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Al morir su hermana, se convirtió en la nueva Loba Silenciosa, en Lady Stark por detrás de su cuñada, Catelyn, quien la cuidaba como una hija propia

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Al morir su hermana, se convirtió en la nueva Loba Silenciosa, en Lady Stark por detrás de su cuñada, Catelyn, quien la cuidaba como una hija propia. Estuvo al lado de su hermano durante los responsoriales, a pesar del desprecio de Lysa, la otra Tully. Lady Lysa hacía desplantes en las oportunidades que tenía pues, al igual que el resto, pensaba que era una hija bastarda de Lyanna Stark. La esposa de su hermano la cuidó y procuró, el cambio en sus cuidados eran escasos, pero ya no la trataban como primogénita, pronto se enteró de que su señora yacía en cinta.

Vivió durante un año en Aguasdulces con su cuñada y la hermana de esta mientras los esposos volvían de la guerra. Sostuvo la mano de su señora mientras gritaba con dolor que aquello cesara, pues no sabía si podría soportarlo más. En contra de la voluntad de Lady Arryn, fue la primera en tener en brazos al pequeño Robb, aquel que amaría como un hermano, pues nadie le creería que se trataba de su sobrino.

Una vez finalizada la guerra, Catelyn y sus hijos viajaron a Invernalia; al llegar, se disgustó al descubrir que el hijo bastardo de su esposo ya estaba en el castillo. Eddard cargó a su hermana y ella le susurró un par de palabras al oído, desconcertándose mutuamente. Un Stark jamás rompía una promesa y ahí estaba la niña, solo intuyendo algo que resultó ser cierto.

La insistencia de Eddard en criar al pequeño en Invernalia y su negativa a identificar a la madre causó fricciones entre él y su esposa. Durante todo el tiempo que vivieron juntos en Invernalia, Catelyn nunca llegó a aceptar a Jon y se encargó que siempre se sintiera como un extraño, así que la niña hizo lo propio: se encargó de que Robb y Jon se amaran solo para hacerla enojar, ¿cómo era posible que no lo viera? Su hija mayor fue suficiente molestia para siquiera pensar en el bastardo.

Lord Eddard y Lady Catelyn tuvieron otros cuatro hijos: Sansa, Arya, Brandon y Rickon. Lady Stark odiaba a Jon porque era mucho más Stark que su propio hijo, ¿cómmo competir contra eso? Jon podía quitarle el título de Lord a la muerte de su padre. Sabía que Lynara no lo iba a permitir, pero comenzaba a ver con recelo a la niña. Odiaba tanto a Jon que suplicó a los dioses que muriera, que se lo llevaran.

El niño cayó enfermo y la culpa la consumió, vio a su hija tejer algo que solo las madres podrían tejer porque solo el amor incondicional de madre podía salvar a un hijo. Lynara lloraba con desesperación mientras suplicaba a los dioses que salvaran a su pequeño, no estaba preparada para perderlo. Así que Catelyn se puso manos a la obra y también trabajó para ayudar a que Jon mejorara. Cuando las fiebres bajaron, le aseguró que no le perdonaría esa súplica estúpida a los dioses.

Ahora que Lady Sansa crecía y era criada bajo la idea de que era la candidata perfecta para casarse con un príncipe y que todos debían obedecerla, comenzaba a dar órdenes a su tía. Lynara ponía el rostro duro o le apretaba las muñecas a su sobrina para enseñarle quién mandaba, porque ella era Lady Stark aunque su madre se negara a admitirlo. La pelirroja creció para convertirse en una joven sosa y de pensamiento débil, Robb y Jon acaparaban su atención para que no se distrajera con la menor, mientras Arya gustaba de perseguir a su tía, porque le prestaba su espada, aquella que perteneció a la difunta Lyanna.

Lynara StarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora