MASON
2 semanas después.
Respiro hondo antes de mirar a mi novia.
Han pasado dos semanas en las que mentalmente he estado cansado. Mentirle a Afrodita me tiene en constante nerviosismo y aunque ella intente hacérmelo fácil, cosa que no tiene que hacer, sigo sin saber de que manera decirle la verdad.
Tengo que buscar una manera en la que me perdone. El problema es que no solo le he mentido con el tema de Lena, no...sino que gracias a Kai le he mentido el doble.
Fue mala idea lo de atribuirse la culpa, esa era mi oportunidad de decirle la verdad pero él le dijo que vine a Londres por él y no me quedó más remedio que seguirle la corriente.
Me arrepiento. Sobre todo al ver el rostro de Afrodita lleno de remordimiento. Maldita sea, me pidió perdón ella a mi.
—¿Y esa carita, schatz?
Mi corazón se acelera como siempre que me llama con ese sobrenombre.
¿Cómo puedo fallarle amándola tanto?
—Estoy un poco nervioso—digo una media verdad.
—¿Por el partido?—pregunta mientras hace su maleta para el viaje a Madrid que tenemos en unas pocas horas.
Si...esa es otra de mis inquietudes.
Para mí, Madrid=Marcos Llorente y no me gusta.
—Un poco—respondo finalmente.
—Lo haréis bien—suspira tirando una camiseta del Real Madrid a la maleta, eso me hace reír.
Es caóticamente hermosa.
—¿Irás al partido del miércoles?
Hace una mueca negando. Mi preciosa chica me mira haciendo un precioso puchero en esos labios rosas.
—Thomas no me deja. Dice que tengo que estar en el entrenamiento del miércoles por la tarde.
—Podemos solucionarlo—digo realmente entusiasmado.
Hace mucho tiempo que no voy a un gran partido y me apetecería ir a ver al Real Madrid con mi chica.
—No, Mase. Tenemos trabajo. Es importante el partido de este fin de semana.
Entrecierro mis ojos mirándola, ella niega sonriendo.
—Vale...—acepto—¿Has terminado?
—Más o menos. No me gusta esto de los cambios de clima y de temperaturas...aquí hace frío, en Madrid ni frío ni calor, ¡es una mierda!
Suelta una risa y cuando voy a contestarle mi móvil suena.
Me tenso de inmediato y sigo mirando a mi chica, sin hacer el esfuerzo de mirar el móvil. Eso hace que Afrodita me observe confundida.