Ya arreciaba la noche, Lynara ya había acostado a sus sobrinas. Sansa seguía molesta porque no convenció a su padre de desposarla con Joffrey, quizá la pelirroja no entendía la magnitud del asunto, por algo no había contraído nupcias, era una decisión difícil y la marcaría de ahí en delante. No estaba lista para eso ni para ninguna otra si hacía esa clase de berrinches. Arya, por su parte, pasó el día viendo cómo su tía afilaba la espada y le contaba su verdadero origen, así que se pusieron a pensar en un buen nombre, ya que la pequeña no tardó en saber uno.
—Fuego.
Alguien exclamó cuando la joven andaba por los patios revisando que todo siguiera ordenado. Robb pronto la alcanzó y ambos se pusieron a dar órdenes y a ayudar, la doncella se acercó mucho y el hollín la llenó, cuando reparó en la presencia de su sobrino y hubieron acabado, se apresuró a ver si su sobrino estaba bien. Al ver que no hubo daño inmueble, lo pensó un momento y corrió a la torre donde vio a su cuñada en el suelo y con las manos ensangrentadas, se acercó a limpiarla y tratar de sacarla del shock.
—¿Has visto a tu madre?
—No, ¿pasa algo?
—Lynara.
—¿Sí, mi señora?
—Acompáñanos— ordenó la Tully, no iba sola, estaban otros cuatro con ella: Robb, Theon, el maestre; si la había llamado, confiaba lo suficiente—. Lo que estoy por decirles debe quedar entre nosotros, no creo que Bran se haya caído de esa torre.
—Siempre ha sabido trepar.
—Alguien intentó matarlo dos veces, ¿por qué? ¿Por qué asesinar a un niño inocente? A menos que haya visto algo que no debía.
—¿Tienes a alguien en mente? — inquirió la loba.
—¿Cómo qué, mi señora? — preguntó Theon a su lado.
—No lo sé— contestó a ambos—. Pero apuesto a que los Lannister están involucrados.
—Entonces tenemos motivos para dudar de su lealtad a la Corona— sentenció Lynara.
—¿Observaron la daga que utilizó el asesino? Es un arma demasiado delicada para un hombre así.
—La hoja es de acero valyrio y el mango, de hueso de dragón. Alguien se la dio.
—Permítame— se acercó La Loba—, creo que hay algo en los diarios de la reina Aemma, podría buscar...
—¿Vienen a nuestra casa e intentan matar a mi hermano?
—Si lo que quieren es guerra...
—Si llegáramos a ese punto, sabes que te apoyo.
—Esperen, ¿de verdad quieren una guerra en el bosque de los dioses? Las palabras de guerra fácilmente se convierten en actos de guerra. Todavía no sabemos la verdad, Lord Stark debe saberlo.
—No confío en un cuervo para que lleve estas palabras.
—Podría ir yo, mi Señora— se ofreció Lynara.
—No.
—Entonces yo iré a Desembarco del Rey— dijo Robb.
—No, siempre debe haber un Stark en Invernalia, iré yo misma.
—Madre, no puedes.
—Señora, es muy arriesgado, usted es la representación del Rey del Norte, en ausencia de Lord Stark.
—Iré.
—Haré que Hal y un escuadrón de guardias la escolten.
—Un grupo grande llamaría la atención, no quiero que los Lannister sepan que voy en camino.
—Deje al menos que yo la acompañe, el camino real es peligroso para una mujer sola.
—¿Qué hay de Bran?
—He rezado a los Siete durante más de un mes, la vida de Bran ahora está en sus manos.
—Puedes ir tranquila, sabiendo que cuidaré de él y lo llevaré a tus brazos de ser necesario.
—¿Cuidarás de mis hijas?
—Jamás las voy a desamparar.
—Perdón por...
—Tú perdóname a mí, sabes que los chicos son mi adoración— reverenció a Catelyn, ella la abrazó. No tenían la mejor de las relaciones, pero sabía cuánto le dolía separarse de su hijo en un momento como ese.
***
La doncella buscaba a sus sobrinas, sabía que Arya jugaba con la espada que le talló, la de madera, pidió a uno de los guardias que la guardara en una vaina como si fuese real. Sansa no estaba de acuerdo con ello, las damas no jugaban con espadas ni eran caballeros. Lynara tragaba en seco y dejaba pasar el enojo, porque, sino, la estaría ahorcando todo el tiempo. Escuchó de una de las damas que Sansa estaba con el príncipe. Skoll la seguía de cerca, le ordenó volver, sabía que se enojaría con la misma facilidad que ella.
—Sansa, ven aquí, cariño— escuchar a la reina sólo la hizo enfadar. Lynara se mordió la lengua para no atacarla.
—Ven, niña.
—Dime qué pasó, cuenta todo y di la verdad. Mentirle a un rey es un delito grave.
—No lo recuerdo, todo pasó muy rápido, no vi nada.
—¡Mentirosa! — siguió gritando mientras jaloneaba su hermana mayor.
—Es suficiente— Lynara jaló a su sobrina y con la mano libre empujó a la otra.
—Es tan salvaje como su animal, quiero que la castiguen.
—¿Qué quieres que haga? ¿Qué la azote en la calle? Los niños pelean, se terminó.
—Joffrey llevará estas cicatrices el resto de su vida.
—Igual que los guerreros, majestad, ¿acaso no ha visto las de su esposo tras asesinar al último Targaryen? — adelantó Lynara, ignorando el agarre de su hermano, pues sabía qué pediría la reina: si su hijo perdía la mano, era capaz de arrancarle la mano a su sobrina para compensarlo.
—¿Dejaste que esa niña te desarme? — la castaña apretó los labios—. Ed, asegúrate de disciplinar a tu hija. Haré lo mismo con mi hijo.
—Con mucho gusto, Su Alteza.
—¿Y qué hay del lobo huargo?
—¿Es enserio? — murmuró con los dientes apretados y tomando la mano de Arya.
—¿Qué hay de la bestia que atacó a tu hijo?
—Había olvidado al maldito lobo.
—No encontramos rastros del lobo huargo.
—¿No? Entonces ya está.
—Tenemos otros lobos.
—Los cuales no han hecho nada.
—Así será.
—No es enserio, ¿verdad?
—Un lobo huargo no es una mascota.
—Por supuesto que no, es un guardián.
—No se refiere a Lady, ¿verdad? ¡No, no! ¡Lady no! ¡Lady no mordió a nadie!
—¿Ves lo que provocas? — espetó Lynara soltando a su sobrina antes de irse detrás del rey.

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Lynara Stark
Fanfic*Basado en la serie de Juego de Tronos* Lynara Stark es la hija menor de Rickard y Lyarra Stark, nacida apenas un par de años de La Rebelión de Robert, al morir su madre de parto, su hermana Lyanna se encargó de su cuidado, hasta que sucede la batal...