33.***

328 19 14
                                    

AFRODITA

—Buenos días, Afrodita ¿cómo estás?—pregunta el chófer del bus—Hoy llegas muy temprano.

—Thomas me mataría si llegara impuntual, la última vez ya me dio un ultimátum. ¡No quiero enfadar a un alemán!

Se ríe y niega con la cabeza de un lado a otro.

—Y buenos días, Tom. ¿Cómo está usted?

—Muy bien, hija.

Asiento y dejo la maleta en el gran maletero antes de volver con Tom y esperar a que vengan los demás.

—No he tenido tiempo de decírtelo pero muchas gracias por la camiseta, a mi nieta le encantó.

—No es nada. Aunque me siento mal porque César no se la pudo firmar, justo ese día no estaba—digo lamentándolo.

Su nieta es una gran admiradora del Chelsea, cuando me enteré, cogí una camiseta e hice que se la firmara toda la plantilla pero Azpi no estaba y es su jugador favorito.

—Da igual, ella está feliz y es gracias a ti.

—Y yo estoy muy feliz de que apoye a los chicos—digo con sinceridad.

—Estáis haciendo un gran trabajo.

—¿Eso crees?—pregunto haciendo una mueca—Los dos últimos partidos han sido muy malos, uno lo hemos perdido y el otro lo empatamos en el último minuto.

—He visto hazañas más grandes. Yo confío—sonríe por último antes de meterse en el autobús.

20 minutos más tarde.

—¡Frofi!—exclama un Kai muy feliz.

Y eso significa una cosa...Kai feliz=yo feliz=todos felices.

—Parece que vas a atracar un banco—murmura frunciendo levemente el entrecejo.

Habla de mis pintas, voy todo de negro con una enorme sudadera negra y una gafas porque no he dormido nada y parezco una momia.

—Buenos días, cielo—digo e inmediatamente me lanzo a abrazarle.

—¿Cariñosa tan temprano?—pregunta riendo—Déjame adivinar, buena noche con tu amorcito.

—No lo llames así por favor, da cringe—susurro.

—¿Buena noche?—pregunta rodando los ojos.

—Charlamos un poco...nos hemos reconciliado y cada uno se fue a su casa. No dormimos juntos si es lo que piensas.

—Sabía que lo mandarías a dormir a su casa, no querrías que se levantase tan temprano.

—Me he levantado a las cuatro, tenía que hacer la maleta y todo—suspiro haciendo que Kai se ría.

—Siempre dejas todo a última hora.

—Así soy y así...

—Así te quiero—termina la frase dejándome satisfecha—Eso ya lo sabes, he venido antes que todos solo por ti.

—Y por el gran favor que te voy a hacer.

—También es verdad—carcajea y yo cojo su maleta para colocarla junto a la mía.

—Me creí especial durante un segundo—respondo cuando vuelvo a su lado.

—Te quiero mucho pero no más que a mi cama y dormir.

—Ya—sonrío y pellizco su mejilla—Disfrutarás de Sevilla, me encargaré de eso, amigo.

—Eres la mejor y tienes los mofletes más bonitos—ríe mientras los pellizca y deja un beso en cada uno.

Un amor a medidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora