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—Hubo un tiempo en que los Stark teníamos ojos color violeta, luego volvimos a nuestro acostumbrado color gris... hubo un tiempo en que los Tully, los Lannister, los Hightower, los Tyrell, los Martell, incluso se cree que del otro lado del Mar Angosto tenían ojos color violeta, ¿crees que la Reina en el Norte hizo mal?

—No sabía que hubo reyes después de que Torrhen hincara la rodilla.

—Lo hizo porque fue lo más astuto: mientras los dornienses presentaron batalla y ganaron cada una de ellas, los norteños no presentaron batalla y aun así ganaron, porque Torrhen Stark prefirió eso a perder millones de vidas, un verdadero rey pone su vida en riesgo para preservar la de su pueblo... Aegon no tenía pueblo, su conquista fue unilateral, pero aprendió.

—Es lo que hace un buen gobernante, ¿no? Aprende de su pueblo y está dispuesto.

—¿Cuántos reyes han peleado sus propias batallas?

—El Dragón, La Dragona, Maegor el Cruel, La Maegor con Tetas, Robert Baratheon.

—Algo ha de quedar de ese imponente hombre que ganó la guerra.

—Lo idolatras mucho.

—Nos une la idealización que hicimos de Lyanna.

—¿Nada más?

—Sí— le acarició la mejilla a su dama y besó su frente, le encantaba su belleza.

—Usted también es hermosa— aprendió a descifrar los pensamientos de su señora.

—La tonta de Catelyn secuestró a Tyrion, ahora nosotros estamos en la boca del lobo por culpa de la Tully, Tywin no aceptará tan afrenta, al contrario, responderá con todo el peso de su fuerza y los próximos meses serán decisivos. Llegó el momento de esconder Los Diarios y aceptar que jamás habrá una unión entre ambas Casas ni ninguna otra.

—¿Y su hermano, Alteza?

—En el jardín oeste.

—Con el sol a sus pies.

—¿Disculpa?

—Está hablando con la reina.

—Ojalá no haga nada imprudente— se asomó.

—¿Si pudieras estar en su lugar?

—Si yo fuera la Reina de los Siete Reinos, haría lo que estuviera en mis manos para cambiar las cosas, tratar de mejorar. Nombraría a Tywin mi consejero de la moneda y a Ned mi Lord Mano, mandaría a Jaime al Muro para tener controlado a su padre. Mandaría a Sansa a Antigua para que quede en el olvido como todas las septas... no me preguntes, porque ahora creo que es lo correcto, pero no sé si en veinte años podré sostener mi respuesta.

—¿Crees que sean hijos del Rey Loco?

—No lo dudo, dicen que tenía una fijación con Joanna Lannister.

—Prima lejana de Tywin, no entiendo la molestia.

—El secreto está en "lejana", ¿o acaso crees que soy hija de Lyanna y Benjen como muchas lenguas cercenadas afirmaron en su día?

—Claro que no.

—Exacto.

—¡Ned! Es Robert. Estábamos cazando... un jabalí...

—Debería haber pasado más tiempo contigo para enseñarte cómo ser un hombre, nunca he servido para ser un padre... Vete, no quieres ver esto. Yo te conozco.

—¿Me permite?

—Nunca pides permiso, niña.

—Hoy lo merece.

—Fue mi culpa, demasiado vino, fallé— Ned lo descubrió y ninguno de los hermanos se inmutó ante la asquerosidad que quedaba por barriga y pecho—. Apesta, apesta como la muerte. No creas que no lo puedo oler— rio ante su comentario y su posterior pensamiento—. Me vengué del bastardo, Ned, atravesé su cerebro con un cuchillo, pregúntales si no fue así, ¡pregúntales! Quiero que el funeral sea el festín más grande que los Reinos hayan visto, quiero que todos prueben al jabalí que maté— intentó apretar la mano de la joven—, y tú tienes prohibido llorarme.

—Son lágrimas de alegría porque me libro de ti— ella rio mientras derramaba un par y él trató de reír a carcajadas.

—Ahora todos fuera, debo hablar con Ned y Lynara.

—Robert, cielo...

—¡Todos fuera!

—Maldito tonto.

—Hay papel y tinta en la mesa, escribe lo que digo.

—Majestad...

—Perdón, mi niña.

—N i lo menciones— besó su mano sudorosa y él intentó acariciar su mejilla.

—"En nombre de Robert, de la Casa Baratheon, primero..." tú sabes cómo sigue, completa los malditos títulos. "por el presente ordeno a Lord Eddard de la Casa Stark..." títulos, títulos... "servir como Señor Regente y Protector del Reino después de mi muerte, gobernar en mi lugar hasta que mi hijo Joffrey se convierta en adulto." Dámelo. Entrégalo al consejo después de que muera. Al menos dirá que hice esto bien, esa única cosa, tú gobernarás ahora, lo odiarás más que yo, pero lo harás bien. La chica, Daenerys, tenías razón, Meñique, Varys, mi hermano, nadie me dijo "no", salvo tú; déjala vivir, detenlo si no es demasiado tarde.

—Lo haré.

—Y mi hijo... ayúdalo, Ned, ayúdalo a ser mejor que yo.

—Yo... haré todo lo que pueda para honrar tu memoria.

—Mi memoria. El rey Robert Baratheon, asesinado por un cerdo. Niña, dame algo para el dolor y déjame morir.

—¿Me puedo quedar hasta que suelte mi mano?

—Nunca he podido contrariarte.

—Te amo, Robert.

El rey sonrió y la joven vio a su hermano salir y ordenar que le dieran leche de amapola. Entraron el maestre Pycelle y Renly. Sin embargo, se negó a dejar el lecho, tomó los cojines y los acomodó, enderezó a su majestad el rey y ella misma le dio la leche, ordenó a todos salir y su dama entró con ojos de haber escuchado la mejor de las noticias, pero su semblante seguía triste sabiendo el estado en que se hallaba su señora. Dio un baño al rey, le cambió la ropa de cama y se volvió aacostar a su lado, no le importaba enfermar por estar expuesta, al contrario, se abrazó al rey y se pasó su enorme brazo por el hombro para sentir que él le devolvía el gesto.

Lynara StarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora