AFRODITA
—Vuelves a pensar en él—habla Hades a mis espaldas—¿Me escuchas?
No estoy pensando en él. Por raro que parezca, no he pensado en él en todos estos días.
No sé si eso es bueno o malo pero no me voy a comer la cabeza.
Hades ha cumplido su promesa y si bien no superan los días que pasé con Mason en la nieve porque los sentimientos son diferentes, estos días han sido muy buenos.
Estaba distraída porque hoy es el último día, mañana tengo el vuelo de vuelta a Londres y no estoy preparada para lo que se viene porque tengo esa sensación.
—No estoy pensando en eso—susurro mirando el mar.
—¿Entonces en qué?
Me encanta esta isla. Se respira paz y armonía, cosa que en la ciudad no hay.
—La vuelta—murmuro bajito.
—No pienses en ello, disfruta lo que te queda. Ahora...dime que te ha gustado del viaje—pide agarrando mi mano desde atrás.
—Mmm, pues...bucear con los peces, pescar, las flores silvestres...¡oh! La gente, sus costumbres, tío...la gente es super amable y está loca—digo riéndome, él se ríe igual—Gracias, Hades. Gracias por todo.
—Gracias a ti. Han sido los mejores días desde que estoy aquí. Aprecio que me dejases estar contigo.
Sonrío y junto más mi espalda a la suya.
—No había planeado las vacaciones así.
—Seguro que habías preparado todo para vivirlo turísticamente.
—Verdad—acepto.
—Vivir la experiencia como viven la gente del destino al que vayas es lo mejor.
—¿Dónde me dijiste que viajaste?—pregunto intentando recordar pero es que habla tanto que se me olvida.
—He trabajado en muchos lugares. En Hawaii, Miami, Italia, Ibiza, Bali... y muchos más pero pocos meses, donde más he durado ha sido aquí, que llevo ya 5 meses.
—¿Tan joven? ¿Cuánto trabajas para costearte eso siendo tan joven? Tienes 19 años...
—Llevo desde los 16 trabajando, trabajo en los lugares a los que visito para vivir realmente la experiencia. Aunque he de decir que el primer viaje me lo pagaron mis padres—dice riéndose—¿Y tú?
—También llevo desde los 16 trabajando pero a mi me ayudó mi abuelo...sin mi abuelo no estaría donde estoy ahora.
—Bueno...te contratan por ser tú, por el buen trabajo que haces...tu abuelo te impulsó, no te está diseñando tu vida ni te busca las ofertas de empleo—suelta con diversión. Me gusta que él piense eso, no todos piensan igual.
—Si llevas muchos años haciendo esto, ¿crees que podrás establecerte en donde quieras estudiar tu carrera? Para ser cardiólogo tienes que estudiar muuuuuchos años.
—Valdrá la pena. Necesito hacer eso. Y mi madre necesita un respiro, se preocupa mucho.
—Te entiendo...
Aunque en realidad no lo hago, mis padres nunca se preocuparon lo suficiente. Me aman, sí, pero siempre me he sentido independiente y nunca se han preocupado por lo que haga.
—¿Te puedo decir una cosa? Pero no te enfades...
—Dispara—murmuro todavía mirando el comienzo del atardecer.