Lynara Stark

21

—Las enviaré de regreso a Invernalia.

—¿Qué?

—Escucha...

—¿Qué hay de Joffrey?

—¿Estás muriendo por lo de tu pierna?

—Niñas— reprendió su tía.

—¿Por eso nos regresas a casa?

—Por favor, padre, por favor, no.

—No puedes.

—Sí puede y no le hables entre dientes— sostuvo a Sansa del hombro.

—Tengo las clases con Syrio, finalmente estoy mejorando.

—Mete a Syrio en la valija— se encogió de hombros.

—Este no es un castigo— Ned intentaba apaciguar a las cuatro, porque Alys también estaba ahí, pero aún no emitía juicio—. Quiero que regresen a Invernalia por su propia seguridad

—¿Pero sí podemos llevar a Syrio?

—¿A quién le importa tu estúpido profesor de baile? Yo no puedo ir.

—Sigues bajo la tutela de la Casa Stark, aún ni se ha hecho oficial el compromiso, sin banquete no hay compromiso— pellizcaba a su sobrina y Alys amenazaba con la mirada sobre quejarse—. Y no le hables así a tu hermana, segunda advertencia.

—Debo casarme con el príncipe Joffrey, lo amo y estoy destinada a ser su reina y tendré sus bebés.

—Enserio, Ned, le voy a tirar los dientes— volteó a ver a su hermano.

—Por los Siete Infiernos— dijo Arya al mismo tiempo.

—Cuando tengas edad suficiente, te buscaré un pretendiente que sea digno de ti, alguien que sea valiente, amable y fuerte...

—Yo no quiero a alguien valiente, amable y fuerte, ¡lo quiero a él!

—Catorce Llamas, ¿te estás escuchando, niña tonta? Ni llevándote a Antigua podrás mejorar.

—Será el mejor rey que jamás haya existido, un león dorado, le daré hijos con hermoso cabello rubio.

—Y yo me lanzaré del Torreón de Maegor el día que eso pase, Arya, te quedas con Skoll y Alys— trató de serenarse—. Ahora no vuelvas a interrumpir a tu padre.

—El león no es su emblema, idiota, es un venado, como su padre.

—No lo es, no se parece en nada a ese viejo rey borracho— los hermanos cruzaron miradas.

—Vamos, chicas, vayan por la septa y empiecen a empacar sus cosas, Alys, ayúdalas, por favor.

—Espera.

—Vamos.

—No es justo.

—Ni siquiera sabe qué significa ser justo— se masajeaba la sien—. ¿Qué pasa?

—Sansa dijo algo inteligente.

—¿En qué momento?

—Lynara.

—Lord Eddard.

—Hablo enserio.

—Sé de lo que hablas, pero hay que ser prudentes.

—¿Como Alys yendo a visitar a cierto aprendiz de herrero?

—No tengo idea de lo que hablas— se dejó caer en la silla.

—"Lord Orys Baratheon, de cabello negro...", "Axel Baratheon, cabello negro...", "Lyonel Baratheon, de cabello negro...", "Steffon Baratheon, de cabello negro...", "Robert Baratheon, de cabello negro..."

—Estoy escuchando un común denominador... "Torrhen Stark, de cabello castaño oscuro y ojos grises", "Brandon el Constructor, de cabello castaño oscuro y ojos grises", "Eyron Stark, de cabello castaño oscuro y ojos grises", "Ellard Stark, de cabello castaño oscuro y ojos grises", "Cregan Stark, de cabello castaño oscuro y ojos grises" aunque alguno de sus quince hijos tuvo ojos violetas de carácter valyrio... "Rickard Stark y Lyarra Stark, de cabello castaño y ojos grises" — luego sostuvo un mechón de su cabello—. Oh, espera, Lynara Stark, cabello castaño y ojos grises— la dama de compañía tocó y luego entregó su té a su señora—. Alys Snow, cabello negro y ojos grises— la apreció mejor y la despidió con la mano, pero las palabras de su hermana hicieron pensar al Señor de Invernalia—. Le diré a Robert que la legitime Stark.

—No puedes hacer eso.

—Claro que sí, Robert hace lo que yo diga.

—No eres nadie para mandar al rey.

—¿Quieres apostar? Sabes que para mí, Alys no es una bastarda, es mi amiga y la puedo volver mi hermana.

—"Joffrey Baratheon, de cabello dorado".

—Hasta un ciego ve eso, hasta acá escucho tu mente haciendo "click". Ya, dilo.