilizaría, era tranquilizante y le daba la sensación de que la estaba protegiendo de todo lo demás. De la guerra, de los fremen, de sí misma.

Se asomó por el marco de la entrada, nadie reparó en ella, todos eran sujetos de una concentración que jamás había presenciado, ni siquiera en Fénix, donde la disciplina reinaba en todos los rincones. No lucían estresados y de alguna forma u otra, los fremen se movían con ligereza, incluso bajo la gravedad del porvenir.

En el extremo opuesto del corredor, se encontraban Paul y Killian, quienes eran los únicos severos, estaban enfrascados en una discusión de la que nadie se quería percatar. Hablaban rápido aunque en un tono apenas audible para Kegavie, dedujo que estaban hablando sobre ella.

Se deslizó entre aquellos que iban y venían para aparecer frente al par de hombres, quiénes la observaron como si de un ángel se tratara. Llevaba puesta una túnica de dormir que se transparentaba en sus muslos y brazos, lejos del pudor, admiraron su belleza, finalmente los ojos de los hombres llegaron a sus pies, llenos de costras y moratones, esto los devolvió a la realidad.

Killian por poco olvidó los motivos de su enojo con ella.

──No pelearé por una causa que no es mía── sentenció.

──Es tu causa── Paul lo observó con calma──. Pelea por la vida que te arrebataron, pelea por ti──. Killian no cedió ante las palabras del Atreides, solo lo observó con incredulidad──. Después de esto serás libre.

──No pelearé── el pelinegro se giró sobre sus talones y se retiró.

Kegavie, adormilada y con una mirada curiosa, preguntó:
──¿Qué sucede?

──El Emperador ha arribado en Arrakis── Paul le respondió.

Con ello, la calma se esfumó. Sintió como si un frío, que no existía, le calaba hasta los huesos, sintió mareos y de pronto, todos los entes en su cabeza despertaron.

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⏰ Última actualización: 5 days ago ⏰

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