AFRODITA
—Realmente...¿tú crees que no esconden nada?
—Solo hay un par de soluciones...—susurra dejando un beso en mi mejilla, luego acerca sus labios a mi oído—O le preguntas directamente o haces lo que te he dicho o...me dejas hacerlo a mi manera.
Se separa y me sonríe con ansias.
—Primero lo haremos a mi manera. No me gustan tus métodos.
Hace un puchero pero acaba encogiéndose de hombros.
—Con él eres débil, no razonas. Ten cuidado.
Nos miramos fijamente entendiéndonos tan solo con la mirada hasta que llega Mason con su sonrisa y su aura de chico amable y divertido. Lily es la primera en apartar la mirada de la mía para besar las mejillas de mi chico.
—La primera vez que nos vemos en persona, Maisi.
Mi ojo derecho tiembla por ese puto sobrenombre.
Mason me mira y se rasca el pelo un tanto nervioso.
—Solo Mason o Mase. Encantado, Lily, un gusto conocerte.
—El gusto es mío. Eres más guapo en persona.
Literalmente, gruño. Putísima de su madre, está jugando con mis nervios. Y es por esta razón que no me gustan sus métodos.
—Eh..—Mason no sabe qué decir, sólo se sonroja.
—Vete—espeto con tranquilidad.
Y es justo cuando llegan mis hermanos.
—Amor de mi vida—chilla Alex empujándome en un abrazo a su pecho mientras deja varios besos en la cabeza—Han llegado tus suegros, están hablando con tus padres—susurra para que solo lo escuche yo.
—Quítate—gritan los gemelos.
Mase y Lily se ríen, Alex resopla y yo miro a mis hermanos pequeños.
—Ustedes la veis todos los días, cabrones—se defiende mi amigo.
—¿Y?—Eros enarca una ceja como todo un señor mayor.
Niego con la cabeza antes de abrazarlos.
—¿Os ha gustado el regalo?—susurro entre ellos y yo.
Los ojos se le iluminan como dos faroles y esa es la única respuesta que esperaba.
—Papá tiene que estar que trina—murmura Apolo.
Me saca una pequeña risa, dejo un beso en sus mejillas y ellos se van corriendo de nuevo a la casa.
—Oye...yo también estoy dispuesto a aceptar una PS5 edición limitada—Alex parpadea seguidamente.
—¡Yo también!—exclama Lily.
—Tú no eres su amiga de la infancia—bufa.
Mientras ellos discuten, yo me fijo en Mase como se ríe mientras los observa.
Es que su risa, su sonrisa, su boca, sus labios, los pequeños hoyuelos que le salen...me hacen perder la cabeza, literalmente.
Me quedaría toda la vida observándole.
Él es el tipo de arte por el que cualquiera estaría dispuesto a pagar millones y millones, yo estaría dispuesta...pero como cualquier buen arte tiene sus defectos.
¿Qué me escondes, mi amor?
Mason me mira y su sonrisa tiembla antes de acercarse.
—¿Todo bien?